Bad Mommies. [Camren]

4. Amigas.

[PDV Lauren.]

—Es.. Dios, te quedaste corta. Es muy guapa. —Habló Normani antes de guiñarme un ojo.

—Sí lo he notado.

—¿Como es que aún no te la has llevado a la cama?

—Te puedes callar, podría escucharte. —Dije mirando hacía Camila pero no nos había escuchado.

Llevaba un cuarto de hora medio adormilada mientras una de las peluqueras de Normani le lavaba el pelo, o más bien le masajeaba el cráneo.

—Enserio.. ¿Que te pasa con ella?

—Nada, es madre. Se está separando y no quiero ir rapido con ella.

—Osea que.. Te gusta, mucho.

—No lo sé, me parece interesante, graciosa, agradable.

—Guapa y con culo, debería de ser tu respuesta. —Dijo sorprendida.

—Eso también, claro está. —Reí.

La peluquera terminó de lavarle el pelo a Camila y Normani fue directa a peinarla, mientras me senté cerca para comprobar unos correos de la empresa, aunque sin dejar de mirarla una que otra vez.

—Estás linda. —Habló Normani con su horrible acento español.

—Oh, hablas español. —Sonrió Camila. —Yo también. —Dijo en español antes de reír.

—Lauren también lo habla. —Dijo Normani mirándome y frunci el ceño.

—Me gustaría escucharte hablarlo.
—Dijo Camila y sonreí.

—¿Y que te digo?

—¿Como me ves?

—Estás preciosa, pero no te hacía falta peinarte para serlo. —Dije y ella quedó unos segundos boquiabierta antes de sonrojarse y sonreír.

—Gracias.

—Son las tres menos cuarto, deberíamos ir a por los niños.
—Dije enseguida y ella asintió.

—¿Nos veremos este fin de semana entonces?

—Si, claro. Está noche si quieres.

—Está bien, haré la cena. —Sonrió y asentí.

La traje de vuelta a la cafetería para que se subiera a su coche y fuera a por sus hijos, yo hice lo mismo. Los llevé hasta casa para que comieran y cogieran sus cosas, hoy les tocaba ir a casa de Lucy, y su nueva y estúpida novia.

—¿Todo listo? —Pregunté abriendo el maletero.

—Sip. —Hablo Mike.

—Si, mami. —Dijo Will. —¿Tu también vas a venir a Disney Land París en verano?

—¿Qué? —Dije confusa y miré Michael enseguida.

—La novia de mamá dijo que nos llevarían en verano.

—Eso está muy lejos, ¿a quién le pidió permiso? —Dije cabreada antes de suspirar. —Bueno, vamos que vuestra madre estará esperando.

Suspiré antes de que se subieran al coche, cerré el maletero y cogí camino hacia casa de mi ex, y de su nueva novia. No estaba celosa, adoraba Lucy, siempre sería mi primer amor, la madre de mis hijos, y la que fue mi mejor amiga por muchos años. Pero no soportaba el hecho de tener que pelearme con otra, u otro, para el puesto de madre que me había ganado. Eran mis hijos, míos y de Lucy, no de esa noviecita que intentaba ganarlos con viajes a París.