My Number • Jikook AU

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Jungkook se hizo un ovillo en la cama y abrazó sus piernas, sollozando. Ya había pasado alrededor de una hora y Jimin no le había respondido los mensajes, el los vio pero no le respondió. Nada. Ni siquiera un "No soy como tú, no me gustas" o "Lo siento, no podemos seguir siendo amigos" Nada. Y Jungkook había dejado salir uno de sus más grande secretos que sólo el lo sabía y nadie más. Había estado reprimiendo su verdadera orientación sexual por mucho tiempo sabiendo que si sus padres y familia se enterasen, le dirían cosas feas y lo echarían de casa, y la gente lo miraría raro más aún cuando sufría de su pequeño problema social. No tenía escapatoria alguna. Había decidido que viviría su vida como una marioneta y por esa causa sufrió toda su adolescencia con eso.

Hasta que conoció a Jimin aquella vez.

Jimin lo hizo sacar de sus casillas, y se enamoró de él, tan perdidamente que ahora no importaba reprimir sus verdaderos sentimientos porque los había dejado expuestos. Sin embargo el receptor de aquellos verdaderos sentimientos le había dejado en claro que no pensaba lo mismo o eso suponía Jungkook ya que aquel no le había contestado. Su corazón dolía y dolía dentro de su pecho, y le dio gracias al cielo que sus padres y hermano no estaban en casa en esa mañana.

Entonces, el timbre de casa sonó.

Con mala cara, Jungkook recordó que el cartero tenía que venir a dejar un paquete que su padre había comprado por Amazon hace unos días y aquel le dejó encargado diciéndole que lo recibiera en cuanto llegara. Jungkook lavó su rostro y se miró al espejo. Sus ojos hinchados y rojos, la punta de la nariz colorada y labios hinchados. Caminó hasta la puerta y la abrió, llevándose una gran sorpresa.

Jimin estaba en frente suyo. Y Jungkook no tuvo tiempo siquiera de asimilarlo porque el rubio lo tomó del brazo y lo empujó contra la puerta, acercándose a su rostro y plantando sus labios con los suyos en un húmedo y silencioso beso. Jungkook sintió que sus piernas temblaban y que se desmayaría allí mismo por lo que empujó a Jimin y lo miró asustado. Ambos trataron de calmar sus pesadas agitaciones.

-¿Qué haces aquí?- Jungkook preguntó rápidamente.

Jimin intentó calmarse pero en lo único que podía pensar era en empujar al pelinegro contra la puerta y seguir besándolo.

-¡Tú también me gustas!-Jimin exclamó rápidamente ¡Me encantas, Jungkook! He estado enamorado de ti durante todo este tiempo que estuvimos hablando!

Jungkook parpadeó varias veces. No podía creer que Jimin estuviese principalmente en frente de su casa y que lo hubiera besado de aquella forma, ¿Cómo es eso posible?

-No contestaste mis mensajes, creí que dejarías de hablarme.

Jimin negó rápidamente.

-Bien terminé de leer todo salí de mi casa y tomé un taxi hasta aquí. - El rubio le sujetó con ambas manos su rostro y acercó el suyo hasta que sus frentes quedaron juntas. Jimin le sonrió. -Todo este tiempo la inseguridad nos comió a ambos y nos hizo creer en cosas que no eran ciertas, Jungkook. Yo te quiero mucho y aprendí a amarte durante este tiempo aunque pasamos por grandes malentendidos. Esa vez me enojé realmente porque pensaba que tu nunca me darías alguna oportunidad. - Se acercó y besó sus labios en un corto beso.- Dios ¡Estoy muy feliz! - Sonrió, besándolo otra vez. Jungkook sintió su corazón salirle por las entrañas.

-Te amo mucho, Jimin-ssi,-Jungkook dijo, mirándolo fijamente. No podía creer que el rubio le estuviese correspondiendo. Le sonrió y lo abrazó. Jimin lo refugió en sus brazos y le acarició el cabello.

-Te amo, Jungkook-ssi.

Jungkook sonrió, feliz.

-¿Cómo...cómo llegaste aquí?-Preguntó Jungkook, separándose de Jimin y éste último entrelazó sus manos con la suya. Jimin rasco su nunca, un poco nervioso y miró hacia otro lado.

-La guía de teléfonos. - Respondió.

-¿Eh?- Jungkook soltó una risita.

-Recordé que un día me dijiste el nombre de tu papá y entonces busqué en la guía de teléfono y di con tu dirección. - Le sonrió.

Jungkook le devolvió la sonrisa, estaba muy feliz. Sin embargo, Jimin se apresuró y le tomó de la muñeca izquierda, levantándole las mangas hasta el codo y suspiró Jungkook quitó su brazo, bajando su manga rápidamente.

-Fue hace mucho. Cicatrices, viejas. No ocurrirá nunca más.

Jimin hizo una mueca y tiró de él, abrazándole con mucho cariño.

-Eres fuerte, Jungkook. - Le beso la mejilla. - Y te admiro por todo. No puedo creer que hayas tenido miedo de hablarme porque yo "soy popular"- Rio. - Tienes razón de que soy muy conocido y eso, pero yo no soy ese tipo de persona que...

-Parecías serlo.- Murmuró el pelinegro.

-Sí, se que parezco. - Respondió, besando la punta de sus nariz. - Pero no lo soy. Era claro que iba a contestarte...Y pensar que realmente tenía la intención de dejar de hablarte porque yo también sufría ilusionándome, pero tus ejercicios me hicieron perder en la borda. No puedo creer que tu número de teléfono nos haya salvado. Creo que si nunca me lo hubieses pasado, de esa manera, seguiríamos igual e incluso ya no estaríamos hablando.

-¿Mi número?

-Sí, tu número. -Jimin le respondió en una sonrisa. Jungkook descansó su cabeza en el hueco de su cuello.- Quiero que sepas que a partir de ahora estaré a tu lado y nunca más estarás solo. Te ayudaré en lo que sea, seremos uno ¿De acuerdo? Quiero cuidarte, quiero protegerte y quiero que seas feliz.

Jungkook mordió sus labio inferior, las lágrimas comenzaron a hacerse próximas. Nunca nadie le había dicho eso.

-Nunca más. - Jimin le dijo.- Siempre estaré aquí para ti, apoyándote y escuchándote.

Jungkook cerró sus ojos, dejándose acariciar por Jimin y llenándose del sonido de su corazón golpear contra su pecho. La felicidad bañándolo por completo.

-Gracias, Jimin. Gracias por todo.

Y en esa mañana, allí se encontraban Jimin y Jungkook besándose con tanto cariño en las afueras y ocultos de la casa de este último, olvidando de todo sus problemas. Porque si, estando juntos los problemas desaparecían.

-Me debes una partida de Overwatch.- Dijo Jimin entre besos.

-¿Podrías...podrías olvidarte de ese maldito juego por un momento?- Jimin le lamió sus labios y luego sonrió.

-Oblígame.

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