Capítulo 4 "Recuerdos tristes y un beso"

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Con ayuda de Silvia, la encargada en la cocina, trato de escoger un vestido que no sea tan anticuado para la ocasión.

Se que es solo una cena en casa, pero quiero verme muy hermosa para Evan y dar mi mejor impresión.

—Silvia ayúdame a decidir ¿Este vestido rojo? ¿O este estampado?

—Con ambos vestidos luces preciosa mi niña, pero el rojo sin duda hará que el joven Evan no deje de mirarte en toda la noche. —me dijo muy convencida.

—¿De verdad lo crees Silvia? No quisiera parecer una muchachita urgida delante de él y su familia.

—Tú no te preocupes niña, mejor comienza a arreglarte y aplica en tu joven rostro un maquillaje sutil y elegante.

—Muchas gracias nana.

Siguiendo sus consejos, me pongo el vestido rojo con unos zapatos de plataforma que combinan muy bien.

—Recuerda que tu madre quiere que le ayudes con el postre.

—En un momento bajo, no te preocupes.

Termino de arreglarme, aliso mi cabello y me coloco un maquillaje algo suave, con un labial rojo.

Me veo hermosa.

Al bajar las escaleras me dirijo a la cocina donde encuentro a mi madre preparando un delicioso pastel de cereza. Uno de mis favoritos.

—Mamá recuerda que no debes añadir demasiado polvo para hornear, solo son dos cucharadas.

—Sabes muy bien cariño que preparar postres no es lo mio. Pero a ti te quedan muy bien.

Luego de diez minutos, todo estaba listo.

Era solo una cena pero estaba nerviosa. Tal vez porque Evan estará aquí, digo no es como que fuera la primera vez que viene, es el simple hecho de que me gusta mucho.

Puedo decir sin temor a equivocarme, que amo a Evan Blake.

El sonido del timbre interrumpe mis pensamientos y Silvia va a abrir la puerta.

Karen como siempre luce muy elegante aunque se vista muy sencilla, en esta ocasión se ve preciosa y Robert, imponente con ese traje azul oscuro.

—Bienvenidos, por favor pasen.

—Angela te ves muy hermosa ¿Verdad Evan?

El entra con su típica sonrisa encantadora, lleva puesto un traje como su padre, excepto que es negro y no trae corbata, he de admitir que se muy sexy.

- Te ves... preciosa y creo que me quedo corto.

—Gracias.

Me sonrojé seguramente, nos fuimos al comedor porque la cena estaba servida.

Una vez en nuestros lugares, nuestros padres se pusieron a hablar de negocios, hasta que mencionan mi nombre.

—Angela ya sabe que ahora es parte de nuestras empresas, así que en poco tiempo comenzará a trabajar con nosotros.

Papá como siempre no sabe esperar para dar las buenas noticias con respecto al trabajo.

- Querida serás una excelente ejecutiva y esto te hará una gran persona.

- Te lo agradezco Karen pero, no niego que esto me pone nerviosa, es decir, las empresas de mi padre y las de ustedes son las más importantes. Siento que será un gran peso para mi.

Esta vez es mamá quien habla.

—Mi niña, se que estás dudando pero todos los que estamos aquí sabemos de la capacidad que tienes para lidiar con situaciones muy serias como esta. Y en caso de que te sientas abatida y muy presionada, recuerda que tienes personas a tu alrededor que te apoyarán incondicionalmente.

¡Sólo Mía!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora