18 - PARKER [2]

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(HARRY)

La verdad de los PARKER

Lo que tenía en mis manos hacía que mis músculos temblaran de fuerza y mis dientes crujieran.

Cinco kilogramos menos de lo ideal para su edad y estatura.

Múltiples contusiones en las zonas "Brazos" "Piernas" "Cuello" y "Espalda".
Todas recientes.

La señorita Parker asegura que algunas de estas lesiones ocurrieron accidentalmente, mientras que otras acepta que fue proveniente de sus familiares.

Eran algunas de las palabras que decía el informe.

¿Y aún seguía defendiendo a esas ratas? ¿En serio?

Luego de leer el informe pasé la hoja para ver su cuerpo, se notaba que su peso no era el adecuado, aun así siempre lo ocultó con ropa de tallas más grandes.

Una de perfil derecho, su brazo tenía un moretón bastante significativo, estaba entre un verde con bordes morados. La otra de perfil izquierdo, no parecía tener más que una pequeña cicatriz, parecía vieja, de seguro no sería de ellos, sin embargo tendríamos que hablar pronto.

La fotografía de frente a la cámara fue una de las que más de dolió, su clavícula se pegaba a su piel, no estaba en tan grave situación, pero si no fuera llegado a tiempo se hubiera vuelto a mayores.

Sus curvas hacían marcar levemente sus costillas, casi ni se notaba pero... bueno, no quería seguir viendo. 

La siguiente fotografía era una de frente a la cámara, pero más cerca a su rostro. Se notaban marcas en su cuello y al quitarle el maquillaje se notó con más profundidad la zona rojiza de la cachetada.

Quería abrir esa puerta donde estaba su familia y caerle a golpes a todos.

—Ya dijeron todo lo que necesitábamos para dejarlos un buen tiempo en la cárcel, sin embargo, al parecer la fianza ya estaba segura, así que le dirán toda la verdad a Melissa, fue lo que propuso Mellow —Habló el oficial mientras se acercaba a la ventana que dejaba ver la pequeña sala donde se encontraban ellos.

Ni siquiera tenía ganas de abrir la boca y hablar. Un coraje inmenso crecía en mí, pues sabía perfectamente que ellos le dirían la verdad, la dejarían sola y se irían.

Alguien abrió la puerta de la recámara donde nos encontrábamos, y era ella dirigiéndose al lugar donde le dirían la verdad. Me vio a mí, su mirada cambió a una de preocupación y bajó a ver mis manos, vio de reojos el informe que tenía en las manos, luego solo bajó su cabeza y se dispuso a mirar el suelo mientras caminaba hacia la puerta.

Al menos le dirían la verdad, o eso quería pensar, porque como me diera cuenta que estaban mintiendo entraba y demolía a golpes a su padre.

Abrió la puerta y se sentó en una de las sillas que estaban al otro lado de la mesa, retirada de ellos, como muchos se lo ordenaron, y a pocos le hizo caso.

—¿Por qué tuvieron que esperar a decirme la verdad hasta este instante? ¿Acaso es muy cómodo que me digan la verdad con grilletes en sus muñecas? —Preguntó ella.

—Este día tarde o temprano llegaría, así que no tengo problemas con echarte el cuento de mi vida —Contestó Julissa encogiéndose de hombros.

Pelear Por Ti (E.E.I #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora