-¿Quieres ir a otro lado?- Chris preguntó, ambos ya dentro del auto.
-Sí, ¿Puedes ir de Zabdiel?
-Claro- respondió simplemente, encendiendo nuevamente el auto.
El camino a la casa de su amigo fue un poco larga y silenciosa, solamente se escuchaba la música que sonaba por la radio. Llegaron y bajaron, Joel tocó el timbre haciendo que resuene por la casa, escuchándose desde afuera.
-¡Ya voy!- se escuchó claramente el grito de Erick, seguido de unos pasos acercándose a ellos. Hasta que la puerta se abrió, dejando ver a un ojiverde con solamente una toalla en la cintura- Oh, son ustedes- murmuró- ¿No podían venir más tarde?
-Son ya las cuatro de la tarde, ¿No podían esperar hasta la noche?- Joel se adentró a la casa sin invitación, dirigiéndose a la habitación de Zabdiel.
-Mmh... Esperaré a Joel en el auto- aclaró Chris luego de unos segundos en silencio, dando la vuelta para dirigirse a su auto.
-Bien- murmuró sin prestarle atención.
Creo que ya era algo obvio que Joel y Erick no se llevaban nada bien. Nunca lo hablaron, pero ninguno quiere hacerlo.
-¡Zabdi!- exclamó, entrando en la habitación sin pedir permiso, casi nunca lo hacía.
Sonrió divertido al ver a su amigo acostado sin camiseta, solamente con la cobija tapando su torso para abajo.
-¿Joel? ¿Qué mierda haces aquí?
-¿Acaso ya no puedo visitar a mi mejor amigo?- preguntó haciendo puchero, dirigiéndose al baño de la habitación.
-¡Sí puedes, pero tienes que avisarme! ¿Y ahora que buscás?
-La secadora del pelo que te presté, supongo que ya no la usarás porque ya no tienes pelo- dijo con un toque burlón, saliendo del baño con el objeto en las manos.
-¿Vas a seguir burlandote porque estoy calvo? Admite que me veo fabuloso.
-Lo admito, te ves mejor así, creo que el rubio mejora todo el daño que te hiciste- rió.
Zabdiel también rió sin poder evitarlo.
-¿De qué se ríen?- pregunta Erick entrando a la habitación, con el ceño fruncido.
-No te importa, ya me voy Zabdi, adiós- se despidió el rizado, pasando al lado del ojiverde, chocando con intención sus hombros para después salir de la habitación.
-¿Zabdi?- se cruzó de brazos una vez solos, mirando a su novio con molestia.
-Amor, no te enojes, Joey me dice así desde pequeño, ¿Podemos...
-¿Por qué le dices "Joey"?
Rodó los ojos divertido ante los celos de su pequeño novio- Ven aquí, mi hermoso celosito.
-¡No soy celoso!- protestó haciendo puchero, mientras caminaba a la cama.
-No, claro que no- contestó sarcástico, besando sus labios una vez que se acostó a su lado.
Se extraño un poco al no ver a Christopher en la sala, pero se tranquilizó al salir de la casa y verlo dentro de su auto, esperándolo.
-Listo, ya podemos irnos— dijo una vez dentro del auto, abrochandose el cinturón de seguridad.
Christopher solamente obedeció, sin decir nada encendió el auto.
Joel
—¿Quieres pasar? No hay nadie en mi casa y me voy a aburrir— hice uno de mis adorables pucheros, para así convenserlo.
No lo tomen a mal, solamente no me gusta quedarme solo en casa, y menos si ya está oscureciendo.
Soy miedoso.
—¿Seguro que no hay nadie?— pregunto él indeciso.
—Segurísimo, mis padres y mis hermanos no vuelven hasta las ocho, ¿Vienes o no?
Ví como asentía y seguido ambos salimos del auto. Nos adentramos en completo silencio a mi casa.
—Ya regreso— comente, yendo en dirección a mi habitación, para dejar la secadora e ir de vuelta donde Chris.
Lo encontré en la sala, agarrando un cuadro de mi cuando era niño, aproximadamente unos 4 o 5 años.
—¿Qué ves?— pregunte acercándome a él.
—¿Eres tú?— contesto con otra pregunta, apuntando a la foto.
—Síp.
—Que tierno eras.
—¿Era?— fruncí el ceño y hice un puchero—¿Acaso ya no lo soy?
Sonrió aún mirando el cuadro y unos segundos después lo dejo en su lugar, volteando para verme.
—Claro que sigues siendo tierno, creo que te vez aún más tierno y hermoso.
Me sonroje a más no poder, solté una risita nerviosa cuando lo ví acercarse más a mí, haciéndome poner más nervioso.
—¿En serio?
—Muy enserio.
Podía sentir su respiración chocando contra mis labios. No aguante la tentación, me puse de puntitas de pie y junte nuestros labios, uniendo nuestros labios.
Rodeo su cuello con mis brazos pegándolo más a mi, tratando de profundizar el beso. Mientras Chris coloca sus manos en mi cintura.
Pase lentamente las manos por su pecho, agarrando fuerza lo impulse hacia atrás, separandonos y haciéndolo caer en el sillón.
—¿Qué...
Me subí sobre él, sentándome en su regazo y sin dejarlo terminar ataqué sus labios con los míos.
Muevo intencionalmente mis caderas, creando fricción entre nuestros miembros, ambos jadeamos en medio del beso.
Tal vez también buscaba que pasara esto.
—Pequeño travieso, no puedes hacer esto— murmuró con voz ronca separandonos del excitante beso.
—¿Por qué no?
—Porque soy mayor que tú y podrían llevarme a la cárcel con solo mirarte demasiado.
—Nadie tiene porque enterarse. Además, a mi me gustan mayores— dije con una sonrisa coqueta, mientras pasaba mis manos por su pecho, desabrochando los botones de su camisa.
Reparto algunos besos cortos en su cuello, escuchando los suspiros que salen de sus labios.
—¿Tienes tiempo para jugar conmigo?— pregunte rozando nuestros labios mientras nos mirábamos fijamente.
—Si es contigo, tengo todo el tiempo del mundo.
×××
ndeah.
