Mi primer todo

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Cuando Jungkook estuvo dentro de mi, me sentí completo. Sus movimientos fueron suaves al inicio, manteniendo un ritmo constante. La posición de perrito no me dejaba observarlo y en este momento quería apreciarlo.

- ¿Quieres que me mueva más rápido? - Su voz estaba llena de exitación.

- Quiero verte Jungkook, déjame verte - Malditasea le estaba rogando.

Jungkook no dudo en voltearme, luego sonrío.

- Móntame Taehyung, quiero que me montes.

Como podía negarme, Kim Taehyung nunca se había podido negarse a los deseos de Jeon Jungkook. Ni siquiera cuando eramos niños y el me pedía la mitad de mi almuerzo.

Cuando estuve encima de él, la sensación de plenitud era increíble, sentía a Jungkook en cada parte de mi, llenándome, marcándome y amándome. Lo monté con ímpetu, quería que sintiera lo mismo que yo, el deseo atravesando mi piel y llegando hasta él.

Gemí con tanta fuerza cuando el empezó a encontrarme con cada embestida, golpeando mi próstata, tan rápido y tan duro que sentía mi orgasmo muy pronto. Un par de golpes más y me corrí con tanta fuerza que caí encima de él, pero Jungkook aún estaba duro dentro de mi, así que me sustuvo mientras buscaba su propio placer. Cuando el se corrió un fuerte gruñido de satisfacción se escuchó en todo el departamento. Sentí su respiración agitada en mi cuello, entonces nos volteó, quedando encima mío. No dijimos nada durante unos minutos, tratando de recuperarnos después de la gran sesión de sexo que acabamos de tener.

Hasta que habló cagando todo como siempre.

- Me puedo quedar, no quiero irme a esta hora a la casa de mis padres, no sería muy cómodo - juro que quería reírme, pero estaba muy cansado para hacerlo, él me miraba con ojitos de borrego, tan grandes y brillantes.

- Puedes quedarte pero mantente de tu lado de la cama y no ronques por favor.

-Yo no ronco Taehyung, pero tú si pateas cuando duermes.

Como se atrevía este imbécil a decir eso, claro que yo no pateo, no soy un maldito caballo.

- Solo duérmete Jungkook, mañana tengo que hacer las compras para mi departamento - Sonreí, un pequeño comentario malintencionado no podría hacerle daño a nadie - porque como verás yo si tengo departamento propio.

- Hablas de este cuadrado, más parece la casita de un perro.

- Pues en esta casita de perro me acabas de follar y es donde vas a dormir hoy, así que agradéceme, estúpido.

- Raro - el idiota tenía una sonrisa en la cara.

- ¿Qué es raro idiota?

- Está es como una casita de perro y yo te follé de perrito, ironías de la vida.

Como es posible que este imbécil haya sido mi novio. Que pasaba por mi cabeza en esos momentos, bueno a decir verdad su gran polla compensa varias cosas pero nos hicimos amigos de niños así que no podía justificarme.

Conocí a Jungkook en la parada de autobús a los trece años, el tenía once, recuerdo que estaba llorando como un niño pequeño porque su primo Namjoon lo dejó por irse a jugar con sus amigos y él no tenía idea de como llegar a casa. Entonces como el héroe que soy, decidí llevarlo a su hogar, al final los dos nos perdimos y tuvimos que esperar a nuestros padres en la comisaría. Luego de eso nos hicimos inseparables.

Jungkook fue todas mis primeras veces. Mi primer beso, mi primer arresto ( y último), mi primera mamada ( el tenía dieciséis años, maldito calenturiento), mi primera vez (me dolió como la mierda, me prometí nunca más hacerlo pero el muy tarado siempre ha tenido un alto poder de convencimiento) y mi primer corazón roto.

Él terminó conmigo porque...porque se enamoró de alguien más y no quería engañarme, así que me dejó. En ese momento me di cuenta que mi mundo no era lo mismo sin Jeon Jungkook, ni siquiera lo he superado, salí con otros chicos y hasta probé salir con chicas ( prometo nunca más hacer eso) pero nada sucedió. Ninguno logró acelerar mi pulso con una sonrisa, cambiar mi estado de ánimo con un comentario o solo saber cuando abrazarme, ninguno era Jungkook. Pero el imbécil si logró avanzar y mucho, hasta se comprometió. Bueno ahora había regresado a la soltería, el estado en donde siempre está de pene suelto con cualquiera. Y antes de que me incluyan en la lista de cualquiera, yo tengo un lugar especial, como ex novio y mejor amigo. Porque antes de todo soy su mejor amigo, me autofriendzone, así que no me jodan pendejas.

- Tae - este pendejo siempre interrumpiendo mis pensamientos.

- ¿Qué quieres?

- ¿Puedo hacerte cucharita? - Qué acaba de decir este pendejo - Es qué es raro dormir contigo y no abrazarte.

- Eso confundiría las cosas Jungkook - no me mires con carita de borrego ( nota mental, no mirarlo cuando lo quieres rechazar) - Está bien puedes hacerme cucharita.

- Gracias - Dios podía sentir su gran polla, mente sana come manzana, mente sana come manzana. A la mierda, follaremos de nuevo.

- Jungkook, ¿quieres follar otra vez?

- Gracias al cielo, pensé que no lo dirías. Ahora podemos hacer la del misionero.

- Bueno, pero primero hazme una mamada - Jungkook detestaba hacer mamadas, ganando como siempre.

Pensé que se negaría pero empezó a bajar lentamente y solo pude pensar que hoy sería una gran noche.







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