𝟎𝟎𝟏|𝐃𝐞 𝐯𝐮𝐞𝐥𝐭𝐚 𝐚 𝐄𝐨𝐫𝐤𝐚

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La última vez que había estado en Eorka, fue cuando Penélope había sido coronada y proclamada como una santa después decidió de la ejecución de Ivonne y Evelyn.

Recuerda ese día, su amiga (y prima) se veía tan hermosa con ese vestido blanco con hilos y patrones dorados con esas hermosas perlas que hacían brillar su pálida piel y, sobre todo, como aquel recogido que llevaba, le hacía lucir aún más hermosa de lo que ya era. Recuerda la felicidad de Sir. Félix y como este se emocionaba al ver a su hija dando vueltas de la mano del recién nombrado, emperador Callisto.

Ahora, en esos momentos, ella debía de volver para ver a su amiga ser tomada en matrimonio por el emperador Callisto y estaba emocionada, pues sin que nadie lo supiera, en su maleta, habia una pila de cartas que habia estado intercambiado con el actual Conde Eckhart.

-Jeannette- llaman de pronto frente de ella, están su prima, su hermano y su ¿amigo? -¿Todo bien, querida?

-¡Si Athy! - exclama ella con entusiasmo -Mejor que nunca, es solo que, no puedo creer que Nelly se vaya a casar

Athanasia la observan y asiente poco convencida, mientras que Kiel, decide interrogar a la niña que ama como una hermana, más tarde y Lucas le resta importancia.

-No puedo creer que yo haya tenido que venir con ustedes- comenta furioso Lucas, quien vestía unas impresionantes ropas imperiales

-Bueno eso es tu culpa, Lucas- respondió Ijekiel, mientras miraba al mago de largos cabellos negros y ropas imperiales -No debiste de haber retado a su majestad diciendo que serías un mejor emperador sustituto que él

Lucas resopla, mientras que Jeannette ríe divertida al recordar la cara de su tío Claude al escuchar aquello. Mientras hablan de más y más cosas, pronto, escuchan a los guardias decir que ya están entrando al imperio de Eorka y con una increíble sincronía, los cuatro se asoman por la ventana.

-Mira mamá, son los Obelianos- escuchan decir a alguien

-Qué suerte ser bendecidos con su presencia, la princesa heredera tiene mucha suerte- dice alguien más

Los... ¿Primos? Si es que se podían llamar así, se miran. Desde que habían ayudado a Callisto a derrotar a Ivonne y a su madre, Evelyn, los ciudadanos de Eorka, parecían estar cada vez más complacidos con el hecho de que la princesa heredera, naciera de uno de ellos, siendo principalmente del caballero carmesí, Félix Robane.

-Oh vaya- dijo Jeannette, captando la atención de ellos

-¿Qué ocurre? - interrogo Kiel a su amiga

-Me pareció haber visto a Gloria Kelly- expresó la castaña -Muy probablemente fue idea mía ­

-¿No se supone que la degradaron a ser una plebeya? - cuestionó Lucas

Jeannette asiente, recordando el veredicto del antiguo emperador, quien, sin miedo alguno, había no solo denigrado a la orgullosa Gloria Kelly y a la ex-condesa Dorothea a servir en las fronteras por cinco años, sino que también a vivir como plebeyas. Tampoco era que le molestara, pues al recordar la sonrisa arrogante en su rostro, solo quería tenerla enfrente para apretar su cuello.

-Jeannette aún tiene instintos asesinos hacía ella- se burla Kiel

Aquello era tan cierto, como el rojo que adornaba las mejillas de la dulce princesa de cabellos castaños.

-Cierra la boca Kiel, que tu igual querías asesinarla- comentó Lucas con rudeza

Riéndose divertidos, Athanasia es quien los está reprendiendo por estarse molestando, pero en su lugar, Jeannette observa hacía el exterior, divertida por la clara pelea que hay entre ellos tres.

𝐌𝐞𝐧𝐭𝐢𝐫𝐚𝐬 𝐝𝐞 𝐂𝐨𝐥𝐨𝐫 𝐑𝐨𝐬𝐚 «𝐑𝐞𝐲𝐧𝐨𝐥𝐝 𝐄𝐜𝐤𝐡𝐚𝐫𝐭»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora