Melanie y yo dimos una vuelta por el centro comercial y como no, me hizo ponerme a la última. Al principio me parecía una pesadilla pero acabó gustándome y me distraje bastante así que a lo mejor el habérselo contado a Melanie no era tan mala idea como pensaba.
Hicimos de todo, entramos en todas y cada una de las tiendas a probarnos todo y cuando digo todo me refiero a todo. Desde zapatos hasta vestidos de fiesta pasando por sombreros bolsos y joyas, muchísimas joyas.
Como buenas adolescentes de compras, nos hicimos cientos de fotos en los probadores, con cada modelito que nos quedaba bien. Creo que me gasté el sueldo de dos meses, pero lo necesitaba. Fuimos al cine a ver una película que ni sabíamos que existía, montamos en un mimo tiovivo y entramos en los recreativos como si tuviéramos 10 años.
Acabamos reventadas pero fue increible, creo que no me lo había pasado nunca tan bien. Pero es que además lo necesitaba, necesitaba desahogarme, pasármelo bien, disfrutar de la vida. Bastante había sufrido ya al lado de ese imbécil como para que encima ahora de le diera el gusto de amargarme la vida.
Habíamos salido ya del centro comercial, sinceramente parecíamos haber venido de una maratón, estábamos sentadas en la fuente de enfrente del centro comercial rodeadas de bolsas, con los tacones en las manos y yo tumbada con la cabeza en las piernas de Melanie.
- Me ha encantado - La dije con cara de agradecimiento
- Ves no soy tan horrible como parece - me dijo con ironía mientras me guiñaba un ojo.
La sonreí - Tu no eres horrible y gracias por haber insistido aunque yo pasara de ti. -
- ¿ Quién me iba a soportar si no ? No te puedo dejar escapar - me dijo sonriendo
Me reí. Al parecer eso es lo que intentaba porque cuando lo hice ella sonrió. Estaba todo tranquilo, sin gente, solo nosotras y el cielo estrellado, sin hablar. De repente me empecé a llorar en silencio, intentando que Melanie no se diera cuenta. Un par de minutos después, cuando ya casi se me había pasado el bajón momentáneo, Melanie me miró.
- ¿Que te pasa ? Pensaba que ya estabas bien - me preguntó preocupada.
- Y ya estoy bien lo que pasa es que me he dado cuenta de que todo es una sucia mentira - Melanie me miró extrañada
- ¿ A qué te refieres ? - me preguntó, seguramente para que siguiera así se enterara de lo que me pasaba ahora que había empezado a expresar mis sentimientos, algo que raramente hago.
- Me refiero, -me incorporé para estar a su altura - me refiero a que desde pequeñas, nos hacen que nos creamos eso del amor verdadero, de que el príncipe azul vendrá a rescatarte de la bruja malvada, que cuando encuentras a ese chico perfecto que es el hombre de tu vida, vives feliz y comes perdices ¡ pero todo es mentira ! ¡ Una asquerosa y podrida mentira ! Ese chico no existe, solo son cerdos con una corona de oro y un caballo blanco ¡ y por esas malditas películas y esas falsas historias nosotras como tontas nos lo tragamos sin pensarlo dos veces cuando en realidad lo único que haces es perder el tiempo al lado de un cabrón que al poco tiempo se cansará de ti y buscará a otra para suplantarte ! Te hacen creerte que tus padres son felices y encontraron a su media naranja y que el resultado de su amor has sido tu y la satisfacción de haber creado una familia cuando en realidad al final se acaban divorciando o viven en la misma casa pero no se quieren ni ver. - todo eso lo dije mientras lloraba y gritaba, la poca gente que había en la calle se me quedaba mirando y Melanie asentía a cada cosa que decía. En ese momento se me quitó la cara de enfado y Melanie me abrazó, me secó las lágrimas y me acarició el pelo mientras me decía que tenía razón, que me olvidara de Richard y del tiempo que había perdido a su lado.
Nos quedamos allí durante un par de horas mientras ella me hablaba de la mierda de sociedad que tenemos que declara que si no tienes amor en tu vida no eres feliz.
No hablé en esas dos horas, ella hablaba y me abrazaba mientras yo la escuchaba hasta que Melanie me dijo:
- ¡ Ya se ! Esta noche me quedo a dormir en tu casa y así celebramos tu reinserción en la sociedad ¿ Que te parece ?
- Me parece la mejor idea que he oído en meses - la respondí sonriendo
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Olvidame...
RomanceSamantha es una chica de 18 años con una vida bastante normal de la cual ella estaba agradecida. Tenía una familia unida, amigos que la comprendían, y, lo más importante para ella, un novio que la quería más que a nadie. Pero, como ya he dicho, tení...