Cogimos nuestras bolsas y los tacones de la fuente y nos fuimos corriendo al coche mientras nos reíamos como si tuviéramos 6 años y estuviéramos jugando al escondite.
Después de 20 minutos en coche con la música a todo volumen y cantando como posesas, llegamos a mi casa. Como no, Melanie se dio cuenta de que no llevaba su maquillaje encima y como no puede vivir sin él, fue a su casa a dejar las bolsas y traerse su "pack anti-depresiones por novios" su nombre no era muy ingenioso, pero solía funcionar, o por lo menos eso decía ella.Mientras yo recogí la casa, guarde la ropa e hice unas palomitas. Melanie llego a los pocos minutos, su casa no está muy lejos de la mía.
Como buena fiesta de pijamas que era hicimos lo que toda adolescente depresiva hace en ellas, ver películas, pintarnos las uñas, probarnos modelitos... Hasta que llegó el momento, ese momento que tanto odio. El momento en el que te tienes que desahogar y echarlo todo, mientras tu amiga te consuela.
Estábamos sentadas en el suelo, rodeadas de cojines, restos de palomitas y fotos de cuando éramos pequeñas. Y entonces ella lo hizo, me preguntó.- ¿ Qué tal estás ?
- Bien, me lo estoy pasando mejor que nunca. - le dije intentando dejar el tema de lado, no me apetecía destrozar el buen rato que estaba pasando.
- Saber que no me refiero a eso - insistió.
- Mejor que antes
- Pero ¿ por qué no me lo dijiste ? No lo llego a entender, ya sabes que eres mi mejor amiga, me tienes para todo lo que necesites.
- Lo sé, y te lo agradezco muchísimo, pero no estaba preparada para contárselo a nadie, ni si quiera a ti. Lo siento.
- Lo entiendo, pero para la próxima vez, por favor, acude a mi, me tienes para todo. Soy tu mejor amiga, en las buenas y en las malas.
- Espero que no haya una próxima vez - le dije sonriendo para intentar suavizar el tema.
- Claro que no habrá una próxima vez, ya has completado tu cupo de errores sentimentales por gilipollas machistas y sin sentimientos ni cerebro. - dijo vacilandome, imagino que también para relajar la tensión.
- ¡ Guau ! Creo que es la primera vez que te he visto hablar así. Me alegra que por fin te hayas dado cuenta de lo imbéciles que somos las tías al pasarnos la vida buscando al "hombre perfecto" mientras nos baja el autoestima por no conseguirlo y pensamos que no somos lo suficientemente buenas, ni guapas, ni inteligentes y que por eso no nos quieren. En realidad ese es nuestro verdadero problema. Toda nuestra baja autoestima es fruto de los hombres... Seremos subnormales... Puta sociedad de mierda. No me extraña que cada vez haya mas homosexuales, es lo más sensato.
- Me alegra que por lo menos te desahogues, es la mejor manera de liberar tensiones. Y una pregunta ¿ no te me harás bollera no ? - me dijo con esa sonrisa que le sale siempre que intenta picarme.
- Ya sabes que no, aunque sea lo más sensato. Al parecer yo soy tonta. - Nos reímos sin fuerza, como si la felicidad hubiera desaparecido y no quisiéramos echarla de menos.
Hubo un par de minutos, no un silencio incómodo, sino que simplemente nos habíamos puesto a pensar en nuestras cosas y estábamos en otro mundo, como si no hubiera nadie más en la habitación.
Me di cuenta de que había conseguido escabullirme de haber tenido que contarle como me sentía a Melanie creo que le valió con el discurso "anti-príncipes azules" que le había contado en la fuente del centro comercial. Su compañía me había ayudado más que ninguna otra, nunca pensé que me sentiría tan bien después de esto. Le volví a dar las gracias aunque no valga para nada comparado con todo lo que ha hecho ella por mi.Nos pasamos el resto de la noche pintando nos la cara como si tuviéramos seis años, escuchando música a todo volumen y saltando encima de la cama mientras hacíamos algo parecido a bailar. Eran ya las once de la mañana y Melanie tuvo que irse porque había quedado a almorzar con su hermana mayor. Me quedé sola, así que empecé a recoger la casa mientras sonaba Sugar de Maroon Five.
Me di cuenta de que ya era domingo, al día siguiente tenía que ir a la universidad, algo que no me hacía mucha gracia. Las vacaciones se me habían pasado muy rápido, entre quedadas, depresiones e ilusiones rotas.
Ahora como siempre me entrarían los malditos nervios de que sea el primer día del primer año de universidad... Malditos nervios de las narices. Me pasé toda la tarde repasando los libros de 2° de Bachillerato como una boba como si eso fuera a servir para algo.Y sin darme cuenta ya eran las 21:30. Me preparé una cartera ( un tanto vacía ) solo llevaba un cuaderno, un par de bolis, la agenda y algo de dinero para la cafetería. También llevaba unos post-it y un cuaderno de nociones básicas de biología, que era lo que iba a estudiar. Seguramente no lo usaría para nada pero me daba algo de seguridad. No sabía nada de la universidad y nadie me había contado nada acerca de ella, mi hermana era más pequeña y yo no era de esas chicas con amigos en las escuelas superiores. Decidí sacarme ya la ropa del armario y decidirme ahora que aunque ya estaba nerviosa, no sería como el ataque de nervios que me daría mañana al sonar el despertador. Así mañana no perdería el tiempo pensando en lo mal que iría... Hasta yo misma me di cuenta de que necesitaba un chute de autoestima y una tila.
Me preparé una manzanilla para poder dormir un poco esa noche. Sólo eran las 22:45 pero quería ir medianamente despierta a la universidad. Se que los nervios ya me mantendrían despierta durante toda la semana pero no me apetecía levantarme con unas ojeras kilométricas. Me fui a la cama y me dormí a los pocos minutos.
La alarma me despertó, las 6:45 de la mañana. Hora de ir a la universidad... Prefería morirme en ese mismo instante. Había dormido pero no había descansado nada, es como si hubiera dormido 10 minutos.
Intenté concentrarme, cogí el móvil y ví un mensaje de mi madre:Buena suerte en tu primer día de universidad, estate tranquila que seguro que al final no es nada. Seguro que haces muchos amigos. Te Quiero. Un beso
Seguramente sin ese mensaje estaría más nerviosa aún. Le dí las gracias y me metí en el baño justo al salir mi móvil pitó. Fui a leer el mensaje seguro que sería de mi hermana o de Melanie que se les habría pasado. Lo abrí:
Feliz primer día de universidad. Prometí mandarte este mensaje hace mucho tiempo ¿ lo recuerdas ? Estábamos fantaseando sobre nuestro futuro juntos. No te pongas muy nerviosa. Te Quiero Mucho, te necesito.
Y otros dos mensajes más:
Por cierto soy Richard. Como cambiaste de número imaginé que no me tendrías guardado.
Te quiero más que a mi propia vida.¿¡ Qué coño !?
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Olvidame...
RomanceSamantha es una chica de 18 años con una vida bastante normal de la cual ella estaba agradecida. Tenía una familia unida, amigos que la comprendían, y, lo más importante para ella, un novio que la quería más que a nadie. Pero, como ya he dicho, tení...