Núnca supe lo que se siente llegar tarde a la vida de una persona, hasta que llegue a la vida de ella.
Es que ni siquiera llegue, porque simplemente no está.
Escucho hablar maravillas sobre ella, escucho sobre sus gustos, sobre lo única que era, pero lamentablemente no tuve la dicha de conocerla.
Al parecer era tan maravillosa que el mismísimo cielo la quería para el solo, tan maravillosa que no encajaba en este mundo, tan maravillosa que no todos tuvieron la dicha de verla y admirarla como se lo merecía.
Lamento haber llegado tarde, pero gracias por enseñarme lo valioso que es el tiempo.