BUWYGIB | ❝ Donde a Millie le gusta Finn, su mejor amigo; sin embargo, a él no le gusta ella. ¿O no? ❞
⌜ Finn Wolfhard x Oc's ⌟
⌜ Finn Wolfhard x Millie Bobby Brown ⌟
Historia 100% mía
Inicio: 09/02/19
Final: 30/03/19
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
En la lista sigue Sophia Lillis. La cuarta en caer. Y, curiosamente, la primera presa difícil de Wolfhard.
Ella no fue alguien que tuviera una buena vida. Tal vez antes, muy antes, pero no ahora. Sus padres comenzaron a pelear bastante a sus doce años. No podía dormir tranquila por tanto grito que escuchaba desde la cocina. Su mamá la abandonó al cumplir catorce y desde ahí, su padre, la única persona que tenía, pues, abusaba de ella solo para liberar sus frustraciones.
Estaba completamente sola. No tenía ninguna persona, ni siquiera una, quien la pudiera ayudar ni alguien que la escuchara. Y desde ese entonces creció y vivió sin nadie, no literalmente, pero... ya saben a qué me refiero.
Conoció a Finn ya que le habló como si fueran conocido mientras la maestra de literatura estaba afuera. Eso definitivamente era raro. Ellos nunca hablaban. La pelirroja de cabello corto lo miró con cara rara y lo ignoró. No pensaba confiar en otra persona, pero ese chico pelinegro demostraba tanta honestidad y cariño en sus palabras.
Finn se ganó poco a poco la confianza de Lillis. Se juntaban más seguido y Finn decía que le podía decir cada cosa que le carcomía. Una vez la acompañó a su casa y, antes de entrar, le dijo todo (en un resumen) incluido su más grande secreto; el cual se lo contó ya que sabía que no le diría a nadie ni haría nada para perjudicarla. O eso creía.
Pasó un mes y ella llegó a admitir que le gustaba ese chico pecoso. Wolfhard solo se sentía feliz: por fin ya había conseguido que la chica cayera a sus pies.
Cuando la volvió a dejar a su casa, justo cuando iba a cerrar la puerta la llama. Ella sale de nuevo y el chico le roba un largo beso que fue correspondido a los pocos segundos. Le preguntó si quería ser su enamorada a lo que ella dijo sí. Ahora todo tenía que salir perfecto.
Unas tres semanas y media después de confirmar la relación, Finn no lo pensó dos veces y, a escondidas, entró a la escuela. Puso el balde con el contenido en la parte superior de los lockers y se fue. Fue sumamente cuidadoso con el plan.
Llegó el día. Sophia llegó con ánimos a la escuela. Fue hasta su casillero y al abrirlo, algo cayó de arriba. Algo grasoso, asqueroso y pestilente. Con suerte tenía sus mochila en mano y se cubrió lo que pudo. Aunque no sirvió de mucho. Olía horrible.
Se volvió en la mofa del momento. Todos a su alrededor se estaban riendo de ella. No había nadie que la pudiera socorrer. Estaba a punto de ser devastada. Cuando el pelinegro llegó y vio toda la mancha de gente, supuso que ahí estaba la pelirroja ya embarrada de sangre de cerdo. Llegó a donde estaban todos y se puso en frente de la chica.
Ella creía haber visto a su ángel guardián o a su príncipe azul. Alguien que la defendería y la sacaría de ahí. Sin embargo, nunca pensó que en realidad lo que estaba frente suyo era un monstruo, hasta que Wolfhard abrió su boca.
— ¿Te gustó mi hermoso regalo?— le pregunta mostrando una sonrisa hecha para villano de una película de horror. Ella solo quería llorar.
— YO CONFIABA EN TÍ— se sentía rota. La única persona con la que se soltó le estaba haciendo esto. Le estaba pasando vergüenza.
— ¿Sabes?— carcajea un poco—. Realmente creí que eras distinta.
— Lo soy— aclara alzando la voz con enojo. Usó lo poco de autoestima que le quedaba.
— No, cariño— da solo un paso adelante y la mira completamente orgulloso de lo que va a arruinar—. Lamentablemente eresuna más del montón.
Aquí podemos presenciar la escena de cómo alguien, con una simple oración que contiene menos de diez palabras, le puede bajar el amor propio a una víctima. Lillis, ahora si la pudieran ver, es como una playa sin el inmenso océano que se transportó, al parecer literalmente, en sus preciosos ojos azules convirtiéndose en un sinfín de calabobos. Y todo por culpa de un maquiavélico:
Finn Wolfhard.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Aquí el cuarto capítulo. Espero que les haya gustado. Ahora, ¿quién será la siguiente?Hagan sus teorías locas. Se despide:
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.