Vs the Maknae ((DINO - SVTN))

v.

-relájate.

Dino estaba tiritando, pero le costaba separar el frío de los nervios.

Se abrió la puerta.

-¿se te ofrece algo? -la chica con un buzo deportivo se veía bastante linda.

-¿estás ocupada?

miró al interior del departamento. Las otras chicas estaban calladas, probablemente espiando a la maknae.

-no.

-ahora sí -dijo con una sonrisa juguetona-. tráete un abrigo, vamos a salir.

Sorprendida ante ello, tomó un abrigo de la percha a su derecha y salió. No dio aviso de ello a viva voz, pero inmediatamente al cerrar la puerta, le mandó un texto a "Kimchi". "estaré fuera".

-¿y... -a DongHye le había tomado por sorpresa encontrar a Chan tras la puerta, pero no iba a demostrarlo más de lo que debía- ...a dónde vamos?

-ya sabrás. -se limitó a decir.

así fue el camino: silencioso, callado, pero sorpresivamente, no incómodo.

-así que... seventeen, ¿eh? -codeó al mayor con diversión, aún caminando por las calles iluminadas-. miren nada más...

-tú debut también va a ser la gran cosa DongHye -pasó adelante de ella, caminando costa abajo y de espaldas.

-¡no hagas eso! Te puedes caer.

A modo de broma , inclinó la espalda hacia atrás, fingiendo que iba a caer. DongHye reaccionó inmediatamente a tomarle la chaqueta y a atraerlo con fuerza hacia ella para que no cayera. Si bien Dino no resbaló, le fue increíble ver tan de cerca el par de ojos casi negros de DongHye. Brillaban junto con las farolas alrededor.

-¿los hologramas...

-...sí -interrumpió de inmediato la chica-. los hologramas rescatan a chicos egocéntricos.

Chan rodó los ojos. DongHye los buscó.

DongHye miró la nariz de Chan, a la vez que la empujaba con diversión. A ello, el chico suspiró y se apartó de ella, quedando a su lado para posteriormente tomar su mano. Estaba congelada.

-¡Y no me habías dicho que tenías frío! -apoyó su otra mano encima de la blanquecina de la chica-. estás hecha un iceberg.

-¡n-no hagas eso, nos pueden ver y... y este contacto no es correcto!

-por favor -se ríe derrotado Chan.

Saca de su bolsillo una compresa que calentó hace rato. Aún está tibia. Se la entrega a la chica, que la recibe con una sonrisa hasta llegar al café.

-¿Dawns? -pregunta curiosa-. nunca había oído hablar de este lugar -dijo, mientras apreciaba la decoración y luces tenues.

-Solemos venir aquí con los miembros cuando queremos café... o dulces... o algo cuando tenemos hambre -abrió la puerta para ella.

Se instalaron en una mesa cerca de una chimenea.

Y así, la guerra entre los maknaes terminó.