Capítulo 12

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Shouto se acercó sigilosamente a su madre, tratando de no asustarla. Ella estaba absorta en sus pensamientos mientras miraba por la ventana, que no se dio cuenta de su llegada.

—¿Madre? —llamó suavemente al sentarse a su lado. Rei tan concentrada en el paisaje ni siquiera escuchó que alguien había entrado. Era algo común en ella distraerse así. Al oír la voz de su hijo, giró la cabeza con esfuerzo y le sonrió, aunque apenas.

—Shouto.

Él sintió un alivio al verla allí, respirando, sonriendo a su lado.

—¿Cómo te sientes? —preguntó, dejando su mochila en el suelo.

—Quisiera decir que bien, pero si fuera así, no estaría aquí. Estoy tranquila; no he tenido ningún preinfarto, así que, relativamente, estoy bien —respondió. Shouto asintió, recordando que, además de la cardiopatía, su madre luchaba contra la leucemia. —Ayer me sorprendió que Lyra siguiera cuidándome; seguro estaban ocupados, ¿verdad?

Sí, ocupados cuidando a Natsuo.

—Sí.

—A veces desearía que Touya viniera a verme... Quisiera verlo una vez más —dijo Rei, su voz llena de melancolía. Shouto desvió la mirada; él también anhelaba verlo, pero esa posibilidad ya no existía. Rei sabía que su hijo mayor había muerto, y su presencia allí era el resultado del impacto que le causó la noticia. —A veces recuerdo tantas cosas de Touya: las noches familiares, sus salidas con amigos, cómo nos hacía reír. No entiendo qué pudo haberlo llevado a quitarse la vida.

Shouto puso su mano sobre la de su madre, apretándola suavemente. Él tampoco lograba comprender.

La verdad era que había muchas cosas que no entendía.

—Pero bueno —sonrió, intentando aliviar el ambiente—. Aún los tengo a ustedes: a Fuyumi, a Natsuo y a ti.

Shouto se mordió la mejilla, sintiendo una punzada de dolor al pensar en Natsuo. No podía decirle que estaba en cuidados intensivos.

—Sí.

—¿Cómo siguen Fuyumi y Natsuo? —Cada vez que su madre mencionaba a Natsuo, la culpa lo invadía. Sabía que no podía revelarle la verdad.

—Fuyumi está bien; hace un gran trabajo cuidándonos —dijo, tratando de sonar convincente—. Natsuo sigue en la universidad; es increíble... Pero ha estado muy ocupado con los trabajos del semestre. No lo verás mucho por aquí; ya sabes cómo es, su carrera no le deja mucho tiempo. Me pidió que te dijera que, aunque lamenta no poder venir a verte, te quiere mucho.

—Natsuo... —Rei sonrió, emocionada, al imaginar a su hijo esforzándose por ser médico—. Es un buen chico; se está esforzando mucho.

—Sí.

Rei suspiró, mirando por la ventana y observando las nubes deslizarse sin preocupaciones.

—Shouto... Quiero decirte algo.

—¿Qué pasa, mamá?

—Sabes que algún día tendré que partir —dijo, y Shouto se tensó—. Quizás ese día sea pronto... Siempre has sido un chico reservado y con dificultades para hacer amigos. Me gustaría irme sabiendo que puedes cambiar eso, cariño. Sal más, haz amigos y diviértete; la vida es demasiado corta.

Rei posó su otra mano sobre la de Shouto, transmitiéndole calidez.

—Antes de conocer a tu padre, tuve un novio con el que salía a bailar y a disfrutar con amigos —recordó con una sonrisa—. Me gustaría que tú también disfrutases de tu juventud. Espero que un día hagas amigos y te diviertas con ellos.

Habla conmigo | TodoMomo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora