Soledad - Capítulo 3

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Volví a romper en lágrimas al recordarlo.

Tenía muchísimas dudas, no sabía si irme a Nueva York o Miami y empezar de cero dejando todo atras, aunque eso significaría dejar Melanie pero también a Richard. O quedarme y seguir con mi vida, especialmente por Melanie, intentando evitar a Richard.

Aunque esas decisiones eran más futuras que las que tenía en mente en ese momento. ¿ Me quedo sola e intento que el tiempo cure las heridas ? O ¿ lo comparto con mis amigas y puede que mi hermana ?

Pensé en las opciones: Si me quedaba sola al principio me costaría más superarlo pero se preocuparían por mi y al final lo compartiría con ellos o mentiría y me lo tragaría.

La otra opción era compartirlo con mis amigos y mi hermana. Ellos se quedarían tranquilos pero yo tendría que contar la misma historia varias veces y eso me dolería, aunque al final harían quedadas y todo ese tipo de cosas para que me distraiga y alguna fiesta que otra.

Decidí irme al sofá, sabía que no iba a dormirme asi que pensé que a lo mejor ver la televisión  me distraería un poco. A las pocas horas me dormí con Daisy a mi lado y con la televisión puesta.

Cuando me desperté sabía perfectamente lo que iba a hacer.

Iba a quedarme un tiempo a solas en mi casa y luego lo soltaría todo, pero primero prefería asimilarlo para intentar no llorar cuando se lo contara a los demás.

No tenía hambre así que no desayuné. Me vestí sin siquera pensar que ponerme para salir a la calle como hacía normalmente.

Me miré en el espejo antes de salir, tenía ojeras y no me había maquillado ni siquiera peinado e iba con el pantalón de flores de mi pijama, una chaqueta con capucha negra y unas deportivas. Me puse la capucha para que la gente no viera que estaba tan mal y para que nadie me reconociese, por si acaso.

Mire la hora en el móvil, las 9:34 era demasiado pronto para que ninguna persona de las que conozco estuviera despierta. Eso era una ventaja, lo único que esperaba era que no hubiera mucha gente en el supermercado.

Hice compra para casi un mes, así saldría lo menos posible en los siguientes días. Al ir a pagar, todas mis esperanzas se esfumaron. La cajera era Carrie, una vieja amiga de la familia.

- ¡Anda hola Samantha, cuánto tiempo! - Me saludó con cara de cansancio.

- Hola

Se quedó mirandome extrañada mientras yo buscaba una excusa por mi aspecto.

- ¿ Estuviste ayer de fiesta o algo así? - Me dijo sonrriendo.

- Sí, algo así - Le respondí con una sonrrisa falsa.

Al parecer fue muy falsa porque le desapareció la sonrrisa de la cara por una expresión seria y directa. No volvimos a hablar, por lo menos ese día. Me algro que no me preguntara nada y que lo dejara pasar, me quitó un peso de encima.

Al volver a casa ví a alguien llamando al timbre. Me acerqué un poco pensando que sería el cartero o algún tipo de empresa de publicidad.

Era Melanie. Al darme cuenta me dí la vuelta y giré en la calle más cercana para entrar por la puerta trasera.

Entré intentando no hacer ruido con las bolsas y me metí en el baño para que no me viera por ninguna ventana. Dejé que sonara el timbre, no podía abrirle la puerta. Si me veía me haría ir al centro comercial y yo no quería salir y mucho menos salir de compras y estar en el mismo sitio en el que Richard me fue infiel seguramente más de una vez.

Olvidame...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora