Capítulo 8: A God's Rage.

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Frente a mi se encontraba el dios del tiempo y el espacio, hace años estuvimos pico a pico, y ahora nada daría diferencia, talvez sería lo contrario, nuestros poderes son cada vez mas fuertes con los años, tanto que ahora un golpe de puños sería catastrófico para Japón en general.

"Escucha, Shino, no es el momento de pelear, aún no puedo enfrentarme a ti." admitio Kotomine.

"Es cierto que tu poder no alcanza ni el 20%." respondí mirándole fríamente.

Kirei se aproxima a mi, y coloca la mano sobre mi hombro izquierdo, yo simplemente esperé, sería aburrido destruir a un dios tan fácilmente, más si se trata del único rival digno. Pero algo ya me avisaba que cometía un error, y nunca antes mis sentidos me habían traicionado, pero no había nada que hacer por ahora, asique simplemente baje mi poder al 0.50%.

"El momento llegará, Shino, es todo cuestión de tiempo." chasqueando los dedos, atraso el tiempo justo antes de la explosión de la frontera de Tokyo.

"¿Qué hacemos aquí?" pregunto mirando la casi desolada frontera de Tokyo.

"Observa, y gracias por el 20 por ciento de poder adicional." dice Kirei retirándose por un vórtice.

Su risa era que había logrado lo que quería, y lamentablemente mi ira no era como la de Ikari, era aún mas incontrolable, por eso había evitado a toda costa que mi paciencia se agotará.

Malidto Kirei!" dije haciendo un aura que cubría toda la zona de la frontera.

En ese momento, Ikari junto a un hombre el cual parecía no tener alma alguna, peleaban intensamente tanto que las ondas resonaban como bombas en el aire cuando sus puños colisionaban. No sé que era mas desafortunado, que mi ira era soberbia, o que Ikari y el hombre tendrían que remediar ese hecho.

"Maldito... No creas que puedes tan fácilmente conmigo." Ikari dice reservando su ira.

"Jeh, pues pelea." el hombre dice chantageando a la diosa.

"Arg!"

Se abalanzaron mutuamente, y tiraron sus golpes, los cuales crearon una onda de choque que hizo un crater enorme, destrozando todo en aquél lugar, sin embargo, cuando el humental se dispersó, yo estaba entre medio, y ambos de sus puños estaban bajo el agarrare de mi mano.

"¡Tch!" dijo Ikari intentando soltarse.

"¿Quién eres?" pregunto sin emoción el hombre, el cual su piel estaba tan fria como la de un cadáver.

Los solté, pero sin embargo ataque, Ikari lo esquivo fácilmente, ya sabía mis movimientos, sin embargo, para el hombre no fue fácil, y recibió el impacto, el cual le rompió las costillas y lo hizo salir disparado unos metros.

"Vaya, ¿será un demonio?" se dijo a si mismo el hombre el cual se regeneraba rápidamente.

"Señor..." Ikari no pudo ocultar su preocupación de su tono.

"¿Señor? ¿Quién eres tu que Ikari te llama 'Señor'?" el hombre dijo acercándose lentamente.

"Soy la potestad de la tierra." dije mirándole a los ojos.

Esto no lo detuvo, sin duda no era un simple demonio, era algo más. Al acercarse me miro a los ojos, sus ojos no tenían vida alguna, entonces supe quién era, almenos tenía la idea, mi ira no me dejaba pensar claro, no en ese estado.

"¿Cuál es tu nombre?"

"Shino, ¿y el tuyo?"

"Soy Delirium, un verdugo sirviente de la muerte."

"Jeh..." una sonrisa se plasmo en mi rostro. "Yo soy el dios de dioses."

Poniendo mi mano en el pecho del hombre recite mi hechizo que almenos lo dejaría inmóvil:

"The push of the will from a god, straightens every demon..."

En un segundo, el hombre salió volado y termino atravesando el edificio. Me giré hacía Ikari, pero antes de avanzar mucho, el verdugo salió entre el humental, apareciendo en segundos ante mi, listo para atacar. Sentí emoción en mi cuerpo tras el pensar de que solo use el 1% con ese hechizo y salió ileso.

Su puño se clavó en mi mejilla, haciéndome volar por los aires, y atravesando 3 edificios caí en el piso creando un cráter mas grande que el anterior.

"Un demonio verdugo de la muerte..." me levanté del piso y sacudí el polvo de mi sudadera. "Por fin..."

(Ikari y Delirium hablaban.)

"Ese hombre, ¿él es el dios de dioses? Pareció un muñeco de trapo." dijo el demonio sin expresión.

"¡¿Serás idiota?!" Ikari dijo enojada.

Desde el humental un brillo color amarillo se reflejaba, Ikari simplemente retrocedió, mas el demonio se quedo mirando hacía la dirección que Ikari miró. De repente el reflejo de las luces se desapareció y al demonio girarse me vio ante el, con mis ojos color amarillo.

"Después de todo tienes poder."

"Mucho mas del que crees."

En un paladear, aparecí en su lado, y puse una mano en su hombro.

"Mira a lo que te enfrentaras algún día, demonio."

Se sientio como el cuerpo del demonio latio antes de explotar en mil pedazos pequeños, el demonio no tuvo tiempo a reaccionar, ni mucho menos a contener un por ciento de mi poder. Pero sabía que lo volvería a encontrar, esto necesitaba.

"Después de todo me ayudaste, Kirei."

Kami No KamiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora