F r i e n d s : 5

730 65 95
                                    

-Hey, John, ¿qué cuentas? -Dijo el rubio sentándose en su pupitre en dirección hacia el castaño.

-Freddie está con su novia -mencionó mientras leía uno de sus cómics.

-No pregunté eso...

-Pero querías saber, ¿no? -Inquirió John riendo por una escena graciosa en la historieta.

-¿Y quién es la nueva? -Preguntó con disgusto.

-Se llama Mary, y Freddie le hace ojitos.

-¿Y qué tiene que le haga ojitos?

-Que está realmente enamorado.

-Tonterías... -Murmuró enfurruñado.

Lo que Roger esperaba que sucediera aquel día, era algún cambio en su relación con Freddie.
¡Se le había declarado! ¡Por supuesto que tenía que pasar algo!

Pero no fue así. El pelinegro lo siguió tratando como si no hubiera pasado nada.
¿Acaso Freddie no lo tomaba enserio? ¿Acaso lo había olvidado el muy imbécil?

Golpeó su pupitre cuando el enojo se le metió en el cerebro.
Caminó hacia el pelinegro que se hallaba recargado en la ventana mientras le mandaba besos a su novia.

-Oye, Freddie-pooh -llamó, tocándole el hombro.

-Oh, ¿qué sucede, Roggie? -Preguntó el pelinegro sonriendo tontamente al recordar el rostro de Mary.

-Me gustas -escupió como si nada y observó con atención la reacción del mayor.

-Tú también me gustas, rubia -respondió sonriendo coqueto y guiñándole un ojo al contrario.

Y en ese momento Roger supo que Freddie era un gran estúpido con mierda en el cerebro.

No dijo nada más, le echó una rápida mirada a la chica rubia que sonreía en el edificio de frente y volvió a su asiento.

Si había decidido mandar la amistad que tenía con Freddie al carajo, lo iba a hacer bien.

Cuando las clases acabaron sacó sus lentes de sol negros, se los colocó y caminó fruncido por los pasillos de la escuela buscando a Freddie, que se había saltado la última clase para estar con Mary.

Encontró al dientudo y se acercó a él por detrás, rodeando su cuello con uno de sus brazos. Logrando atraer la atención de la rubia frente a ellos.

-Oh, Roger ella es Mary -presentó el azabache a los dos chicos con alegría.

-Hola -saludó la fémina con una sonrisa tierna.

-Buenas las tengas y mejor las guardes -respondió Roger, haciendo reír a carcajadas a Freddie y sacarle una tímida risa a Mary.

-Vamos a mi casa -dijo el demandante ojizarco.

-No puedo, querido -negó Freddie mirando a la chica frente a él-. Mary y yo tenemos planes.

Roger chasqueó la lengua, no iba a aceptar un ‘‘no’’ por respuesta.

-Mary, ¿me lo prestas por hoy?

La chica río por la tierna escena frente a sus ojos y contestó-: claro, no me molesta.

-Gracias -sonrió el rubio y se llevó a rastras al mayor.

-¡¿Mary?! -Exclamó Freddie sacado de pedo, mirando como la chica lo despedía con la mano-. ¡Espera, Roger!

El nombrado no le contestó y dejó que los chillidos agudos de Freddie retumbaran por todo el camino hacia su casa.

En el instante en el que se detuvieron frente a la puerta de la casa de los Taylor, Freddie intentó huir pero fue tomado en brazos por el rubio; quien se lo llevó como costal de papas escaleras arriba, hasta entrar en su habitación.

F R I E N D S [Rogery/Froger] ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora