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   — ¡Si volvió! — Iida volteo los ojos fastidiado ante las palabras "discretas" de la castaña.

  Midoriya inmediatamente me dedico su brillante sonrisa de oro haciéndose a un lado de la silla para así darme un espacio. Ese pequeño gesto valió cada momento amargo que había tenido esta mañana y había logrado hacer de este un buen día.

  Un estúpido viejo no podía arruinar esa sonrisa preciosa.

  — Todoroki-kun ¿Podemos saber porqué tu retraso de hoy? — pregunto cortésmente el presidente de la clase.

   El bufido escapo de mis labios antes de pensarlo. Esta mañana el viejo amaneció de un humor de perros, decidió retrasar mi salida con uno de sus discursos irritantemente largos y reprochar todo lo que no había podido en los últimos días.

  — El viejo — Mi vos sonó tan molesta como me sentía al recordar sus cotorradas.

  Tienes que ser el mejor... Tienes que ser como yo.

Uraraka e Iida se miraron confundidos.

  — ¿Estas hablando de tu papá? — El pequeño a mi lado me pregunto inseguro. Nuevamente sus pecas lograron aplacar mi ira.

  Solo asentí, sin deseos de continuar con el tema.

  Y ninguno en la mesa hizo ademán de intentarlo.

  — De todas formas, es mi deber como presidente pedirte que trates de evitar esos retrasos. Podrías tener problemas o preocupar a tus demás compañeros.

  — Cierto, Deku hizo que te esperáramos en la entrada hasta que sonó la campana y casi llegamos tarde a la clase por su culpa— La castaña sonrió gustosa de sus palabras, mirando con malicia el rostro sonrojado del peli-verde.

  — ¿De verdad? — Alce una ceja en dirección al chico a mi lado.

  Izuku se puso el doble de rojo.

  — E-es que el cielo estaba muy lindo y pensé que... S-seria buena idea esperar allí y...

— ¡Puedo escuchar toda su mierda desde el otro lado de la puta sala, maldito Deku! ¡Tu y tu grupo de piojos harán que me sangren los oídos! ¡Callen se de una puta vez!

  — Oh, tenia que ser Bakugou — La castaña se cruzo de brazos molesta ante la presencia del rubio malhumorado que se acercaba votando humo.

  — ¡Que mierda dices bruja cara de galleta!

  — ¡Bru...! — La chica fue rápidamente interrumpida por el presidente quien le tapó la boca y la obligo a regresar a su asiento.
 
  La castaña no parecía nada contenta, seguía diciendo cosas inentendibles aun con la boca tapada y fulminaba al cenizo con la mirada. Si bien no necesitaba ser un genio para saber todo el odio que la chica expresaba en su mirada. A Bakugou no se le paso desapercibido aquella actitud, no tardo en hablar sobre eso desahogando la mayor parte de su mala aptitud sobre el pecoso que se había vuelto más pálido desde que su compañero apareció.

  Izuku le tenia miedo. Se notaba en la forma en que su espalda se encorvó y su mirada se quedo pegada al plato de comida, haciéndose más pequeño a la vista. Su mano sostenía la cuchara vacía que movía rápidamente arriba y abajo entre sus dedos. No podí ver sus ojos y eso me desesperaba. Bakugou con su sola presencia y gritos de cavernícola apagaron a un pequeño sol brillante.

  — Maldito Deku, eres tal inútil que ni siquiera puedes controlar a tus mascotas — Entonces los ojos carmines cayeron en mi presencia. Pareció sorprendido por un momento, luego una cínica sonrisa hizo más horrible su cara — No sabia que agregaste otro fenómeno a tu circo. 

  — ¡Kacchan, no debes hablar así de los demás!

  El cenizo borro su sonrisa y dirigió una mirada al pecoso que lo hizo tragar saliva. Al parecer que el peli-verde le reprochara solo sirvió para empeorar su conducta. A un cien por ciento. Tampoco es como si mostrara sentimientos más allá del enojo, pero luce increíblemente satisfecho luego de usar esa lengua sucia en forma de gruñidos y gritos. Solo una bestia podría disfrutar de fastidiar tanto.

Ya sea un empujón, un chiste doloroso o usar la gran variada de insultos que aquel chico problemático poseía. Todo, absolutamente todo aquello que hace encoger al peli-verde y lo haga sentir miserable, causa hervir la sangre en mi interior.

  — ¡Y una mierda tu no tienes ni derecho ni lugar para hablarme, inútil! ¡No eres nadie y nunca lo vas a ser! ¡Aleja tu asqueroso trasero de mi vista y ni que se te ocurra volver a hablarme, lo único que sabes hacer es estorbar y meter tu estúpida nariz donde no te interesa! ¡Eres un piojo asqueroso estúpido y ridículo! ¡Eres Deku y solo eso! ¡Si vuelves a hablarme no te tendré ni una pizca de paciencia y golpeare tu estúpido culo hasta que te mate! ¡ME ESCUCHASTE!

  Para finalizar con sus estupideces golpeo fuertemente la mesa sacándole un chillido al pecoso, antes de irse un manotazo traslado el almuerzo del chico al suelo regando la comida por todo el piso y el sonido metálico termino de llamar la atención de todos en la sala. Bakugou dio media vuelta luego de darle una ultima mirada que hizo temblar al peli-verde.

  — ¡Como lo odio! — Gruño Uraraka luego de liberarse de los brazos del presidente.

  Casi como si hubieran presionado un botón me levante del asiento. Los puños me ordenaban ir hasta el cenizo del demonio y   llenar su rostro de golpes hasta romperle la lengua. Todo mi cuerpo estaba intranquilo y preparado para cumplir ese deseo. No obstante, Midoriya casi se me lanzo para detenerme.

      ***

Hola!!!

  Disculpen por hacer a kacchan más malo de lo normal yo se que el no es así pero necesito un bravucón, así que lo siento.

  Yo amo a Kacchan pero en esta historia no podrá brillar. Tal ves en otra que tengo planeadas si sea un mejor personaje. Quizás un protagonista?

My Smiling Boy / TododekuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora