Capítulo 5

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—Fue una tarde muy bonita, ¿no creen?

—Claro que lo fue Seiya... y más para tú ya sabes quien— Shiryu señaló disimuladamente a Hyoga quien cargaba en su espalda a Jacob.

—Y que lo digas

—La señorita Shun, es muy linda y buena onda hermanito... desearía pasar más tiempo con ella

—Yo también Jacob...

Hyoga estaba muy embobado, bajó de sus hombros al pequeño Jacob y acarició su hebras cafés. Sacó una pulsera del bolsillo de su pantalón, la peliverde se la había obsequiado luego de haberse despedido en aquella iglesia.

Una dulce sonrisa se había formado en su rostro, recordando una y otra vez lo que había pasado en la tarde.

...

—Ten...

—¿Ehh?, ¿y esto?

—Es una pulsera la cual quiero que tengas puesta, tómala como una muestra de agradecimiento Hyoga

—Shun...

—Se que te conozco de hace poco tiempo pero, te has ganado mi aprecio y cariño que nadie en la vida había logrado... Eres un chico tan diferente y especial para mí, solo espero que nuestra amistad jamás termine porque no se que seria de mi... si nunca te hubiera conocido.

Esa carita dulce de nuevo

Pensó el rubio quien se mostraba nervioso y sonrojado por la forma en la que Shunny había sido con él. Como podría negarse a la pureza de la chica, tomo la pulsera e hizo un gesto de felicidad.

—La tomaré, la cuidaré y atesorare con toda mi vida ¡lo juro! — Shun lo abrazó con mucha fuerza a lo que él correspondió apegandola hacia su cuerpo.

—Eres genial Hyoga... te quiero.

—Emm... ¿qué es te quiero?

—Esto...

La peliverde se separo del abrazo y le deposito un suave beso en su mejilla, Hyoga estaba impresionado, era la primera vez que alguien le había dado un beso, una chica la cual no le importaba la situación en la qué sé encontraba, había encontrado a esa persona especial, ella se mostraba muy feliz logrando que se rascara la cabeza y riera como un tonto.

—Jejeje... yo también te quiero Shun

El resto de los chicos estaba con la boca muy abierta ante tan dulce escena, tanto Seiya y Shiryu se quejaban porque al rubio le habian dado un beso, Jacob brincaba de alegría y de Dita ni se diga... él se mostraba feliz por ver a su amiga disfrutar junto al rubio.

—¡Suertudo! — expresó Seiya.

—No te quejes, algun día tu conocerás a una chica linda — Dita le dijo mientras Shiryu dirigía una sonrisa a ambos chicos.

—A eso le llamo... amor verdadero — susurro el pelo negro.

...

—¿Hyoga? ¿amigo? ¿estás ahí? ¿hola?— Seiya sacudió a su amigo haciéndolo reaccionar.

—Ah, hola... ¿qué pasó?

—No me digas que el beso que Shunny te dio es mágico, porque no haz dejado de pensar en ella, o me equivoco.

—Yo... ¿pensar en ella? jejeje, no claro que no... estaba pensado en otras cosas

—Si... en como decirle que sea tu novia — comentó el menor.

—Y siguen con eso... ¡en serio!— el rostro de Hyoga se ruborizo

—¿Acaso no es obvio? Te has enamorado de la señorita Shun — el castaño empezó con las burlas.

—¡¡No es cierto!!

—Jajajaja, lo ves hasta Seiya y Jacob saben que te gusta Shun— Shiryu respondió mientras se acomodaba en el suelo.

—Admitelo Hyoga, ella te gusta y por eso actúas como un tonto— Seiya puso una mano en su hombro y le desarreglo el cabello.

—¡Eso no es cierto! ¡no me gusta! ¡no me gusta!— Hyoga se tapó la cara de la vergüenza mientras Seiya se acomodaba en el suelo.

—Bueno, si no estas enamorado de ella... me puedes explicar el porqué estabas enojado con el muchacho de la tienda de helados y del cual no te gusto que tratará a la señorita de esa forma — replicó Shiryu.

—No estaba enojado por eso

—Si claro... al parecer te dieron celos— Seiya hablo de forma triunfante.

—¡¡Claro que no!!

—Hermanito eso es verdad, no dejabas de ver a la señorita Shun

—¡No tengo celos de nadie!

—Ay ajá — bufó el pelo negro.

—Es la verdad Shiryu... de todas formas... no creo que ella se fije en alguien como yo. Miren como estamos... Como podría fijarse... en un pobre diablo como yo — Hyoga se entristeció, sus amigos se pusieron de pie y lo tomaron de ambos hombros.

—No digas esas cosas amigo, ella te quiere mucho, no le importa si eres de dinero o no, recuerda lo que dijo, ella siempre estará dispuesta a ayudarte

—Shiryu tiene razón viejo, no tienes que ser de clase alta para que ella te quiera. Para el amor no hay ninguna barrera y estoy seguro de que ella algún día te correspondera

—Hermanito, la señorita Shun te quiere y tu también la quieres ¿O no?

—Chicos...

—¡Vamos campeón! si tanto la quieres... ¡solo díselo! — Seiya lo animaba mientras sostenía sus manos en los hombros del rubio.

—Estamos contigo amigo

—Te vamos a apoyar hermanito

—Gracias chicos... a pesar de no ser de la misma sangre... ustedes son los mejores hermanos que he tenido en toda mi vida— respondió el rubio y terminaron por darse un fuerte abrazo familiar.



















—Más te vale que no te atrevas a acercarte a ese estúpido, o juro que te ira peor— Sorrento salió de la casa de la peliverde la cual se encontraba secando sus lágrimas y curando las marcas de los golpes qué aquel pelimorado le había provocado con su cinturón.

Se levantó con dificultad con tal de acercarse al espejo, al su rostro se puso a llorar de la impotencia.

—Lo siento... Hyoga... Lo siento

¡Bailemos! (completo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora