Las paredes del espacio se rupturaban, mientras los demonios liberados atravesaban estas barreras. Observé con detenimiento, buscando la puerta que había de crearse, que le abriría paso al Michi no Kami; no mucho después de un silencio, un rayo cayo sobre Japón y iluminó la isla de costa a costa.
─ ¿Eso calló en Japón? ─preguntó Adniz, viendo como la Isla seguía iluminada a través de una bola de cristal.
─Gvsar, acercame más a la ciudad. ─Gvsar era el dios de la clarividencia y artes místicas, aun así me servia por voluntad propia.
─Esto es lo más cerca, Lord Shino, hay un poder abrumador que me impide acercarme más. ─la desesperación de los 3 dioses y 2 soldados que andaban conmigo era abrumadora.
Debía de alguna forma obtener sus poderes, sería imparable, aunque pudiese terminar perdiendolos si hacía un movimiento en falso. Para nuestra mala suerte, un segundo rayo cayó en Grecia, muy cerca de nosotros, aunque la distancia era lejos; su poder se sentía tan fuerte como el calor del sol. Con la ayuda de Adniz, y su 15% de poder robado de Kirei, con esfuerzo logramos llegar al lugar del impacto. Un hombre, de casi mi estatura, estaba de pie sobre cenizas restantes de el impacto del rayo contra el suelo; su cuerpo completo estaba tapado de pies a cabeza por una capucha de color azul obscuro. Los detalles de oro que adoraban su atuendo le hacían resaltar, de su rostro, solo sus ojos color carbón resaltaban.
─Tú, tú eres el Michi no Kami, ¿cierto? ─pregunté acercandome brevemente a él.
Su boca no se movió nisiquiera un centímetro, mas sus manos si, haciendo volar por los aires, dejándome inmóvil. Realmente soy débil sin mis poderes... Mi cuerpo no aceptaba mis mandatos, y permanecía quieto, mientras Ikari y Adniz contemplaban a este dios.
─Tu no aparentas ser tan fuerte, debes tener una debilidad. ─comentó Gvsar, observando de punta a punta las características de este.
─ ¡¿Serás idiota?! ¿Así te haces llamar el p*to dios de la clarividencia?
─Calla. Ustedes no son rivales; no tienen la fuerza para serlo. ─dijo con voz potente Hairo, el dios de lo desconocido.
Su poder es desconocido en sí, se dice que domina dimensiones, más su poder es mucho más complicado que tan solo eso. Era intimidante, y no podía enfrentarme a él ya que era necesario que Adniz diera conocimiento a su potencial; no obstante, sabía que no iba a ganar, mas si me sería de gran ayuda.
─No dejaré que patees a Shino y te salgas con la tuya. Adniz, ayúdame contra él.
─Si, Ikari, vamos con todo.
Antes de que las chicas apenas se moviesen, Hairo agarró a ambas por el cuello. A Ikari la hizo desaparecer atravezando un portal, mientras que a Adniz simplemente le batió contra los edificios cercanos. Observandome desde lejos, podía sentir como si se burlara de mi, mas no podía hacer mucho en mi estado.
Adniz había perdido el control de nuevo, y atacó con ferocidad y energía, haciéndole retroceder unos pasos atrás. Este bloqueaba cada ataque con una expresión monótona en su mirada; su poder era algo que ningun dios simple lograría alcanzar, no obstante, solo restaba poco para que mi fuerza volviese.
─Tus ataques son débiles, me decepcionas, pero te are un pequeño viaje por las dimensiones, ─deteniendo un último ataque, agarró a Andiz por la garganta. ─Saluda Dhalí por mi, Vurgælix.
Adniz cayo por un portal, dejando solamente a Hairo y a mi en el mismo paro dimensional. Poco a poco se acerco a mi, alzandome por el cuello y dejándome suspendido en el aire.
─ ¡No sabes cuánto espere por esto!
─Sí, ─con mi mano derecha destroce su brazo, liberandome de su agarré. ─Yo había esperado mucho tiempo también, Hairo.
Hairo restauró su brazo y alzo su mirada, encontrándose con el color dorado de mis ojos. No planeaba contener mi poder en lo más mínimo, e iría con mi 100% sin abstener nada. Al primer impacto supo que iba enserio, ya que logré hacerlo retroceder barios metros; tomando enserio la batalla, el colgante en su cuello alumbró, y moviendo sus manos el lugar donde estabamos comenzó a cambiar, estaba controlando las dimensiones; no iba a reservar nada tampoco.
─Mi poder sobrepasa el tuyo, Kami no Kami, o mejor dicho; antiguo Batorugoddo. ─el Michi no Kami sonrió, aunque su expresión se fruño al ver que mi reacción no fue la esperada.
─ ¿Quién dijo que ese era mi antiguo titulo? Yo sigo, y seguiré siendo el dios de la batalla.
Dichas estas palabras, expulse una honda de choque que hizo explotar los cristales cercanos, pero al poco rato, la dimensión se altero de nuevo, cambiando constastemente. Tras intercambiar golpes, y atravesar barreras en dimensiones, terminé en la dimensión sub real, la dimensión dónde todo lo que en la realidad estaba, aquí no, y viceversa.
─Aquí yo lo veo todo, pero tu no, Shino; ¿que tal un 50% de mi poder total?
─A ver si me haces alcanzar el 10% del mío.
Estas palabras ensancharon las ganas de matarme, pero eso quería; el orgullo es el peor enemigo de un dios, y yo sé de eso mejor que cualquier otro dios en la tierra o el cielo. En segundos, Hairo atacó, haciéndome atravesar a otra dimensión, la dimensión de las sombras, donde ya no había vida tras sufrir la rabia del dios del poder. Pero había algo fuera de lo ordinario además de cenizas y obscuridad; una página arrancada de un libro─ciertamente familiar─sin duda era una página del libro de Döughas.
─Venite ad me in tenebris... ─recitando este hechizo, la página llegó a mis manos. ─Oh, cuanto poder...
Una sonrisa se plasmó en mi rostro, mientras que el Michi no Kami entro finalmente a la dimensión.
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Kami No Kami
FantasyLa historia del dios mas poderoso en el universo, y su travesía al encontrarte con el dios del tiempo y espacio, una vez más.