Capítulo 11: Unkown Powers.

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Adniz regreso con lo que le había encomendado en menos de un día, portando en sus manos el arma que terminaría mi plan y daría paso a los últimos días. Al Adniz regresar con "El medallón de Sulvär", la diosa de la magia, me lo entregó y con esto decidí emprender un viaje hacía el templo sagrado, que se situaba bajo los fundamentos de Grecia en Roma. Usando los poderes que le robé a Kirei hace años atras, podría llegar en un mismo día, sin embargo, no quería ocasionar rumores de mi presencia en Grecia, asique decidí ir en un crucero.

─ ¡No puede ser! ¡¿Iremos en crucero?! ─a gran voz exclamó Adniz, la cual deseaba desde hace tiempo ir en uno.

─Sí, iremos. No actúen como dioses, aunque sea difícil, debemos mantener un bajo perfil.

─Entonces yo- ─interrumpi a la vurgælix, sabiendo ya que iba a decir.

─Si, Adniz, tu serás mi pareja, así se vera más "natural".

Adniz se empezó a reír, llamando la atención de todos en la KGC. Tras parar de reírse después de un buen rato, me abraza así sin más, dejándome un poco confuso. Al haberle dado de mi poder, su proceso de transformación aceleró, mas, mis poderes descienden poco a poco. El beso que le di sirve como canal directo para su fuerza y poder, después de todo, una vurgælix no tiene un cuerpo diseñado para soportar el poder de su deidad.

A pesar que me debilitó, era necesario que sacrificara mis poderes, así, Kotomine podrá divertirse y calentar hasta que el momento llegué.

(Shino, Adniz e Ikari, se montan en el crucero, y zarpan destino a Grecia.)

Lord Shino, usted me beso, ¿cierto? ¿No sintió vergüenza ni nada por el estilo? ─tímidamente pregunto la vurgælix, cual escondía sus rasgos, camuflados con su cuerpo de diosa.

─ ¿Porque habría de sentir vergüenza?

─Bueno... Solamente digo, que una vurgælix como yo no sería ideal para-

─Escucha, Adniz. Aunque no seas digna, era necesario, después de todo era uno de tus deseos. ─el rostro de Adniz brillo en rojo, mientras sus ojos parecían perdidos sin saber adonde mirar. ─Solamente enfocate en la misión, no puedes ser débil en sentimientos.

─Señor... Yo-

─ ¡Maldita rata! ¡¿Donde demonios pusiste mi pedazo de pizza?! No te lo comiste, ¿cierto? ─Ikari pregunta con rabia, observando con ira a Adniz.

Tomo un suspiro, mientras espero lo inevitable. Adniz huye de Ikari, mientras esta le lanza con cualquier objeto en vista; aunque intenté controlarlas, no puedo usar mis poderes ni fuerza o terminariamos nadando hasta la orrilla de Grecia. Tras un rato de ser perseguida, Adniz logra escabullirse y Ikari se acuesta cansada de perseguirle, por otra parte, yo decido ir a la proa a observar el basto oceano, que me trae recuerdos de las guerras formadas hace 20 años.

─Lord Shino... ─una voz susurrante interrumpe mi tren de pensamiento.

─Adniz, ¿qué sucede? ─respondí en un tono irritado, más lo arregle aclarando la garganta.

─Usted... Usted es fuerte y poderoso, mas ahora siento sus emociones, ¿esta bien?

Joder, debo estar bajo el 1%

─Escucha, Adniz, ─al hablar me giro para encontrarme con esta, vestida en un traje verde revelador y zapatillas en forma de chancleta. ─Sin poderes, soy más bien un mortal, no obstante, tu tienes mi fuerza y debes saber usarla.

Adniz observaba el agua, mientras sus brazos temblaban de frió. Normalmente la ignoraría y dejaría que remedie el frió por si misma, pero era más importante que mis ideologías al momento. Tendiéndole mi suéter, cubrí su cuerpo, mientras sus ojos brillaban de emoción. Siempre supe que los vurgælix eran leales y luchadores, mas esta no era una simple vurgælix, era una especial nacida en un eclipse solar, de ahí el color de sus ojos heterocromios. Su valor era irreemplazable, y, aunque la idea no me agradara, debía de actuar como su pareja.

