Prologo

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Me encontraba sentada en el almuerzo cuando un grupo de niños se acerco a molestarme.

-¡Gorda!

-¡Es asquerosa!

-¡Deja de comer!

Todos aquellos insultos hacía mi. Lagrimas comenzaron a caer, mojando mi comida. Una de las niñas, Emma, se acerco a mí y me miró  mal.

-¡No sirves para nada, ya muerete!

Me gritó en la cara para después tirar un jugo sobre mí. Comenze a llorar más y salí corriendo de ahí.

-Lo siento hija- me dijo mi madre con lágrimas en los ojos, era la cuarta vez que me cambiaban de escuela y siempre era lo mismo, la directora de mi preescolar me había culpado a mi por haber provocado a esos niños.

Por lo que mis padres habían hablado con los abuelos llegando al acuerdo de que me iría a vivir con ellos.

-¿Porqué no solo puedo quedarme con ustedes siempre?- les pregunte a mis padres con lágrimas en mis ojos.

-Estaras mejor con los abuelos cariño.-mi madre me abrazó y se escucho como el timbre sonaba, los abuelos habían llegado.

-Te amamos hija, no dejes que nadie vuelva a hacerte lo mismo, tu eres fuerte y eres hermosa.-dijieron mis padres, lo que causo que llorara más y no quisiera separarme de ellos.

-Vamos cariño,  el vuelo saldra pronto.-La abuela Mery intento tranquilizarme, yo negue aferrandome a mis padres.

-¡No me quiero ir!.-llore aún más pero los abuelos lograron llevarme al taxi. Mi madre se despidió de la abuela y me lanzo una última mirada triste susurrando entre dientes "te amo".

Ese día supe que las cosas iban a cambiar y no sabía si para bien o para mal.

Ya no soy la mismaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora