Capítulo 4

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—Pero miren nada más quien ha venido a visitarnos... La hermosa e inigualable Shun. ¿Qué desea ordenar señorita?— uno de los empleados de la tienda se acercó a saludar a la peliverde quien venía acompañada por Hyoga y sus amigos.

—¡Mime! ¡Que sorpresa verte aquí! podrías darnos helados a mi y a estos chicos por favor— ella le contesto con amabilidad.

—Con mucho gusto señorita — el joven mira al resto. —Tenemos un sin fin de exquisitos sabores, ¿podrían decirme de cuales desean ordenar?

—Yo quiero chocolate... ¡amo el chocolate! — Jacob era el más entusiasta.

—Yo también quiero de chocolate señor — Seiya respondió.

—Yo quiero uno de vainilla, por favor— el pelinegro pidió su helado y observó al rubio —Solo faltas tú Hyoga— se hizo a un lado para que pudiera pedir su sabor de helado.

—Emmm bueno...

—¿Todo esta bien Hyoga?

—Si... tranquila, este... ¿podrías darme un helado de fresa por favor?

—Claro joven... y ustedes chicos que van a ordenar— Mime preguntó a la peliverde y a su amigo.

—Querido, a mi me das una malteada de galleta por favor — dijo el de cabello celeste.

—Yo quiero un helado de chocolate con almendras Mime

—Esta bien querida, son... — el pelinaranja sacó la cuenta —Son 20 dólares — dijo mientras le entregaba el recibo.

—Esta bien— Shunny saco una pequeña billetera y le dio una tarjeta. —¿Aceptas tarjeta de crédito?— esbozo una pequeña sonrisa.

—Dame un segundo— pasó la tarjeta por un datafono y un recibo salía de el, se lo entrego a la peliverde la cual firmo el documento.

—Ahí esta, muchas gracias Mime. ¡Nos vemos! — Shunny le entrego el papel y a cambio recibió su helado y el de los demás, guardo la tarjeta en su billetera y le sonreía.

—No hay de que querida, espero que vuelvas pronto— el pelinaranja le sonreía tiernamente, Hyoga lo miraba un poco molesto por la forma dulce en la que trataba a la chica.

—Jejeje... adiós

Todos salieron del lugar y se dirigieron a una fuente que estaba cerca, todos parecían disfrutar de su helado a excepción del rubio quien estaba un poco incomodo por la forma en la que aquel sujeto habló con Shun. El pequeño Jacob se acercó a él y lo tomo de la mano.

—Oye Hyoga, no te veo tan feliz... es por ese muchacho que le sonreía a la señorita Shun— Jacob le susurro al mayor quien tenia un semblante serio, y se sentó lo más alejado de aquella fuente, la peliverde se extraño por el cambio de actitud del chico y se dirigío a donde este se encontraba, sentándose a un lado de él.

—Hyoga, ¿qué te pasa? ¿por qué te has alejado de nosotros?

—No es nada... ¡olvídalo! — este desvío la mirada hacia el suelo.

—Pero, hace poco no estabas así,¿Qué sucede?— Shun lo tomo de la mejilla levantado su mirada, estaba muy preocupada por como este actuaba, y le sonrió tiernamente.
—Vamos, no te pongas así... porqué no disfrutamos de esta hermosa tarde, vale — los ojos de la peliverde brillaban, haciendo qué el rubio se sonrojara nuevamente y sonriera con torpeza.

—¡Vale!, esta bien... ¡tienes razón! la tarde es muy hermosa y no hay que estar de mal humor Jejeje

—Eso es... ¡Así se habla! — ánimo la ojiverde.

¡Bailemos! (completo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora