;; O.S // YoonKook - JungGi.

.:. A z u l

A   z   u   l
· ─────────────── ·
Estoy  cayéndome a pedazos por tu
ausencia y lo peor es que no quiero

v  e  r  t  e    n  u  n  c  a

❁

N̮a̮r̮r̮a̮ Y̮o̮o̮n̮g̮i̮:

Me jodiste, lo admito. Dos, tres días, de viernes a domingo te dediqué botellas de alcohol y un par de cajetillas de cigarros, hasta el Lunes por la madrugada que me dormí con un “Demonios, mañana voy a la facultad” rondando en mi cabeza. Entonces a las siete de la mañana en punto desperté con un claro objetivo en mente: 
Hacerte llorar

---

Recuerdo que cuando me cambié a esa facultad en Seúl pasaron algunas semanas hasta que encontré ese taller cultural extra curricular donde decidí inscribirme porque prefería eso a permanecer durante las tardes leyendo algún libro en la biblioteca o mirando la gente pasar, sentado en alguna banca de la facultad. Nunca fui del tipo que busca hacer amigos y curiosamente Seúl fue el escenario perfecto para probar un poco el placer de convivir sólo conmigo, sólo que aquello no atrajo más que a varios curiosos sobre mí pero, como todo y todos, no llegaba a importarme… por lo menos hasta que apareciste tú.

A veces viene a mi mente cierta tarde en la que una presentación especial del taller tuvo lugar, aquella presentación donde te ví por primera vez sobre la línea principal de asistentes; luciendo como alguien a quien habían obligado a venir pero que no tenía nada mejor que hacer como para negarse. Nos reconocimos al instante — aunque tiempo después me confesarías que desde antes tú ya me conocías bien — y durante toda la presentación pude sentir tu fuerte mirar en cada mínimo tecleo que realizaba al piano. Debo admitir que estuve nervioso pero la sonrisa enorme que pintaba tu rostro cuando la presentación terminó, me hizo saber que el esfuerzo había valido la pena. Demonios, JungKook… ¿Ya lo has olvidado? Porque yo recuerdo tan bien que ese mismo día salí tras la presentación; era de noche y la lluvia comenzaba a caer suavemente, así que sólo cubrí mi cabeza con el gorro de la sudadera para aventurarme por el húmedo pasillo que iba desde el auditorio hasta el siguiente edificio, luego doblando hacia la salida de la facultad. Precisamente cuando llegaba a esta última, la dulce lluvia nocturna se dejó caer con intensidad sobre mis hombros y no tuve más opción que continuar mi andar bajo el fuerte golpeteo de las gotas, esas que de pronto cesaron, obligándome a detener mi paso al tiempo.

— Hyung, no debería mojarse así — dijiste y te miré —… p-podría darle un resfriado.

“¿Hyung?” Pensé, luego miré que sostenías una sombrilla por encima de nosotros.

— ¿Cuál es tu nombre? — respondí en cambio.

— J-jungKook — titubeaste —… Jeon JungKook.

Entonces te sonreí — Min YoonGi.

Reiste, un grave sonido que provino del fondo de tu garganta y que posteriormente fue acompañado de una enorme sonrisa en tu cara de niño. Te juro que si aquel día hubiera sabido que esa sonrisa iba matarme… de todas formas la habría visto.

Fuimos amigos a partir de esa noche, o por lo menos lo intentamos. Conectamos desde el principio, forjando una estrecha relación que yo siempre ví de amigos — porque si bien notaba a otros hombres, no me resultaban especialmente atractivos como una mujer — pero por algún motivo, en tu caso específicamente, tu ausencia solía molestarme y de pronto tenía la impresión de que sentía celos de verte con otras personas. ¿Acaso estaba loco? Tú y yo éramos amigos, pero yo sabía de sobra que además de eso amaba saber de tu profunda admiración hacia mí talento con el piano, llegaba incluso hacerlo sólo para ti. Pero, más bien no me daba cuenta que probablemente se trataba de algo más… o por lo menos yo no quise admitirlo hasta que a ti se te ocurrió confesarte.