Yo era feliz.
A sus 16 años, ésta joven y bella chica llevaba una vida normal escribiendo toda la tarde mientras comía helado en su habitación. Y sí, obviamente hablo de mí.
Se acercaban las vacaciones de invierno, estaba emocionada, me libraría de...
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Se acercó lentamente a él. Para sentarse en su regazo.
Permaneció viéndolo por minutos. Me acerqué y recargué mi mano en su hombro, haciéndolo pegar un leve brinco.
—¿Quieres que los deje a solas?— Pregunté.
Negó con la cabeza.—¿No me juzgarás?
La que negó esta vez fui yo.—Claro que no, Mark. Habla con él...
Tomó un largo suspiro, yo retrocedí un poco para darles espacio.
Mason ahora se encontraba en estado de coma temporal.
Y eso significaban días, meses o incluso años. Podría jamás despertar.
Lo único que retumba en la habitación son los constantes pitidos que emite su corazón al latir. Él está pálido, entubado por las vías respiratorias.
Los doctores dijeron que inhaló mucho humo, haciendo que el oxígeno no llegara de forma adecuada a su cerebro. Terminó por formársele un coágulo y... así pasó.
—Perdóname— inició, captando mi atención.—No debí dejarte solo—. hizo una pausa.—Nada de esto habría pasado si yo hubiera sido un mejor hijo. Hay tanto que no hicimos juntos... no me enseñaste a andar en bici, ni me compraste un helado en el parque. No me aconsejaste con las chicas. Pero sé que me querías... ¡quieres!— corrigió meneando la cabeza.—¿lo haces?— Aguardó silencio. No le respondió.
»¿Y mi madre? ¿Me dirás algún día dónde está? ¿Llegará el día en el que me recibirás con los brazos abiertos diciendo "Estoy muy orgulloso de ti"? ¿Lo harás?
Ahogué mis sollozos.
»Te voy a extrañar...— Sorbió su nariz.
No pude aguantarme más y corrí a abrazarlo. Ambos lloramos en los brazos del otro.
Cuando esta nueva etapa en mi vida aún no había empezado, yo decía que Mark era un chico serio que ocultaba algo. Ahora, tengo por seguro que es un chico sensible y que lo único que ocultaba eran sus sentimientos.
En estos momentos, mi situación era parecida. No sé si podremos volver a verlo despierto, no sé si siquiera me quiso. Durante muchos años me sentí culpable de todo, Mark sólo es un inocente, yo ocasioné esto de principio a fin.
—Mark— lo llamé y me sorprendí a mí misma pues soné muy firme.—No debes seguir culpándote por nada. Porque eres el niño más maduro que he conocido. Tal vez ahora todo parezca demasiado duro, pero quiero que seas feliz. No hiciste nada merecedor de un castigo. Mason... nunca fue una gran persona, pero sigue siendo tu padre. Por favor prométeme algo—. tomé un largo respiro y lo tomé por ambos hombros, que se encontraban tensos.—No te vuelvas como él, por favor. Haz las cosas bien, no dejes que toda esa culpa te convierta en algo que no eres. Deja de hacer una barrera contigo mismo y tus sentimientos... porque aquí estamos nosotros para ti. Para ayudarte...
