Narradora:
El moreno observaba al pelimorado, quien estaba sentado frente a él, mientras que él, por su parte, permanecía de pie...
-¡¿Hasta cuándo vas a seguir con esto, Bonnie?!- Le cuestionó, enojado.
El más bajo, sólo agachó aún más la cabeza, sin contestar nada...
-¡¿Qué más tengo que hacer, para que lo entiendas?!... ¡¿Para qué entiendas, lo absurdo de tu historia, y de tu drama, eh?!- Empezó a alzar la voz.
Silencio...
-¡¿Porqué haces esto?!...- Siguió sin obtener respuesta- ¡¿Qué más quieres de mí?!... ¡Bonnie, te doy todo el tiempo y la atención que puedo!... ¡No me exijas más!- Con esas palabras, por fin, el chico alzó la mirada para verlo.
-¿Crees que es un chantaje mío?...- Preguntó, con un tono de incredulidad.
-¡Sé que no eres así!... ¡Pero es que ya no sé qué creer!- Respondió, con desesperación.
El oji-rubí observó al otro, con ojos cristalinos...
-¡He hecho todo lo posible!, ¡Te doy hasta donde más puedo!... ¡Pero tal parece, que no funciona!...- Suspiró, frustrado- ¡Todo lo que hago, lo hago por ti!, ¡Pero tú, me estás fallando!... ¡Sólo mira el problema, en el que estoy!, ¡¿Eres consciente de las consecuencias, si pierdo mi trabajo?!- Soltó, completamente exasperado.
Con esas palabras, el pelimorado rompió a llorar...
¡Entonces sí, era tal y como lo pensó!... ¡Él sólo ocasionaba problemas, y el mayor estaba arrepentido de haberlo cuidado!...
¡Él estaba arruinando su vida!...
¡¿Porqué no mejor, acababa con todo, de una vez?!... ¡¿Porqué había nacido, si las cosas iban a ser así?!... ¡¿Porqué no mejor, morir, y así, complacer a todos?!...
¡¿Porqué...?!...
El peliturquesa, al darse cuenta del efecto, que sus palabras habían causado, en el contrario, rápidamente se arrepintió. Bonnie bajó la mirada al suelo, dejando escapar sus sollozos...
El moreno se acercó a él, de forma lenta, hincándose, y sujetándolo del brazo, suavemente... Esto causó que el menor, clavara su vista en él... ¡Sus ojos estaban llenos de dolor, al mismo tiempo, que reflejaban la tristeza de su alma!.¡Al instante, se sintió mal!...
Sin decir nada, y casi de inmediato, lo abrazó con fuerza, sentándose a su lado. El más bajo, se aferró a él, sintiendo mucha culpabilidad...
-¡Lo siento!... ¡Lo siento mucho!...- Fue apenas un murmullo, ahogado por las lágrimas.
El corazón del oji-esmeralda se estrujó, ante aquello...
-¡No, yo lo siento!... ¡No quise hablarte así!...- Hizo una pausa, sintiendo como el otro reforzaba su agarre, al mismo tiempo en que sus sollozos aumentaban- ¡Perdóname, Bonnie!- Pidió, casi con voz suplicante.
Acarició su cabello con suavidad, a la vez que comenzó a repartir pequeños besos, alrededor de su cabeza, en un intento por calmarlo. Luego de algunos minutos, lo tomó por los hombros, separándolo de él...
-¡No llores, que sabes muy bien, que no me gusta!- Le espetó, con firmeza.
El oji-rubí respiró profundo, tratando de controlar sus sollozos, y los espasmos de su cuerpo. Se secó las lágrimas, y mantuvo la mirada baja, intentando retener su llanto. El mayor volvió a abrazarlo, con más intensidad que antes. El pelimorado reposó su cabeza, en el hombro del más alto, mientras unas lágrimas traicioneras y silenciosas, resbalaban por sus mejillas...
Bon sabía perfectamente, que el chico seguía llorando, pues el ligero temblor de su cuerpo, lo delataba... Sin embargo, no le dijo nada.
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Espíritu de Culpa
FanfictionEra una tarde normal, como cualquier otra, en el Hospital... ¡O al menos, eso parecía!. Esta vez, Bonnie había decidido acompañar a Bon, su cuidador, a su turno de trabajo, como doctor, en el Hospital... ¡Sin embargo, jamás se imaginó que esa misma...