El reino de la soledad

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Salí de mi habitación mirando a todos lados asegurándome que no estuviera mi padre, casi siempre salía a trabajar a esta hora del día. Camine sigilosamente hasta la sala y empece a subir escalón por escalón de la escalera vino tinto que me llevaría a mi mundo de maravillas

-¡HOLA!- resbale y caí de cara por los escalones

- Aghh...- voltee aún con la vista borrosa , era Naomi.

-¡¿Como entraste a la casa!?- dije exasperada

-Tu padre me dejo entrar- contesto con una sonrisa bobalicona en el rostro. Me asome por la ventana y el estaba en la entrada de la casa mirando el reloj apurado

-¡Hola cariño!- respondió al verme, lo salude con la mano y cerré la ventana. Mire a Naomi con una expresión de "LARGATE DE MI MALDITA CASA O LLAMO A LA POLICIA Y TE DENUNCIO POR INVACION DE PROPIEDAD PRIVADA", ella giró su cabeza en todas direcciones como si nada ocurriera y como si fuera una chiquilla de primaria, empezó a recorrer la casa de pies a cabeza

-¿Qué es esto?

-¡No lo toques!

-Oh, ¿ y esto? Mira que mono

-¡¿Te puedes quedar quieta?, ya no eres una niña!

-La madures no es de edad sino de mentalidad- respondió mientras sacaba la lengua

-¡Haz lo que se te de la gana!- conteste levantando los brazos. Baje a mi habitación y cerré con seguro la puerta.

Me recosté en la cama tratando de calmar el estrés que tenía, esa idiota realmente me había causado un gran dolor de cabeza, escuche unos golpecitos en la puerta

-¿Rebecca, estas bien?- pregunto la voz de Naomi al otro lado de la puerta

-No te enojes conmigo porfavor, sólo quería estar esta tarde contigo- escuche como su voz se entrecortaba. Me levanté de la cama, camine hasta la puerta y me detuve frente a ella

-Mis padres pelean otra vez y pensé que talvez...- abrí la puerta, Naomi estaba agachada con las manos sobre el rostro, me arrodille y la abrase

-¿Qué te parece si salimos un rato y amenizamos este momento familiar?- le respondí sonriendo y la ayude a levantar

-Gracias- respondió mientras secaba sus lágrimas con la manga de su saco

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Sentadas bajo un árbol en el parqué comunitario, Naomi se veía decaída y apenas probaba su helado de brownie. Nunca habría armado esa escena si hubiera sabido que se sentía tan mal y quien sabe desde hace cuanto, detesto comportarme de esa manera sabiendo que ella es la única que soporta mis dramas y aún así sigue conmigo.

Esta tarde es hermosa, las nubes adornan el alba de un cielo anaranjado. Si ella podía hacerme sonreír cuando sentía que estaba sola, aún si hubiera a mi alrededor un mar de gente , sentir que no tengo con quien contar, sentir como si estuviera demás, sentir como si todas las personas que están riendo, es porque se están burlando de mi. Sentir que mis padres nunca han estado orgullosos de mi, sentir que realmente no le importó a nadie, que todos son falsos. Sentir tanto dolor por dentro hasta llegar al punto de quedarme en silencio y que las lágrimas salgan sin ninguna expresión en mi rostro. Sentir como el mundo avanza y yo me quedo estancada. Sentir esa soledad por las noches, sentir que jamás encontrare realmente el amor, porque todas las personas se han encargado de hacerla mierda. Sentir como si no valiera nada. Sentir que me odio. Yo también podía hacer lo mismo por ella

-Cuando era pequeña, también solía discutir con mi padre, dejábamos de hablar por días, pero finalmente terminábamos reconciliandolos. ¿Sabes por que?- Naomi levanto el rostro, un mechón de su cabellera lisa y castaña oscuro callo sobre su rostro, y sus ojos revelaban una mirada apagada

I Don't Give a FuckDonde viven las historias. Descúbrelo ahora