Taehyung realmente nunca ha sido una mala persona. Quizás lo único que tiene de malo es el aspecto. Bueno, la ropa negra, demasiado cuero, el hábito de fumar y consumir otras sustancias y el pelo, los ojos y el aura que lo rodea es casi todo negro.
Pero Taehyung se conoce a sí mismo, más que nada como un peluche que quiere ser abrazado y dar amor. Con honestidad, no le importó ser el peluche de Hoseok por un buen tiempo. Darle calor y cariño y amor y todo lo que el rubio pudiera querer de él. Y claro, era parte de una infidelidad, pero...cada quien puede elegir porque irá al infierno ¿no?
La cosa es que Taehyung realmente no le desea nada malo a Jimin. Y no ve que alguien pudiera desearle eso en realidad. El tipo es absolutamente adorable y jodidamente amable y siempre tiene una sonrisa en su precioso rostro y ojos que también sonríen, un brillo natural en él que honestamente no merecen desaparecer jamás.
Además, la única razón por la que Jimin le parece una persona algo detestable es porque cometió el error de enamorarse de Hoseok y conocerlo primero que Taehyung. Que ciertamente, si Taehyung hubiera ido el primero en conocerlo, no lo consideraría un error en lo absoluto. Y dado lo muy enamorado que está de él, bueno...considera que no es un error tampoco y si lo fuera, bien podría ser el delito que debe pagar.
Pero aun así, Taehyung no le desea ningún mal a Jimin porque Jimin es el padre de Jihye y ella es una de las criaturas que más le gusta a Taehyung por lo que no quiere ningún mal para él.
Y definitivamente no está pensando en lo que sería si Jimin realmente...no quiere pensarlo.
No sabe que pensar realmente. Jungkook solo habló de un rumor sin fundamento alguno, solo dijo que tenía una enfermedad y ni siquiera sabe que él realmente, no tiene idea de si es grave o sigue un tratamiento o es una simple gripa. Por eso no puede ilusionarse. La cosa es eso. No puede evitarlo y eso sí que lo hace sentir terrible. No puede vivir su vida esperando que otra se extinga para ser feliz.
Dios. Ni siquiera puede pensar que esté pensando en ello.
Lo que tiene que hacer es olvidar a Hoseok, se dice en un momento de deslumbramiento extremo. En realidad, nunca debió acostarse con él en primer lugar. No debió obsesionarse con él después. No debió meterse en una relación con él cuando su papel era solo el del amante. No está bien. Nada está bien. No puede esperar que Jimin esté en realidad enfermo y al borde de la muerte solo por Hoseok. Eso lo hace una terrible persona.
Así que decide que sacará a Hoseok de su vida para siempre. No cuenta con lo que Hoseok quiere hacer sin embargo, que tal y como aquella noche en la que se metió en su vida y en su cama, justo cuando Taehyung se viste bien como hace mucho no lo hacía porque quiere ir a buscar a alguien esta noche, el rubio aparece en su puerta.
Y Taehyung no puede hacer nada para ayudarse a sí mismo de no responder los besos ávidos y las caricias apasionadas y la charla sucia que Hoseok propone.
Semanas sin verse parecen haberlo afectado. Básicamente, tira a Taehyung sobre la cama y desgarra su ropa y arruina su pelo bien peinado y lo llena de marcas, como si no pudiera pasar un solo segundo más sin hacer exactamente eso.
Taehyung se niega a dar cabida al pensamiento fugaz de Hoseok que pasó todo ese tiempo con el hombre que lo llevará al altar, con quien tiene un hogar y una hija. El que puede llamarlo suyo.
No puede pensar demasiado a decir verdad cuando Hoseok usa esa lengua tan bien como ningún ser humano debería poder usarla y corta cualquier lógica o razonamiento común porque deja sin aire a su cerebro.
La noche es intensa y apasionada y Taehyung se siente un poco como una dama que acaba de recibir a su marido recién llegado de la guerra que solo estaba rodeado de hombres todo el tiempo y extrañó una buena sesión de sexo que lo hiciera olvidar toda la muerte y el dolor y el llanto y el ruido de la destrucción.
