[PDV Lauren]
La luminosidad empezaba levemente a molestarme, traté de empujar el momento clave en el que debería de levantarme lo más lejos posible. Hasta que no aguanté más, y curiosamente no era por el sol, sino por la pequeña fuerza que ejercieron sobre mi manta. Me dí la vuelta enseguida, encontrando al pequeño Alex, el hijo benjamín de Camila. Su pelo estaba alborotado, su chupete estaba al borde de su boca y su peluche arrastraba. Era la estampa más adorable del mundo.
—Hola. —Susurré, sin pararme a pensar que coño estaba haciendo en el salón de Camila.
—¿Me pones los dibujos? —Preguntó, y sonreí antes de asentir.
No tardé en incorporarme, y el pequeño escaló el sofá con mucha experiencia previa, se acomodó y esperó tranquilo a que encendiera la televisión. Encontré el mando y cambie de canal hasta que eligió uno.
—¿Quieres desayunar? —Pregunté mirando a mi alrededor, buscando la cocina.
—Si, pero mami se enfadó y dijo que ahora todos teniamos que hacer nuestro desayuno, pero yo no sé.
—Dijo con una fina mueca.Solté una pequeña risa imaginando como Camila debió de enfadarse para decirles a sus hijos que se hicieran ellos mismos el desayuno. Le dediqué una fina sonrisa a Alex, y me dirigí a la cocina que quedaba justo detrás del salón. Encendí la cafetera, y busqué en los diferentes armarios una taza. Hasta que escuché una leve risa, una de las más bonitas. Levanté la cabeza y me encontré con otra estampa preciosa, Camila, con un moño mal hecho, un pijama y una bata por encima.
—Buenos días. —Sonreí levantándome del suelo, donde estaba arrodillada buscando una taza en los armarios de abajo.
Evidentemente, al levantarme choque con otro de los armarios que deje abierto. Y eso provocó más risas por parte de Camila, y curiosidad por parte de Alex quién ya se encontraba de espalda a la televisión observando la escena que tanta gracia le hacía a su madre.
—¿Has dormido bien? —Preguntó, abriendo el único armario que no había abierto y sacando dos tazas.
—Si, gracias. —Sonreí, acariciando la zona de mi cabeza que tanto dolía, y sintiéndome muy estúpida. —Perdona por eso, haberme dormido.
—No te preocupes. —Sonrió antes de empezar a preparar el café.
También sacó lo que imagino sería el desayuno de sus hijos, tres tazas con dibujos y varias tostadas. Al cabo de unos minutos Daniela y Mia llegaron recién levantadas, Daniela se tiró literalmente en el sofá molestando de paso a su hermano pequeño, mientras que Mia, quién era la copia perfecta de Camila se sentó en la isla de la cocina justo frente a mi.
—¿Donde está Michael? —Preguntó después de un tiempo en silencio.
—Están con su mamá. —Dije enseguida, y Mia hizo una fina mueca.
—¿Cuando vuelven contigo?
—Pues el viernes, de hecho había pensado que podríamos pasar el fin de semana en mi casa de la playa. Todos juntos. —Dije enseguida, mirando a Camila quién terminaba los desayunos.
—¡Si! —Gritó Daniela, casi despertando de un sueño profundo.
—Oh, pues.. Eh, si, si no te molesta, sería genial. —Contestó Camila y asentí sonriente.
—Claro que no es molestia, será genial.
Camila llamó los más pequeños, y empezamos a desayunar todos alrededor de la isla de la cocina. Al terminar, ayudé Camila con los trastos mientras Mia, la mayor se iba a la ducha y los pequeños se quedaban jugando esperando su madre. No fue hasta que empezó a vibrar mi móvil que me dí cuenta que tendría que irme en algún momento, y sinceramente, no me apetecía para nada.
—¿Si? —Dije casi de malhumor.
—Señorita Jauregui, soy Bianca, tiene un vuelo a Madrid en tan solo tres horas y aún no había recibido ninguna noticia suya.
¿¡Madrid?! Es verdad, la reunión con Jorge, mi socio. Solía escocger las reuniones profesionales siempre que mis hijos estuvieran con Lucy, y este fin de semana tocaba Madrid. Suspiré antes de contestarle a mi asistenta que no se preocupara, que lo tenía todo bajo control.
