VII

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Nuevas quejas


  Cuando llegó la hora de la salida del presidio; cuando Jean Valjean oyó resonar en susoídos estas palabras extrañas: "¡Estás libre!", tuvo un momento indescriptible: un rayo deviva luz, un rayo de la verdadera luz de los vivos penetró en él súbitamente. Pero no tardóen debilitarse. Jean Valjean se había deslumbrado con la idea de la libertad. Había creídoen una vida nueva; pero pronto supo lo que es una libertad con pasaporte amarillo.

 Al día siguiente de su libertad, en Grasse, vio delante de la puerta de una destilería deflores de naranjo algunos hombres que descargaban unos fardos. Ofreció su trabajo. Eranecesario y fue aceptado. Se puso a trabajar. Era inteligente, robusto, ágil, trabajaba muybien; su empleador parecía estar contento. Pero pasó un gendarme, lo observó y le pidiósus papeles. Le fue preciso mostrar el pasaporte amarillo. Hecho esto, volvió a su trabajo.

 Un momento antes había preguntado a un compañero cuánto ganaba al día; "treintasueldos", le había respondido. Llegó la tarde, y como debía partir al día siguiente por lamañana, se presentó al dueño y le rogó que le pagase. Este no pronunció una palabra, y leentregó quince sueldos. Reclamó y le respondieron: "Bastante es eso para ti". Insistió. Eldueño lo miró fijamente, y le dijo: "¡Cuidado con la cárcel!"

 La excarcelación no es la libertad. Se acaba el presidio, pero no la condena. Esto era loque había sucedido en Grasse. Ya hemos visto cómo fue recibido en D.   

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¿Qué les parece esta novela clásica?

Recuerden que pueden pasar por mis otras novelas (autoría mía), voto + comentario en mis demás obras y esta = 1 capítulo de cada una (incluida "Los miserables).

xoxo

Los Miserables - Víctor HugoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora