Capítulo 8

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Pov Lauren

Al salir de la universidad la vi. Aquella chica que el día de ayer había besado a _______ frente a mí, estaba hablando con ella mientras que _______ me miraba fijamente.

No quería acercarme rápido ya que quería evitar el tener que saludar a la rubia que la acompañaba.

Caminaba lento el corto tramo que nos separaba. Noté que los otros estudiantes se habían ido del lugar dado que había pasado un rato desde que nos "liberaron".

Estaba cerca de las dos chicas cuando la rubia me mira y se va caminando hacia el otro lado.

-Buenas tardes, preciosa. -dice ella mirando su teléfono.

-Creo que a tu amiguita no le caigo bien. -dije directamente con algo de... ¿celos? Ay, Lauren, tienes que pensar las cosas antes de decirlas. Eso no tiene sentido. -Quiero decir... podría haberme saludado simplemente, ¿verdad?

Su mirada sale de su celular lentamente con una cara divertida de asombro. -No me lo preguntes a mí. Yo no tengo nada que ver. Además, tú ni siquiera saludaste. -buen punto.- Entra al auto de una vez por todas.

Subí al auto y ella lo arrancó. -¿Dónde quieres ir?

-Tengo ganas de tomar un helado.

-Bien. -aceleró.

-Y cuéntame, ¿cómo has estado? -dije nerviosa a causa del silencio que había.

-Excelente. -sonó seria con sus ojos en la carretera. Como si no le importara y no tuviera intención de contarme realmente como estaba.

-Oh... -mire mi celular, pasando las aplicaciones solo para entretenerme un rato.
El motor se apagó. Miro nuestro destino. Había conducido hasta una de las mejores heladerías de la zona. -Excelente, una de mis favoritas.

-Es muy buena. Siempre traigo a mi hermanita aquí.

-Wow, salieron más de dos palabras de tu boca. Es un gran avance. -digo divertida y ella ríe un poco.

Pedimos cada una su helado y _______ se ofreció a pagarlos. Nos sentamos en unos sillones que tenían vista a un patio lleno de plantas naturales.

-Puedes contarme algo acerca de tu vida cuando quieras, no me molesto. -le digo en modo de incentivo a que hable de algo.

-¿De mi vida? Estás mal. No te contaré nada acerca de mi vida.

-Bueno, ¿qué te gusta hacer? ¿a qué te dedicas? Aunque sea respóndeme eso.

-¿A ti qué te gusta hacer? -me respondió evitando la pregunta.

-Me gusta cantar. Adoro cantar, de hecho. La música es uno de los pilares que sostienen mi vida. Con mi mejor amiga cantamos en distintos bares algunas veces, nos parece muy divertido. -noté que me miraba, atenta a cada palabra, con un la cabeza ligeramente inclinada. -¿Te gusta la música?

-Si, me encanta. Tocaba algunos instrumentos. De todas maneras, hace muchos años no lo hago. -miró para el piso con una mirada un poco triste.

-¿Por qué no? Deberías intentar tocar de nuevo.

-Oh, no. Es una parte de mí que prefiero mantener guardada.

-La música vuelve más felices a las personas, ________. -me mira fijamente.

-Ese es el punto. - susurra muy despacio, casi imperceptible. -¿Qué cantas? -pregunta en voz alta, cambiando de tema.

-Lo que sea... tengo preferencia por el pop, pero más acústico.

Noté que me miraba profundamente a los ojos. Un escalofrío recorrió mi cuerpo y mis mejillas se tiñeron de rojo por su mirada.
Al percatarse de mi situación, _______, se mordió el labio de una manera provocadora. Dios mío, esa mujer me estaba matando. -Hace un poco de calor, ¿verdad?

-¿Tienes calor? -dijo mirándome a los ojos, levantando una ceja.

-Si. -se rió despacio ante mi respuesta. -No respondiste a mi pregunta de hace rato, ¿qué te gusta hacer?

-Me gusta dibujar, cuidar de mi hermanita. Y... pasarla bien, ya sabes.

-¿Drogándote? -pregunto en tono serio y triste a la vez. Me daba mucha rabia no saber por qué lo hacía y saber que no tenía la capacidad de ayudarla.

-A veces. -¿a veces? La mayor parte de las veces que la había visto lo estaba y dice A VECES.

-¿Por qué lo haces? -insistí con la pregunta que no me había respondido. -¿Por qué te haces daño de esa manera, _______?

-Bueno, ¿te llevo a tu casa? -dijo parándose de su asiento.

-Oh, no. Contestame esa pregunta. Déjame ayudarte, por favor.

-Princesa, no quieres entrar en mi vida, repito. Es mejor así como estás, sin saber mucho de mí. -dice triste.

-Pero yo si quiero, _______. Quiero entrar en tu vida, saber algo de ti, ayudarte. Por favor.

-Vamos, Lauren.

Pasada esta conversación no hablamos en todo el camino a mi casa. Su mirada en el camino era como si recuerdos vinieran a su mente, recuerdos que no quería tener.

-¿Puedes dejar de mirarme así?

-No. _______, siento que puedo ayudarte y que no te dejas porque estás dolida.

-Bueno, pues no sientas nada y ya. Llegamos. Fue lindo verte, Lauren.

-La pasé muy bien contigo. Por favor piensa la posibilidad de ayudarte. -dije bajando del auto.

-Nos vemos. -dijo mientras bajaba la ventanilla del coche, esperando a que yo entrara en mi casa.

Acostada en mi cama, los momentos de la salida no tardaron en llegar.
Me había sorprendido demasiado que _________ sepa tocar instrumentos. No sabía en exactitud cuáles, pero era bueno tener el dato. Quizá era una actividad que no la hacía pensar en las drogas que consume. O quizá era algo que la hacía tener malos recuerdos por eso es que no toca actualmente. No lo sabía. Lamentablemente sé muy poco de su vida.
Ni siquiera sé lo suficiente como para crearme una idea de su personalidad en mi cabeza.

________, yo te prometo que te voy a conocer, te voy a ayudar.

-Lauren, deja de hablar sola en tu cabeza-

(Llamada entrante)






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¡¡¡Holaa!!! Tengan paciencia, por favoor. Terminaré este fanfiction, pero estoy con la universidad y no tengo mucho tiempo.

La Luz en mi Oscuridad || Lauren Jauregui y Tú Donde viven las historias. Descúbrelo ahora