-S I X T E E N-

254 20 5
                                    

↬Sabes que estoy pensando "¿Qué pasó? ¿Por qué tú?" Pero cuando te veo en mis sueños, shh... Lo sé.☪

Septiembre 26, 2018. Seúl, Corea del Sur.

Mi cumpleaños, sí...

Creo que dejé de festejarlo hace varios años, más ahora que ni siquiera tenía a mi mejor amigo a mi lado. Si te soy sincera, sólo festejaba mis cumpleaños porque sabía que él iba a estar ahí conmigo.

Quería creer que no lo habías olvidado, o que por lo menos lo sabías, pero ¿En qué me basaba para decir que lo recordarías? Estabas muy ocupado empacando tus maletas para ir a la siguiente KCON, sumándole que teníamos que ir a varias entrevistas, tanto tuyas como mías en tu país de origen.

Quería creer que no lo habías olvidado, porque dolía incluso el hecho de saber que hoy no desperté con el mensaje de Jonghyun deseandome un feliz cumpleaños. Si no lo hacías tú, ¿No lo haría nadie más?

Ninguno de tus compañeros lo hizo, ni siquiera el menor de todos ellos, y algo me olía muy mal al pensar en eso.

Que no festeje mi cumpleaños, no significaba que no estuviera haciendo una cuenta regresiva en mi calendario para cuando este día llegara.

Fue esa entrevista en la que me preguntaron sobre ti, aunque no sabían que eras tú mi pareja, donde hicieron que muchas preguntas se vinieran a mi cabeza.

Si te digo la verdad, escribí esta canción solo tirando palabras al azar. Pero ahora que te tengo aquí, durmiendo a mi lado, puedo entrelazar momentos de nuestra relación, con aquella canción, y con miles más.

El momento en el que me preguntaron quién eras, cuando simplemente no podía contestar, ya que tampoco tenía bien planteado por qué.

Quizás tú y yo eramos almas destinadas a estar juntas. Quizás no había un por qué y simplemente pasó. Quizás de más estaba preguntar qué, por qué, cuándo, cómo, dónde y quién. Quizás estaba escrito en el destino que tú y yo ibamos a chocar.

Quizás estaba escrito en el destino que, accidentalmente, ya en la segunda entrevista del día, se te haya escapado un cuando te preguntaron si tenías novia. Quizás estaba escrito en el destino que desataras conmoción, haciendo que tu propia empresa tuviera que salir a declarar que tú y yo estábamos en pareja.

Quizás estaba escrito en el destino, que este tenía que ser uno de los peores días de mi vida.

Así como llegaban mensajes bonitos, mis notificaciones de absolutamente todas mis redes, se llenaron de comentarios explosivos, llenos de odio y rencor.

¿Por qué el mundo era tan cruel? ¿Por qué no puedo amar tanquila? Si tan solo quiero compartir mis momentos felices junto a esa persona que quiero, ¿Acaso tengo que pedir disculpas por haberme enamorado? Si yo no lo elegí.

Pasaban las horas y los comentarios eran más y más. Tantos que ni siquiera podía ver los "feliz cumpleaños" que la gente me escribía.

Fue ahí cuando apareciste.

Luego de un largo día, una vez en el departamento donde tú, yo, y el resto de tus compañeros convivíamos, me tomaste de la mano y me llevaste al pequeño balcón donde suelo ir para escribirte.

─Sé que hoy ha sido un día muy difícil para ti, y realmente lo siento mucho, porque sé que soy el culpable de todo esto.─ Comenzaste con unas pequeñas palabras. No ganarías nada culpandote, después de todo, ambos sabíamos que no era culpa de ninguno.─ ¿Recuerdas esto, verdad?─ Me señalaste el brazalete que alguna vez dejé en manos de Changkyun para que llegara a la muñeca de la persona que más quería. .─ Tú me diste algo importante para ti. Así que creo que te debo algo igual de importante.─ Sacaste de tu bolsillo una pequeña púa.

Me explicaste que te la había regalado alguien muy importante en tu vida. Tu abuelo.

Estaba realmente anonadada. No creía posible que fueses capaz de eso, ya que ambos sabíamos el significado que tenía para ti.

Creo yo que, después de todo, la conexión con nuestros familiares siempre fue algo de las pocas cosas que teníamos en común.

