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Omnisciente

En una gran casa se encontraba una familia, una gran y unida familia.
Ésta constaba de los padres y siete hermanos, que solamente dos eran mujeres, mellizas.

Ellas eran las menores, por mucho. Sus hermanos ya eran profesionistas y tenían un trabajo fijo.

Ambas estudiaban, sólo que dentro de poco, tendrían que separar sus caminos, algo realmente triste al tener un fuerte afecto de hermandad.

Su separación sería por un intercambio, bueno, dos intercambios.

El de Sayuri era en Japón... Tokio.

Y el de Andrea era en Francia, París.

De una manera cliché, bastante oportuna... Pero ese era su destino.

Ellas no podrán evitarlo.

Lilith encontrará al indicado. Entre vampiros, seres mitológicos, arcángeles y cambiaformas.

Mientras que Eva tendrá que buscarlo muy a fondo. Un demonio y un ángel la pretenden, pero, habrán más, eso es lo que está escrito...

Y bueno, regresándome a lo que decía, en la gran casa, unos padres lloraban al ver como sus hijas sostenían sus maletas.

—Recuerden que siempre serán las nenas de papá. —hablaba el hombre.

—Llamennos, estén en contacto con nosotros —dijo la madre entre lágrimas.

—¡Los llamaré 24/7! —exclamó una chica de pequeña estatura al mismo tiempo que brincaba de felicidad, ya quería probar un pan francés.

—Yo trataré, no sé cómo es el horario en ese lugar... —contestó la castaña mayor por minutos, era mucha diferencia lo que era el continente americano y el continente asiático.

—Crecieron... Tan rápido —en ese punto la mujer estaba llorando desconsolada sobre el pecho de su esposo.

—¡Ya nos tenemos que ir! —dijo fuerte la chica de pequeña estatura, para junto con su hermana, abrazar a sus padres. —¡Les mandaré cartas con fotografías de Francia! —dijo mientras se dirigía a la puerta. —¡Haremos lo posible para que se enorgullezcan de nosotras!

Y salieron.

Subieron al vehículo familiar, éste tenía a un chófer dentro, y fueron al aeropuerto.

—Wow... ¡Ahora nos separaremos! —gritó la de pequeña estatura.

—Sí... —dijo mientras miraba fuera. —Te extrañaré, mejor amiga y hermana. Pero debemos de cumplir con nuestro deber... Casarnos y reproducirnos por el bien de todo lo que existe...

—¡Yo también te extrañaré, hermana! Aunque me muero de ganas por verlo... —habló refiriéndose a Reiku.

La contrario asintió, el camino transcurrió rápido y entre juegos al escuchar música, entonces cuando llegaron al aeropuerto se miraron.

El vuelo México-Francia anuncia su despegue en los siguientes treinta minutos, favor de abordar. Gracias. —se escuchó en los altavoces.

La menor se acercó a su hermana para darle un abrazo.

—Triunfa, triunfa como siempre lo haz hecho, tú puedes. —motivó la chica de pequeña estatura.

—Tu también, no dejes de estudiar, no podrás mantenerte sin un trabajo. —advirtió mientras la soltaba.

La castaña salió corriendo hacía lo que era la puerta que daba salida a los aviones. Una mujer se encontraba al frente de la puerta recogiendo boletos, revisando maletas y la vigencia de los pasaportes.

Ya pasado eso, la chica de piel un poco bronceada entró al avión.

Mientras tanto su hermana abordaba su avión.

Lo que les espera...

Lilith y Eva... Su renacer. ||Diabolik Lovers||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora