Snow in Autumn ➳ l.s

06; the memory

─Oh vamos, no hice tres tazas de chocolate en vano, Harry.─ Se quejó Liam.

Ambos caminaron hasta dónde Louis estaba. Harry movió una silla cerca de la cama y Liam se sentó a un lado de Louis.

─Oye, bella durmiente. Hice chocolate.

─Hola Liam. ─Respondió Louis.─Si saben que no voy a morir por un resfriado ¿Verdad?

─No aparentas estar vivo. ─Se burló Liam.

─Gracias, me halagas. ─Se sentó en la cama y tomó su taza de arcoiris.

Harry los observó detenidamente, tal vez Liam y Louis no tenían vínculo sanguíneo, pero tenían la mejor hermandad que Harry haya conocido.

─Harry. ─Llamó Louis.

Harry volteó y notó que tanto Liam como el pálido Louis lo miraban.

─¿Qué sucede? ─Respondió.

─Se enfría tu chocolate, amigo.

Louis sólo observaba con la mirada clavada en el infinito verde de los ojos de Harry. No podía pensar en nada más que en.. «¿Harry me arropó?».

[...]

¿Puede ser posible que Louis se haya obsesionado con la manera de hablar de Harry? Simplemente le encanta ver cómo sus labios se mueven.
Louis observó su chocolate y se perdió en el marrón de este, el marrón le estaba gustando más de lo normal. Perdió su mirada en el liquido vertido en una taza multicolor y no oía nada más además de sus pensamientos de un sentimiento posiblemente inexistente sobre él y Harry.

Que increíble ¿No?
Después de no tener contacto con Harry durante años, después de haberlo superado por completo, después de haberse rendido sabía que no iba a conseguir nada con él, lo vuelve a sentir. Vuelve a sentir la molesta presión en el pecho.

Ni Harry, ni Louis y mucho menos Liam habían vuelto a hablar de lo sucedido hace tres años.
Louis estaba recordando todo como una estrella fugaz, increíblemente rápido como todos aquellos pequeños momentos regresaban a su mente. No quería volver a lo que era hace tres años, no quería pasar por esos recuerdos nunca más.

Sin darse cuenta una lágrima comenzó a recorrer su mejilla izquierda, había olvidado la presencia de los chicos ahí.

─¿Louis? ¿Qué pasa? ─Preguntó preocupado, Harry.

─Hey, Louis.

─Podrian..¿Podrian dejarme sólo un momento, por favor?

─Pero...─Liam, tal vez, y solo tal vez, sabía que estaba pasando.

─Por favor, Liam.

Liam asintió y salió de la habitación llevándose a Harry consigo y dejando a Louis sólo. Esto no había ocurrido desde hace tres años. Liam sabía que ahora Louis lanzaría todo lo que esté a su paso, rompería hasta lo irrompible y lloraría hasta quedarse dormido.

Harry y Liam se hallaban en la cocina, se había formado una clase de silencio, un poco, incómodo.

─Hace años que no le venían uno de estos ataques. ─Comentó Liam.

─Tú crees.., ¿Crees que sea por mí?

─No lo sé, amigo.

El estruendoso ruido de cristales rotos llegó hasta los oídos de ambos chicos, Harry saltó de su lugar alarmado, listo para caminar hacia Louis y preguntar que pasaba, pero Liam lo detuvo.

─Dejalo. Tiene que desquitarse con algo.

─Pero.., ¿Y si se lastima? ─Los ruidos seguían llegando a sus oídos.

Suspiró─. Está bien, ve.

─Gracias.

Liam dejó caer su brazo y permitió el paso a Harry.

Harry inmediatamente corrió, y al llegar a la puerta se detuvo. Puedo oír el llanto de Louis, sus  hipidos exasperados y sus pequeños y apenas audibles lamentos. Dolían también en él.

Tocó la puerta.

─Louis, soy Harry.

─Necesito estar solo.─Pidió.

─Y yo necesito verte, vamos abre.

─Harry, por favor.

─Bien, si no me abres, yo abriré.

Harry pateó la puerta y simplemente se abrió. Observó toda la habitación.

Cuadros rotos, la lámpara en el suelo, la ropa por todas partes, su taza de arcoiris hecha pedazos y Louis en medio, arrodillado con el chocolate derramado en toda su remera. Sus manos estaban deliberadamente rasguñadas por los vidrios y su rostro completamente rojizo por el llanto. Estaba extrañamente agitado.

─Harry, yo...

─No digas nada Louis, no digas nada. ─Harry se acercó.

Con su mano movió los trozos de loza restantes de la taza y se arrodilló frente a Louis. Tomó sus manos y las acarició, besó cada pequeña parte lastimada de estas, solía hacerlo tiempo atrás, de esta manera calmaba a la bestia dentro de Louis.

─Lo recordaste todo, ¿Verdad?

─¿Por qué tuvo que ser de esa manera? ─Bajó la mirada.

─Si crees que deba irme, lo haré. Sabes que soy capaz de hacer todo para que estés bien.

No hubo ninguna respuesta por parte de Louis ante aquella revelación, el silencio fue demasiado fuerte ante los oídos del ojiverde y un vacío comenzó a formarse en su pecho. «¿En qué estaba pensando? Claro que no quiere que me quede». Pensó el rizado.

Una vez con Louis fuera de la habitación, comenzó a levantar las cosas y ordenar los pedazos de vidrios y demás. Divagaba en sus pensamientos, no sabía que hacer, no le dijo que se quedara pero tampoco lo echó. ¿Qué es lo que quieres, Louis?

Liam se encontraba curando las pequeñas heridas de Louis en el baño. Quien también divagaba, todo estaba confuso. Había estando paseado demasiado en aquellos tortuosos recuerdos del pasado.

Regresó a la habitación para ayudar a Harry con la limpieza, no haría que él limpiara todo su desorden solo. No hubo tensión, ni silencio incómodo. Les gustaba la compañía del otro, pero necesitaba una respuesta.

—Louis.

El nombrado lo observó, su rostro sólo reflejaba distancia ya que sus emociones estaban desastrozamente mezcladas y no sabía que hacer.

—Necesito saber —Lo observó esperando una respuesta y como no la hubo, continuó—. Necesito saber si me quieres aquí. Si me necesitas. Porque si no es así, puedo irme en cualquier momento, pero necesito que lo digas.
   » Necesito escucharlo de ti.

El ojiazul bajó su mirada, observó los vidrios rotos y contempló sus pensamientos sólo. No había manera de poner todo lo que pasaba por su cabeza en palabras. Simplemente no podía, no le salía.

Volvió a levantar la mirada, pero está vez se notaba la tristeza y lejanía en ella, la cual el mayor leyó fuerte y claro. Vio los ojos de Harry, esmeraldas como el pasto del paraíso, volverse opacos y aguados, acababa de romper una preciosidad. Jamás se lo perdonaría.

Asintió suavemente mientras oía cada parte de sí mismo romperse, se habían dicho adiós antes, pero no quiere decir que se haga mas fácil con el tiempo. Harry ya no tenía esperanzas.

Él no lo quería, no lo añoraba.

No lo necesitaba.

Soltó la escoba y caminó fuera de la habitación, chocó con Liam, quien no preguntó absolutamente nada ya que sacó sus conclusiones al ver su rostro.

Harry se fue. Louis sintió que fue una eternidad el momento en que lo vio alejarse, algo en él le impedía perseguirlo. No algo, todo. Su cerebro y corazón entero gritaba el nombre de Harry. Gritaba que no lo dejara ir, no otra vez. Pero su cuerpo y su valentía del tamaño de un maní no le permitía hacer nada.

Su padre tenía razón. «Siempre fui un marica».