[...]

Las horas pasaron, y llegamos al puerto de Grecia a eso del mediodía, mientras las maletas eran bajadas del crucero, en el puerto un hombre encapuchado paso por mi lado, reconocí su presencia inmediatamente y le ordene arrodillarse, pero a esto se negó y siguió caminando. Me irrite un poco, mas ordene a mis soldados bloquearle el paso, forzándole a girar su rostro hacia mi, revelando la cicatriz que adornaba su rostro.

─De rodillas, demonio.

─Tu, haz perdido poder, seguro que eres un dios, ¿o solo fingiste serlo? ─el demonio, Delirium, había regenerado su cuerpo tras nuestro ultimo encuentro.

─ ¿Que hace en Grecia un demonio de nivel 4?

─Un mortal como tu, no le incumbe mis asuntos.

Intente ignorar sus palabras, lo logre, mas sin embargo, Ikari escucho la conversación y decidió interrumpir, sin saber aun quien era el individuo ahora arrodillado delante de mi a la fuerza.

─ ¡¿Cómo osas a- Delirium?! ─la voz de Ikari cambio dramáticamente al reconocer al demonio, su rostro también cambio de colores. ─ ¡¿Qué demonios haces en Grecia, bastardo?!

─Tan ruda como siempre, Ikari, estoy aquí por ti. ─al decir esto, Ikari alzo por el cuello de la chaqueta al demonio, captando la atención de todos los presentes en el puerto.

Esto no puede ser...debí dejarla en la KGC

En el alboroto, Adniz sintió mucha presión y al no estar acostumbrada a su nuevo poder, se descontrolo, empeorando la situación aun mas. Ya estando la situación compleja, Delirium abrió su boca provocando a Adniz, ocasionando una pelea. <<Y así piensas ser esposa de este mortal, perdiendo el control, siendo débil, son tal para cual.>> Esas fueron sus palabras antes de que Adniz lo apartara de Ikari y destruyera todo el puerto con el cuerpo del demonio.

Tras la gente huir, canalice lo sucedido y tomando un gran suspiro, me encamine hacia Roma, dejando atrás las responsabilidades que había de tomar en manos por la imprudencia de mis soldados, ¿desdé cuando los dioses dejaron de tomarse su trabajo enserio?

Eventualmente, tras ver innecesario el ocultar nuestra presencia, decidí llegar a Roma usando los poderes que tenia de Kirei, aunque no eran muchos, eran mas que suficientes. Al llegar, me hice camino hasta entrar al viejo estadio, entonces, utilizando el poder del medallon, fui guiado hasta alcanzar el altar debajo del estadio, un ancho altar que disponía de un "stand" con la silueta de tal amuleto. Me pare frente a este y observando las escrituras antiguas que escribían <<Et hie inserta ad ligaturam cucurreris, dimittere et de Deo ignota, et conteret spatium.>> El escrito era una advertencia, escrita por el mismísimo Döughas, el mago que supero a los dioses. Ignore esta advertencia y proseguí a insertar el medallon, y dándole un giro, sentí como miles de presencias emergieron desde el suelo; todas aclamando a una sola voz un nombre en un idioma que yo solo entendía.

─Shino, ¿qué era eso? ¡fue una presencia poderosa! ─exclamo Adniz, su piel erizada por las presencias que al escapar hundieron el estadio.

─Para lo que te preparé, yo ahora estoy débil y el enemigo que ha de venir es mucho mas fuerte que yo; tu eres lo único que tengo para vencerlo.

─ ¿A qué nos enfrentamos? ─Ikari pregunto cruzando sus brazos.

─Al Michi no kami... Esto es algo que aunque es peligroso, debo arriesgar. ─tras decir esto, cerré mis puños, intentando ocultar el sentimiento que hace tiempo no sentía, el miedo.

Kami No KamiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora