Capítulo 4

38 1 1
                                    

Vale, en un día, justo el primer día de clase, conozco un chico que me saca de mis esquemas, me desmayo después de tanto tiempo por mi novio y termino en un hospital y me he liado con el chico nuevo aún teniendo yo mi pareja. ¿Qué haces, Nerea? Estás cambiando. Tú eres tonta pero exagerado. Sabes que pasaría con Diego y sabes que tus amigos le odian, ¿por que sigues sufriendo? Además, le has puesto los cuernos a tu novio, nunca lo habías echo, estás fatal. ¿Por qué ese zagal te ha causado tantas sensaciones en un día? Vaya, hablando del rey de Roma... 'Mensaje de Pedro:*'

- Oye mira, lo siento. Pero te quiero, te quiero como a nadie, eres especial para mí, se me nota. Te amo enana, quiero darte los buenos días y todo lo bueno que haya por delante, quiero compartir mi vida contigo. Por favor, no me ignores. Siento lo de esta tarde pero es como te dije, los dos lo deseábamos y por Diego no te preocupes, a ese le pongo en su lugar. Buenas noches fea, descansa. 

Esto es... De locos...

- Mañana hablamos, buenas noches.

Y a partir de ahí apagué el móvil, total, daba igual... Me quiere, me lo ha demostrado pero no, sabe lo que pasa y yo sé más que todos que es una tontería pero se trata de mi reputación. Nerea, ¿que importa más, el amor de tu vida o tu reputación? La respuesta está en el segundo cajón de la mesita de noche que está a mi derecha. Saqué una tijera y llorando, iba lentamente cortando poco a poco esas venas que si siguen ahí van a explotar. Claro que duele, pero no más que mi alma. En el tercer cajón de la misma mesita había una venda, algodón y alcohol. Algunas cosas me taparán esto pero mañana tendré que ir en manga larga a clase. No lo debe saber nadie y menos mis amigos y él... ¿Podré dormir esta noche? Seguramente no, pero me duele el brazo muchísimo pero se lo ha buscado. Mi alma quiere abandonar esta vida pero mi corazón no y sabe perfectamente cual es esa razón.

Encendí el móvil un rato, no mucho, quería ver los WhatsApps y otra vez él.

- No puedes dormir, verdad? Yo tampoco pequeña, estoy pensando en ti y en qué piensas de mí. Perdóname, perdóname y perdóname pero ya te he dicho lo que siento y lo tenia que decir. Te quiero, espero que contestes, un beso. PD: Descansa, que te hará falta. Ha sido un día duro.

Que pare ya, dios. No le puedo querer y no le voy a querer. Voy a dormir, aunque me duela el brazo un poco menos, a mi alma me duele más todo.

Dímelo túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora