F R I E N D S [Rogery/Froger] ©

F r i e n d s : 1

-Roger, ¿qué haces..? -Preguntó un chico bastante alto, acercándose al rubio.

-Espero por Freddie... -Respondió de forma seria, mirando la puerta del salón de clases.

-La gente te está mirando raro porque traes un sombrero extraño en la cabeza... -Comentó otro chico de cabellera castaña, colocándose al lado del alto.

-Espero por Freddie... -Volvió a decir Roger.

-Se dice: ‘espero a Freddie’ -corrigió el más alto.

-Espero por Freddie... -Siguió diciendo, ignorando a sus dos amigos.

Los alumnos que se encontraban en el lugar no dejaban de murmurar cosas sobre el ocurrente chico de ojos azules.

La puerta del aula se abrió con fuerza, dejando ver una silueta con un sombrero extravagante.

La figura se adentró en el salón y sus ojos brillaron al encontrarse con los de Roger.

-¡Roggie! -Exclamó el muchacho de cortos cabellos negros, caminando hacia el nombrado con los brazos abiertos.

-¡Freddo! -Dijo Roger corriendo hacia el cuerpo del mayor.

Ambos terminaron dándose un efusivo abrazo, como todas las mañanas.

-¡Nuevamente pensamos lo mismo, bro'! -Dijo Roger pegando su cabeza con la de su gran amigo y agitándola como si se tratara de un pequeño cachorro.

-Conexión mental, querido -respondió el pelinegro colocando sus manos en su cintura.

Eran esos pequeños momentos en los que Roger podía darle una muestra de cariño y aprovechar para observar más de cerca la belleza del mayor.

-Hola Freddie -saludó el castaño amablemente.

-¡Deaky Leaky! -Sonrió el pelinegro al ver a su otro amigo, separándose de Roger y encaminándose al menor de los tres.
-¿Cómo estás, dulzura? -Preguntó tomando entre sus dedos las mejillas de su amigo, para luego estirarlas y apretarlas-. ¡Qué tierno!

De igual forma, eran esos pequeños momentos en los que Freddie se comportaba de manera cariñosa con alguno de sus amigos, provocando que Roger se pusiera increíblemente celoso. Y por esos fuertes celos, tendía a actuar de forma estúpida.

-¡Hey! ¡No toques a Deaky! -Exclamó el rubio acercándose por la espalda al castaño y abrazando su cuello-. ¡Es mío!

-De hecho, chicos... -Trató de explicar el menor pero fue interrumpido.

-Oh, no voy a dejar que ustedes, par de fenómenos, infecten a John -anunció el más alto, alejando al nombrado de los otros dos.

-Tranquilo, Brian; no hay razón para estar celoso -mencionó Freddie de forma burlona.

-¡No estoy celoso!

-Tranquilo, Bri -dijo John atrapando la atención de los presentes-. Yo sólo le pertenezco a las tostadas con queso.

Luego de eso, John sonrío con una felicidad pura, deslumbrando a los presentes y provocando que soltaran una dulce exclamación de ternura.

-Vamos a nuestros asientos antes de que llegue la profesora -dijo Brian tomando los hombros de John y caminando hacia la parte trasera del salón.

-Te guardé un asiento, Freddie-pooh -dijo Roger señalando el pupitre que estaba al lado del suyo.

Freddie agradeció el gesto y de inmediato, entró la maestra; se detuvo a mitad del salón para observar detenidamente los raros sombreros de Freddie y Roger.