Capítulo 3
NIALL
Yo: ¿Qu-e?- tartamudee cuando pude recién asimilar las palabras de Paul y lo que ellas significaban recién para mí, porque, aun no las creía del todo, no podían ser ciertas, no, no podían ¿Cierto?
Kira: Que soy su hija ¿Qué no escuchas, rubio?- pregunto molesta y rodando los ojos, fue entonces cuando entendí las ganas de matarla que sintió Paúl hace un rato cuando ella le contesto y quise yo mismo matarla, pero tenía que controlarme.
Paúl: Compórtate.- le ordeno serio y severo, ese era el paúl que nosotros conocíamos. Él que no se dejaba pisotear por nadie ni nada en el mundo.
Kira: Púdrete.- espeto ella con un deje de molestia en su voz más diversión, parecía increíble que aquello le resultara divertido, realmente increíble
Paul: No me hables así.- la fulmino con la mirada.
Kira: Te hablo como quiero.- le devolvió ella la misma mirada fulminante, nada más que esta estaba cargada de odio en su estado más puro, si eso es posible.
Paul: No.
Kira: Claro que sí, tú no me mandas.
Paúl: Soy tu padre.
Kira: Eres un hijo de puta, eso es lo que eres y nada más.
Paúl: ¡KIRA!
Ella solo rió divertida y cruzándose de brazos en una pose muy sexy, en ese entonces me permití verla mejor y también darme cuenta de que ella era realmente hermosa, cosa que no había prestado atención antes por estar demasiado embobado con su actitud sarcástica y mal humorada.
Tenía una cabellera de un castaño oscuro que le llegaba hasta un poco más debajo de los hombros, hasta los senos, este estaba suelto y tenía algunas ondas en él que le daban un aire despreocupado, sus ojos eran de un color gris ceniza claro, cubiertos por unas finas pestañas negras que resaltaban cada vez que ella pestañeaba, sus labios eran de un color rosado, carnosos y en forma de corazón con apariencia suave, una nariz recta y fina que encajaba perfectamente con ella, sus mejillas estaban con un ligero tono rojizo, y aparentaba ser natural, era alta, no tanto, pero creo que tenía mi misma altura y su contextura física era la de una mujer bien formada, tenía todos sus atributos en su lugar, aquellos short de tiro alto con rayas color azul y blanco hacían resaltar sus piernas lizas y moldeadas, calzaba unos zapatos con apenas un poco de plataforma en ellos que la hacían más alta, una musculosa blanca sin ningún estampado y una chaqueta de color azul remangada hasta los codos más unas cuantas pulseras en sus muñecas como adorno. No llevaba maquillaje, quizás un poco de delineador que hacían sus ojos más grandes y algo de lápiz labial rosado.
Kira: Bueno, esto de estar aquí parado me aburre ¿Podemos irnos de una vez? Tengo sueño y me duelen los pies de usar estos malditos zapatos.- mira con impaciencia un reloj inexistente en su muñeca y me dan ganas de reír por ello.
Louis: ¿No dormiste en el vuelo?- interroga curioso y siendo el primero luego de Liam que le habla, su tono de voz es tranquilo y sereno.
Kira: No sé puede dormir en un avión mientras piensas que este se caerá del cielo y tu terminaras estrellado contra el suelo mientras los buitres se comen tus sesos esparcidos en la tierra con moscas rondándolos para poner sus huevos dentro de lo que queda de ti y así lograr que nazcan malditas larvas…- le respondió y Louis hizo una mueca de asco a lo que ella rió con ganas por primera vez.- Mi imaginación no es una buena amiga que digamos.
Louis: Ya me di cuenta, por cierto, me llamo Louis Tomlinson, pero puedes llamarme Lou o Tommo.-le sonríe amable.
Kira: Un gusto Luis.- sonríe levemente, no creo que a eso se le pueda llamar una sonrisa pero bueno
Se ríe por como lo llamo ella.
Louis: es LO-U-IS no Luis, LO-U-IS
Kira: Perdón.- se disculpa sonriéndole con diversión. - Pero tu nombre yo lo conozco como “Luis” estoy acostumbrada a este y no al británico como se usa por aquí, no tenía ni idea, no estoy muy familiarizada con los nombres británicos.
Zayn: ¿Pero ese no es un nombre de Latinoamérica? Oye, Soy Zayn– se mete en la conversación un poco confundido y para qué negarlo, yo también lo estoy, estoy seguro de que ella no es de por acá.
Kira: Sí.
Harry: ¿Eres de Latinoamérica?- pregunta sorprendido y con el ceño fruncido en su rostro
Kira: Argentina, Buenos Aires para ser exactos.- le confirma sonriente y con un gran orgullo en su voz porque al parecer el ser de Argentina, la enorgullece.
Yo: ¡YO SABÍA QUE TU ACENTO SE ME HACÍA FAMILIAR!- exclamo sin darme cuenta de que lo digo en voz alta y de que ahora ella me mira alzando una ceja con expresión burlona
Kira: Soy latina de sangre, nací allí, y viví toda mi vida allí, llevo en la sangre lo Argentino.
Liam: ¿Y Como sabes hablar inglés?
Kira: Mi papa me enseño desde hace un tiempo, él viaja muchas veces a Nueva York por temas laborales que involucra hablar inglés y me lo enseña, eh aprendido perfectamente a comunicarme y a hablarlo con Fluidez sin necesidad del colegio.
A ninguno se le pasó desapercibido que dijo “Mi papa” y todos sabíamos que no se refería a Paúl, este, tenía una mirada de dolor que nunca vi en él desde que lo conocíamos.
Pero antes de que nadie pudiera preguntar algo sobre ello. Ella le dijo a Paúl siendo fría y cortante, tanto, que incluso me dio un poco de miedo hablarle temiendo que sacara un arma y me disparara o algo parecido:
Kira: Vámonos, dije que tengo sueño y no pienso pasarme toda la vida en este aeropuerto, quiero dormir, ósea que necesito una cama y para eso una casa, por ello será mejor que nos vayamos ya…- y sin más comenzó a caminar como una reina hacía la salida del aeropuerto sin mirar atrás en ningún momento para verificar que nosotros estuviéramos yendo junto a ella, me pregunte como es que haría para encontrar la camioneta y pensé en ir y detenerla antes de que se perdiera, pero lastimosamente, ella ya se estaba alejando con su pose de reina.
“Ella es una reina”- susurro una voz en mi cabeza babosa que no pudo evitar seguirla con la mirada mientras caminaba moviendo sus caderas, no tengo idea si lo hacía de manera intencional o sin darse cuenta de ello.
Cállate.
“¿Te molesta que te diga la verdad?”
Me molesta que estés en mi cabeza todo el tiempo.
“Yo soy tu cabeza”
Sí, claro.
“No me creas, pero luego te darás cuenta y me tendrás que pedir perdón”
Sí, chau, ahora vete.
“Ya vas a necesitar de mí”
Luego de esa conversación tan extraña en mi cabeza me dedico a concentrar mi mirada en Kira, la cual está parada en la puerta de salida del aeropuerto con una mano en su cadera y mirándonos impaciente, suspiro y tomo una de las maletas para comenzar a caminar hacia ella y su elegante pose de reina.