PENSAMIENTOS

Mirada

El roce de las personas al pasar por mi lado me despierta, las observo, puedo ver como en su rostro sobresale la fatiga, el sueño, las ganas de volver a casa, menos tú.

El transporte cada vez acelera más, el aire fresco choca contra mis mejillas, cada vez están más rojas, pero las tuyas no, tu largo cabello se mueve salvajemente, logro notar molestia en tu rostro pero no dejas de lucir tan bien, como aquella vez en la que vi como los ligeros rayos de un sol en amanecer encendían esos ojos marrones, me perdía, no en tu mirada, si no en la forma en la que la naturaleza creaba contigo los paisajes más hermosos sin necesidad de montañas o lagos.

Veo como tus pestañas se mueven como árboles en una tormenta, tu eres una tormenta llegando todos los días a la misma hora, en el mismo lugar, en el mismo asiento, justamente del otro lado del pasillo.

Podría acercarme a ti, pero no puedo, no es porque no quiera, es solo que eres alguien digno de admirar, no destruiría eso tan hermoso que enciende mis mañanas congeladas y desvanece el dolor en mis oídos a causa del frío, es raro, el frío a todos nos detiene, pero a ti, a ti te despierta, te veo con vida, una ligera sonrisa junto con tu nariz roja.

Es hora, tengo que ir contigo, ir hacia ti y ver como esos ojos oscuros se acercan cada vez más, tan solo una vez más, pero solo me levanto de mi asiento, señaló mi bajada, agacho mi cabeza y antes de bajar, me miras, siento tu mirada, ahora clavada de manera permanente en mis pensamientos.