—¡Cómo te atreves estúpido!—Mira quien habla, él chico mimado que se cree dueño de esta hermosa mujer cuando realmente es una basura completa, sueltala ahora Sorrento si no quieres que te golpee— Hyoga había llegado a tiempo, la chica lloraba de alegría, aquellos ojos verdes brillaban al volverlo a ver...su héroe de cabello rubio estaba aquí.
—¡Hyoga!
—No voy a permitir que esté idiota te siga lastimando , porqué si lo hace...tendrá que pasar sobre mi cadáver
—Gracias al cielo que estás aquí — decía la ojiverde.
—Tranquila Shunny, yo te protegere
—Jajaja, y crees que te tengo miedo perrito...ni siquiera sabes pelear. Vas a dar más lastimas de la que ya das— Sorrento le respondió crédulo al rubio quien comenzaba a enfadarse y apretaba su puño. -
—¿Crees que alguien de mucho dinero y prestigio como ella...se fijaría en alguien como tú?, un pobre diablo que no tiene hogar que no puede subsistir por si mismo, y que ni siquiera sabe lo que significa el amor, eres un idiota...tú nunca vas a llegarle ni a los talones– Se levantó y empujó bruscamente al rubio contra la pared, golpeandolo en su estómago.—¡Sorrento, basta!
—Callate maldita perra, tú y él se arrepentirán de haberse metido conmigo— Sorrento siguió golpeado al rubio, que torpemente trataba de evadir los golpes pero...le fue inútil, tenia razón...no podía defenderse por si solo haciendo que el pelimorado lo tumbara al suelo, con la nariz ensangrentada.
—¡¡HYOGA!!...¡¡NO!!— Shunny se dirigía a donde el rubio se encontraba pero Sorrento la tomó de su cabello, jalandolo más fuerte ocasionando un grito de dolor a la chica.
—Shu...Shunny
—Ayúdame...ayúdame...Hyoga
—Jajajaja, rindete ya Hyoga...ella nunca se va a fijar en un cobarde como tú...con razón tú madre esta muerta y tú padre es un bueno para nada, fuiste y serás una decepción para lo que alguna vez fue tu familia— solo esas palabras bastaron para que aquel chico rubio se enojara demasiado, el haber insultado a su madre no lo iba a dejar pasar, con dificultad se pudo poner de pie y le pegó un puñetazo en la cara, haciendo que soltara a la peliverde y cayera al suelo.
—Aghh...Eso dolió
—Nunca...nunca te atrevas...a insultar a mi madre...tú no sabes lo que es el verdadero dolor...tú lo tienes todo: una madre, un padre, una familia, vives como si nada pasara, no te preocupas si algún día te faltara comer o dormir, e incluso...tienes ropa para vestirte. Yo en cambio no tengo nada de eso, ni dinero, ni prestigio y poder pero a pesar de todo...soy feliz, porque tengo amigos que me hacen sentir bien...y sobretodo conocí a una persona muy especial e importante para mi vida. Y de la cual me he enamorado como no tienes idea— Hyoga observa a la peliverde con una sonrisa sincera.
—Hyoga— Shunny derramó una lágrima.
—Así que no compares lo que tú tienes con lo que yo tengo, porque algún día eso lo puedes perder...
—Ja, y desde cuando tú eres mi consejero. Yo jamás pierdo, ni mucho menos la perderé a ella— se puso nuevamente de pie y trató de atacar a Shunny pero Hyoga le detuvo el puño con una mano.
—Y sabes una cosa...yo si sé lo que significa el amor, ese amor qué te hace sentir feliz y muy vivo, ese rayo de luz que viene luego de la tempestad, aquel que no le importa las clases sociales, y sobre todo aquel que te acepta ya sea con muchos defectos o virtudes...eso es amor, algo que tú nunca vas a entender— dichas esas palabras le dio un puñetazo en su estómago dejándolo en el suelo retorciendose del dolor.
—Ahí esta ese infeliz
—Con que maltratando a mi hermanita ehh— un hombre de cabello azul acompañado de dos personas más había llegado al lugar, tomó a Sorrento del cuello y le pega un puñetazo en la cara.
—¡Dita!...¡hermano!...¡papá!— la peliverde se impresionó al ver a los tres hombres entras al lugar.
—¡Mi princesa!...¿estás bien?- el mayor de los tres cuyo cabello era rubio y largo, se acercó su hija.
—Papi, estoy bien...Hyoga me ha salvado la vida
—¿Hyoga?— el mayor miro a su hija quien le señalaba el rubio el cual le había llamado la atención su aspecto humilde. —¿Este es el chico que conociste en el cabaret aquella noche?
—Así es papi, Hyoga ha sido un chico muy importante para mi, no sabes cuanto lo quiero
—Ya veo... — miro de reojo al rubio quien de mostraba un poco apenado por todo lo que estaba pasando mientras Ikki seguía golpeando a Sorrento. —Muchas gracias por salvar a mi niña, no tienes idea de lo que sería de mi si algo malo le pasara— tomo de las manos al rubio dándole un fuerte abrazo y la chica sonreía dulcemente.
—De nada señor...to estoy dispuesto a ayudar a su hija porque yo...si la quiero— Hyoga respondió haciendole frente al padre de la peliverde quien se puso a reír por el comentatio del chico.
—Lo sé muchacho...desde que ella te conoció su felicidad creció, no dejaba de hablar de ti todo el tiempo
—¿En serio?— el rubio estaba sonrojado.
—¡Papá!— Shunny por su parte mostraba un rubor en sus mejillas las cuales enrojecieron mucho mas.
—Jejeje, lo ves muchacho...Ikki, creo que Sorrento aprendió la lección— el mayor dirigió la mirada al peliazul quien había dejado inconsciente a Sorrento y Dita lo miraba con asombro.
—Esta bien papá
—¿Estará bien?
—Si, solo fueron unos pequeños golpes nada más— respondió Ikki con tranquilidad.
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¡Bailemos! (completo)
RomanceElla, una chica hermosa la cual pertenece a una familia multimillonaria de Japón, además de ser una cantante y bailarina de un prestigioso cabaret. Él, un chico cuya pasión por el breakdance lo hace sentir más vivo, luego de la pérdida repentina de...