—¿Todo bien? —Preguntó Camila, con Alex en brazos.
—Si, tengo un vuelo a Madrid en unas horas. —Dije con un fino suspiró, y ella reaccionó del mismo modo, curiosamente.
—Oh vaya, pensaba que te quedarías a comer al menos. —Susurro.
—Yo también. —Dijo con una fina mueca Alex.
Miré la hora en el móvil, aún tenía tres horas hasta el vuelo, podría quedarme un momento más, además Gloria estaría en casa limpiando seguramente no le importaría hacerme la maleta. Solo era ropa para un día.
—Puedo quedarme un rato más.
—Sonreí.—¿Quieres bañarme? —Preguntó Alex con entusiasmo y asentí riendo.
—Claro, si prometes no mojarme mucho.
Camila tenía una preciosa sonrisa en el rostro, que me gustará era evidente desde el principio, pero algo en mi me gritaba que yo tampoco le era del todo indiferente.
Una vez los tres niños duchados y vestidos, Camila propuso dar una vuelta al parque. Mia insistió en coger sus patines, Daniela escogio el patinete de frozen, y Alex tenía una pequeña bici sin ruedas de color rojo.
Tenía la impresión de que el tiempo se me escapaba de las manos, jamás hubiera pensado que un choque contra mi coche recién comprado me llenaría ese vacío que tenía mi vida desde el divorcio con Lucy. Jamás pensaba encontrar a alguien como Camila. Pero ahí estaba, delante de mi preciosa y con un culo..
—Ese culo no puede ser santo.—Solté casi sin pensar. En realidad, sin pensarlo para nada.
Ví como Camila se daba la vuelta con las mejillas sonrojadas, y una fina sonrisa nerviosa sobre sus labios.
—¿Que has dicho? —Preguntó acercándose con algunos tropezones de por medio.
—Perdón, no quería faltarte al respeto. —Dije nerviosa.
—No, no. Para nada. Es que.. Nunca, nunca me habían soltado un piropo como ese. —Contestó con una suave risa.
—¿Nunca? —Pregunté sorprendida.
—Solo he estado con Austin, y sinceramente pienso que si alguna vez hubo amor en nuestra relación jamas fue recíproco. —Explicó, y sentí como un pequeño pinchazo se adentraba en mi corazón.
—Él se lo pierde. Eres espectacular Camila, y no lo digo solo por ser tan buena madre, lo digo porque eres preciosa, tienes un cuerpo perfecto, y eres tan buena y dulce.
—Oh. —Dijo sonrojada. —Muchas gracias, Lauren. Supongo que tu estarás cansada de escuchar piropos, pero para ser mujer eres la primera en la que me fije.
—¿Te has fijado en mi? —Pregunté con una fina sonrisa, y noté como de pronto se puso nerviosa.
—Es decir.. Eh.. Yo.. Me refería a..
—No pasa nada. —Sonreí.
Y antes de poder seguir con nuestra conversación más íntima desde que nos conocemos, vibró mi móvil. Era Gloria, tenía que irme. Suspiré antes de rechazar la llamada.
—Tienes que irte.
—Si, no me apetece pero si.
—Tampoco me apetece que te vayas.
—Confesó y sonreí.—Bueno, todavía nos queda el fin de semana, bueno y todos los desayunos de está semana. —Dije antes de guiñarle un ojo.
—Me parece genial.
Me despedí de los tres pequeños, y le dí dos besos a Camila, aguantando unos segundos más en el último. Entonces me fuí hacía el aeropuerto dónde me esperaba Gloria con mi maleta. Y cogí camino hacía Madrid, pero lo único que vagaba por mi mente era el fin de semana entero con Camila y nuestros hijos.
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Bad Mommies. [Camren]
FanfictionCamila Cabello, madre, a punto de separarse de su esposo y agotada de su día a día. Lauren Jauregui, madre, divorciada, famosa y agotada de su día a día. ¿Acaso hay buenas madres? ¿O solo madres desesperadas por hacerlo bien? {Comédia/Romántica.}