Fue ahí cuando tus amigos entraron en escena, para festejar junto a mi que cumplía un año más. Ya veintinueve. Me estaba volviendo cada vez más vieja, y no soportaba la idea de que quizás ya no me quisieras por esa razón.

Quizás si esa noche no nos hubieramos exedido en besos, yo seguiría con el dulce sabor de tus labios, en lugar del amargo sabor de tu ausencia.

Tú estabas de gira, y yo estaba a tu lado, como una idiota. Como tu idiota.

Y otra vez me adelanto en la historia, pero sí, soy una idiota, y tú también lo eres.

Ambos estamos idiotizados por el otro.

Esa noche la disfrutamos. Tanto tú, como yo. Esa noche fue la primera vez que le entregué a alguien mi cuerpo bajo mi propia voluntad.

Decir que eras mi primera vez sexual era una completa mentira. Pero decir que fuiste la primera persona a la que me entregué sin un no de por medio, llena de seguridad a que no me lastimarías, era la verdad más pura que haya dicho en toda mi vida.

Me encontraba en tu pecho, sintiendo tu respiración algo agitada, y tu corazón a un mil por hora. Mi mano no hacía nada más que acariciar tu torso desnudo y tu abdomen marcado, el cual venías trabajando desde hace años. No entendía cómo podías mantenerte en tan buena forma, pero aún así amaba cada parte de ti.

─Kihyun.─ Llamé tu atención, quitandote de lo que sea que hayas estado pensando esos dos minutos de silencio.─ Te amo más que a nadie en el mundo.─ Una pequeña sonrisa abrió su camino entre tus labios, dandome a ver tus hermosos dientes, que hasta hace poco mordían mi cuello dejando marcas notorias. Iban a matarte, pero a ti no te importaba.

Nunca te importó.

Y la verdad tampoco sabría si no te importó sólo aquellos besos en el cuello, lo que dirían sobre nosotros afuera de nuestra burbuja, o si realmente nunca te importó lo nuestro.

Quería creer que eran sólo las primeras dos opciones, y quizás no me equivocaba.

─Yo también te amo, Luna.─ Besaste mi cabeza y me transmitiste eso que en todo el día no pude sentir; paz.─ ¿Por qué te llamas así? ¿Por qué no Moon? Si tus padres son ingleses.─ Tus repentinas preguntas sobre de donde vengo, por qué soy de tal manera, a dónde voy o quién soy, simplemente se volvían costumbre en mi. Era como si estuvieras desesperado por saber de mi.

─Mis padres siempre quisieron destacar de los demás. No les gustaba seguir la corriente, y por eso simplemente decidieron ser originales con mi nombre.─ Suponía en ese momento, que esa sería la razón.─ Cuando se fueron de viaje en caravana, también lo hicieron en contra de mucha gente, y terminaron afectando mi vida entera.─ Recordar esos momentos me dolían, pero sentía necesario contarselo.─ Eran prófugos el mundo. Como nosotros.─ Terminé, haciendo que tú soltaras una risa, provocando mi sonrisa. ¿Por qué mis emociones dependían tanto de las tuyas?

─¿Por qué Luna, entonces?─ Volviste a preguntar. A veces eras un poco insistente con tus curiosidades.

─Mis padres se conocieron en 1982, en un eclipse lunar. Supongo que desde ese momento ya sabían que iban a estar juntos.─ Fue ahí donde más preguntas llenaron mi cabeza, las cuales me aseguraba que iría a hablar con mi madre al día siguiente.

Tú simplemente dejaste tus preguntas de lado. Al parecer había resuelto tus dudas, y estabas satisfecho con el resultado, pues tu sonrisa lo demostraba.

─Eres igual de hermosa que la luna.─ Soltaste, haciendo que se me ocurriera una cursilería que no se me iba a pasar de decirte.

─La luna brilla porque la luz del sol choca con su superficie, y esta se proyecta en la tierra.─ Te miré, sabiendo que estarías confundido.─ Yo soy la luna y tú eres el sol. Sin el sol, la luna no brilla, y si la luna no brilla, el mundo queda completamente a oscuras. Somos un equipo.─ Sonreí, y tú también lo hiciste.

Sólo me mandaste a callar entre risas, y comenzaste a acariciar mi cabello mientras me cantabas esa canción que yo tan bien conocía, hasta que me quedara dormida.

Moonlight.

R.E.M || Yoo KihyunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora