Capítulo 3: Problemas

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Narradora:

Dos días habían pasado, después de aquel incidente, y aún así, el pelimorado se encontraba bastante inquieto, asegurando que escuchaba voces, llantos y lamentos en la lejanía, y aparte de que afirmaba, que sentía como si alguien le estuviera observando, casi todo el tiempo... ¡Por lo que le rogaba al moreno, que no lo dejara solo, ni un instante!... ¡Aunque obviamente, aquello era imposible, pues los dos tenían cosas muy diferentes por hacer, en el transcurso de su día a día!... ¡Pero en la medida de lo posible, trataba de acompañarlo, y calmarlo, diciéndole que nada malo le iba a pasar!... ¡Y el menor, se refugiaba en la calidez de los brazos del mayor!...

Sin embargo, esa noche no sería igual... Pues al peliturquesa le había tocado el turno nocturno, y no saldría, hasta el día siguiente. El pelimorado se las tendría que arreglar por su cuenta, al quedarse solo...
Así que le sonrió a su ''Cuidador'', como una forma de decirle que estaría bien, pues a pesar de todo, se notaba la preocupación en sus ojos...

-¡Bueno, pues ya me voy, Bonnie!... ¿Seguro que vas a estar bien?- Volvió a preguntarle.

-¡Sí, Bon... Tranquilo!... ¡Cualquier cosa, te llamo!- Le aseguró nuevamente.

El moreno le observó, no muy convencido, pero aún así, poco podía hacer, puesto que ya tenía que irse...

Luego de un abrazo de despedida, el mayor se fue, dejando al pelimorado, completamente solo... ¿Porqué lo estaba, verdad?...

En fin, éste soltó un largo suspiro, mirando alrededor de la casa, vacía y solitaria...
Así que para intentar distraerse, se fue a su cuarto, y encendió la televisión, para al menos, escuchar voces y ruido... Como no había ningún programa interesante, se dispuso a tomar un libro cualquiera, y comenzar a leer, para seguir distrayendo su mente.
En eso estaba, cuando de repente, empezó a escuchar sonidos de pasos, alrededor de la casa... ¡Eso bastó, para asustarlo!... Sin embargo, no se movió de su sitio, pues quería convencerse a sí mismo, de que sólo era su imaginación... ¡Pero aquellos pasos, parecían acercarse cada vez más!...
Lastimosamente, el espejo de su habitación reflejaba directamente hacia la puerta, por lo que sólo bastó verlo de reojo, para ver aquella silueta tan escalofriante, observándolo desde allí...
Rápidamente, el pelimorado comenzó a gritar, y a querer salir de la habitación... Así que se volteó hacia la puerta, notando como aquella figura se desvanecía, mientras parecía cambiar de dirección, en todo momento...

Instintivamente, intentó correr hacia la sala, pero aquella figura algo borrosa, le cerró el paso. Así que su única opción era subir las escaleras que daban al pasillo, en dirección al ático.
Casi sin pensar, y dejándose llevar por la desesperación y el miedo, lo hizo... ¡Pero aquella cosa, le acorraló en el pasillo, haciéndole retroceder, hasta quedar en una de las esquinas!...
Su espalda, finalmente golpeó la fría pared... Sus lágrimas bajaban, al mismo tiempo, que su cuerpo entero, temblaba... ¡Aquella figura, finalmente, se dejó ver de manera nítida, revelando a la misma mujer del hospital!...

Aquella mujer, que flotaba como una especie de bruma, nuevamente empezó a arrastrarse por el suelo, de forma lenta, acercándose, poco a poco, al chico, quien dominado por el pánico, se dejó caer lentamente al suelo, mientras suplicaba que, por favor, no le hiciera nada...

-¡Ya basta, por favor!... ¡No lo soporto más!...- Gritó, consumido por la desesperación.

Colocó sus manos en su cabeza, haciéndose un ovillo, tirando fuertemente de su cabello...

De repente, aquella voz tan escalofriante, comenzó a hacer eco nuevamente, resonando por toda la estancia... ¡Pero hubo algo que lo paralizó, al instante!...

¡Las voces, que antes no lograba entender, ahora las escuchaba a la perfección... Y lo más atemorizante, era lo que decían!...

-¡Por ti!... ¡Por tu culpa!... ¡Es toda tu culpa, maldito demonio!- Empezó a gritar, aquella mujer.

Espíritu de CulpaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora