Al siguiente día ya no estaba tan enfadada con Ryan, su estúpida idea de sacarme de casa había dejado algo bueno después de todo.
Me levanto de mi cama y aún en pijama me dirijo a la cocina, donde mi madre se encuentra cocinando panquets, sonrio y tomó asiento en la mesa.
-Hola mamá.-saludo alegremente mientras muerdo una manzana.
Ella voltea hacia mi con un plato lleno de panquets, la boca se me hace agua al verlos y cuando estoy a punto de tomar uno mamá me da un manotazo.
-Espera a qué tu padre y Ryan bajen.-me regaña con la mirada, yo hago puchero y sigo con mi manzana.
-Y dime, ¿qué tal te fue anoche?-ella pregunta con una sonrisa de oreja a oreja, yo al instante me sonrojo y desvió la mirada de la de ella.
-Nada interesante.-miento y doy otra mordida a mi manzana.
Mí madre me observa fijamente y asiente lentamente.
-No te creo, pero finjire que te creo.-me río y en ese momento Ryan entra a la cocina.
-Buenos días.-saluda con la pereza reflejada en su voz. Pero al ver los panquets su expresión cambia totalmente.
Mi madre por fin nos autoriza comenzar a desayunar, agradezco a eso y comienzo a devorar todos los panquets qué pueda devorar.
Al terminar ayudo a mi madre a lavar los trastos y le sugiero que vaya a descansar, ella a regañadientes acepta y junto con Ryan dejamos impecable la cocina.
Orgullosa por mi logro, me dirijo a mi habitación donde pronto me doy una ducha, Ryan me devolvió las llaves de mi armario y por fin pude elegir ropa cómoda para usar.
Más tarde quedó con mis amigas para ir a dar un paseo. Salgo a la acera de mi casa para esperarlas pero me arrepiento de hacer eso, al salir me encuentro con Adam, su mirada seductora se fija en mí.
-Hola.-me saluda.
Intentó no sonar grosera y saludo.
-Hola.-miro a otra dirección y me aferró de las correas de mi pequeña mochila.
De repente siento como se acerca a mí, cuando quiero huir el ya está a mi lado. Volteo a verlo ala cara y el me sonríe.
-Tu eres la chica de anoche.-el sonríe y yo fijo que no lo conozco, como dije, no quiero tener nada que ver con el, me aterra.
-No creo que no...-el me detiene y asiente.
-Por supuesto qué si, te recuerdo perfectamente.-su sonrisa cada vez se hace más grande y su voz varonil más atractiva.
Niego nuevamente y el suspira.
-Mi nombre es Adam.-lo sabía perfectamente, el extiende la mano y yo la acepto.
Siento un nudo en mi estómago cuando se qué ahora es mi turno de presentarme. Pero al parecer Dios está de mi lado y en ese momento las chicas llegan a mi rescate.
-Bueno, un gusto conocerte Adam.-sonrio y me despido rápidamente, ignorandolo completamente.
-¡No me dijiste tu nombre!-grita cuando el auto ya está en marcha, salgo por la ventana y respondo.
-¡Y no lo haré!- me reincorporó en mi asiento y puedo ver las miradas curiosas de las chicas.
-¿Quién es el?-pregunta entusiasmada Raquel.
Me encojo de hombros.
-Ni idea.-buffo y puedo ver qué no me creen, pero por suerte me dejan en paz y ahora es mi turno de atacar a Raquel con mis preguntas.
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Ya no soy la misma
Teen FictionEsta es la historia de Abigail Miller, quien de pequeña sufría bullying a causa de su físico, debido a todos sus problemas sus abuelos deciden llevarse a Abigail junto con ellos a Malibu donde vivirá seis años de su vida, sus padres le piden que reg...