Nácar de Seokjin. {Namjin}

Part 8

Durante toda la semana trabajé de manera exhaustiva: vender toda la pesca del día para recolectar dinero suficiente y poder comprar lo que llamamos comúnmente "gastos innecesarios", así lo llamo Wang cuando le dije que compraría un pequeño jacuzzi de madera pero que sabe él. Ese gasto innecesario me permitiría dormir en mi habitación junto a Seokjin.
Durante toda la semana y como siempre, cenaba en el baño junto a Jin; Nunca le vi incomodo en esa tina.

Cuando termino el día, cuando tenía todo el dinero corrí hasta el despacho del carpintero de la isla. Me fui incluso sin despedirme de Wang, desde que dejé de pasar tiempo con él en el bar constantemente quiere detenerme y preguntarme más cosas.
-Y eso que ni siquiera estas casado, joder Namjoon que tipo más virginal y aburrido te has vuelto- Me dijo apenas terminamos de trabajar. ¿Qué si soy alguien virgen, virgen a los 24 años? A día de hoy, en esta isla, un lugar pequeño no hay mucho de donde escoger y más si toda tu vida está ligada al mar; Terminas enamorado del mar y sus secretos.

El carpintero me pregunto si alguna vez había comprado algo parecido, le dije que no. Simplemente pague el jacuzzi, me presto una plataforma para poder arrastrar tremendo "gasto innecesario", la verdad lo pensé mientras entre los dos lo subimos a esta. ¿Luego qué? Nada, solo llevarlo hasta mi casa, meterlo de alguna manera y acomodarlo en el centro de mi habitación. El carpintero solo rodo sus ojos, quizá fastidiado por el esfuerzo que hizo. Después de eso, nada más, solo se despidió.

Cerré la puerta con candado, apagué luces, casi daba brincos emocionado hacia el baño y ahí estaba él, el curioso tritón que me sonríe y chapotea muy contento. Me acerco a él y beso su fría mejilla.

- Te tengo una sorpresa, Jin. ¿Recuerdas? Compañía- Apenas mencione esa palabra, él asiente e intenta salirse de la tina. – Espera un momento- Digo sonriéndole, le peino su oscura cabellera. Él cierra sus ojos y se deja hacer.

Lo primero que hice, y fue una larga tarea, fue llenar el jacuzzi y prepararlo con sales marinas, algunas piedritas; Quizá lo más divertido de hacer todo esto fue levantar a Jin en mis brazos, él se cuelga a mi cuello y repite mi nombre besándome en las mejillas. Yo incluso ahora descubrí que me gusta también devolverle los besos.
Le llevo hasta mi habitación y de inmediato mueve su cabeza en todos los sentidos, detallando mi espacio, mi habitación. Le pongo dentro del jacuzzi y yo me siento en la cama mirándole.

- Namjoon, Namjoon. – Me llama y por primera vez, sin pensarlo, me desvisto por completo. Quizá fue impulso o simplemente era algo que deseé desde un principio, él me observa de pies a cabeza y ríe sin más mirando mis genitales. – Gonopodio. Namjoon, gonopodio.

Miro hacia mi anatomía dormida y hago una mueca, supuestamente yo soy un ser humano y lo que tengo entre mis piernas comúnmente se llama pene, del latín penis pero para Seokjin es gonopodio, ósea soy un pez macho.
Sin darle importancia y con una amplia sonrisa, si mi anatomía es de humano o pez, me sumerjo en el jacuzzi y lo primero que tocan mis piernas es la cola escamosa, es como tocar un gran pez con mis pies. Pasan algunos minutos en silencio solo mirándonos, él me mira, se siente con bastante curiosidad; Yo debería ser el más curioso de los dos, pero no.

- Aquí, aquí, Namjoon. – Dice con una voz tan suave, casi cantando mueve sus manos para que me acerque a él.

Lo hago sin miedo alguno, a pesar de recordar en esos momentos las historias de las sirenas y otras criaturas que se tragan a las personas dejando apenas los huesos. Seokjin no es así.
Estando cerca de él, me apoya en su pecho y yo me estremezco poniendo mis manos tras su ancha espalda.
Esa noche me quedé horas con él, abrazados hasta que sentí mis dedos arrugados en su cintura y él jugaba con mis orejas, y por supuesto esa noche me besaba el rostro sin parar, besos hasta que yo decidí besar sus labios y suspire aliviado de haber calmado mi sed por probarlos. 

Sin querer, quiza deseandolo desde un principio, Namjoon tragó agua. Esa noche no era momento de darle vueltas a la cabeza. Lleno sus pulmones con el poco aire que le quedaba y buceó de nuevo en los labios de Seokjin.