Dulce Amor en San Francisco

CAPÍTULO 4

De pronto oigo a Jules disculparse. ¿Por qué se disculparía con un impostor? Me asomo y veo a una enfermera, debe ser Melissa, atendiendo a una alumna de segundo año. Ambas nos miran con tal desaprobación y Jules cierra la puerta.
-Qué extraño! -digo- ¿Cómo se fué tan rápido?
-Si... Emm, ¿estás segura de que te atendió un enfermero? -pregunta Jules.
-¿Piensas que miento? -lo miro a los ojos.
-No no. Pero quizá estás sorprendida con la expulsión, el traslado, y...
-¿Y qué? ¿Imaginé que Melissa, una mujer obesa como de 50 años, era un guapo hombre como de 25?
-Está bien, no es posible. Pero tampoco es posible que pudiera escapar tan rápido. A menos...
-A menos... ¿qué?
-¡Que haya salido por la puerta de atrás!- corremos hacia la parte trasera del centro de cultivo y nos encontramos con una rampa que nos lleva hacia el estacionamiento. Buscamos entre los carros pero no vemos a nadie. De pronto a nuestras espaldas oímos el motor de una moto, y al girar efectivamente vemos a un sujeto vestido todo de blanco, sudadera, jeans y zapatillas; alejándose en su motocicleta. El tipo lleva casco así que es imposible saber si es Gavin, el impostor.

-Se acabó, se ha ido -me dice Jules- Si es que era el impostor, no podemos asegurarlo.
-Uhmm si- respondo.
-Emm. Hay agentes de Seguridad por todo Rousso y a plena luz del día dudo que sea posible que alguien se infiltre. Piénsalo...
-Tienes razón. Quizá sea el nuevo enfermero.
-No hablo de eso, acabas de ver a Melissa allí dentro. La mujer lleva 20 de sus 50 años en Rousso.
-¿Y?  Quizá ya quiere retirarse- me encojo de hombros.
-No lo creo Emm, ya lo habrían anunciado. Mi hipótesis sería decir que es un estudiante que pretendía hacer una broma y bueno, llegaste y tuvo que atenderte para no levantar sospechas.
-Nada de eso, yo ya lo había visto en la mañana y créeme, no es alumno de aquí. Es mayor- ruedo los ojos.
-Espera. ¿En la mañana? ¿Qué hacías con él? ¿Entonces lo conoces? ¡Ya me enredé!
-Shhh calla y escucha. Es una larga historia ¿si? Vamos a mi casa y te cuento.
-No puedo, tengo reunión con el equipo de informática. Y tú, chica traslado, una maleta que llenar- me gira y lleva adentro con su cálido y largo brazo al rededor de mi hombro.

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Llego a casa y encuentro a mamá en el sillón leyendo una revista.
-¿Mamá?
-Hola linda, ¿por qué llegas tarde?
-Ah, lo siento tenía que recoger unos papeles en la escuela para mañana.

Decido no contarle lo de Gavin, este tema será irrelevante cuando esté mañana en San Francisco.

-Está bien. ¿Quieres comer fuera? Es tu último día.
-No mamá estoy bien, tengo que ir a empacar y estoy esperando a Jules, cuando llegue dile que suba.
-Bueno linda. Tu padre llegará en cualquier momento del trabajo, hazte un tiempo, quiere hablarte sobre algo.
-¿Sobre qué?
-No me dijo Emm. Solo dijo que quería hablarte.
-Ah okey, lo esperaré mientras empaco.
-Está bien cariño.
-Mamá...
-¿Si?
-¿Y Beck?
-Está en su habitación. No salió desde que te fuiste esta mañana. - asiento y subo.
Paso por su habitación y  no puedo evitar pensar en él y sin darme cuenta estoy llamando a la puerta. Pero no responde.
-Beck, entraré si no me abres.- Nada ni un sonido, así que entro y lo veo sentado en una silla en dirección a la ventana.
-¿Qué quieres? -pregunta en un tono borde.
-¿Cómo estás?- le pregunto y se desinfla en una risa.
-¿Siempre serás así no?
-No te entiendo Beck- me cruzo de brazos.
-No te hagas la ingenua, por eso te aman todos y a mí me desprecian. "Siempre educada", " Siempre ayudando", cuando hago algo, estás allí para sobresalir y demostrar que eres mejor, la más "buena" y "compasiva". Y ahora también quieres darme tú compasión. No gracias, no la necesito. Y no te necesito a tí.
-Mira, si no me necesitaras, no estarías aceptando que te ayude con el traslado. Segundo, lo hago por papá y mamá, no por tí. Y tercero, en vez de lamentarte por los éxitos de otros, deberías enfocarte en hacer algo por sobresalir tú; pero sobresalir por algo bueno. Ya hay muchos sobresaliendo por su papel de BadBoys. Ese cliché ya pasó de moda Beck.
Salgo de su habitación y me dirijo a la mía. De pronto me doy una sorpresa al encontrar a papá sentado en mi cama observando las fotografías de la pared.
-Papá... -corro hacia él y le doy un abrazo.
-Mi pequeña vencedora- me abraza y continúa- no he tenido tiempo de decirte o mejor dicho, agradecerte por lo que harás. Y quiero que me digas lo que sientes, quizá estas confundida, triste, o enojada... Lo que sea, sabes que estoy aquí.
Lo abrazo nuevamente y por primera vez en todo este día se me escapan algunas lágrimas.
-Lo sé papá, gracias por estar siempre para mí- me seco las lágrimas de los ojos- y no estoy triste ni enojada descuida. Solo son tres meses, se pasarán rápido seguramente.
Él me sonríe y dice en un tono misterioso y juguetón:
-Igualmente pequeña hay una sorpresa esperándote en San Francisco.
-¿Qué sorpresa?
-Ya lo verás, ¡te encantará!
Lo abrazo creo que por tercera vez y le digo: -Gracias Gracias Gracias, te amo papá, aunque no sepa qué es pero si viene de tí me encanta.
-Está bien hermosa, te lo mereces, solo trata de aconsejar a tú hermano para que vuelvan pronto- me guiña el ojo.
Estaba a punto de responderle cuando veo a Jules recostado en la puerta y le da unos golpecitos para hacer notar su presencia.

-¡Hey el pequeño Jules, el niño computadora!- dice mi papá y se ríe.
-Buenas tardes señor Jonnes... -se dan la mano estilo amigos de prepa. Y papá se retira de mi habitación.

-¿El niño computadora? ¿Aún lo recuerda?-dice Jules con una voz susurrada para que papá no oiga.
-¿Qué te puedo decir? Creo que el video de tí vestido de computadora en Halloween se hizo viral entre adultos también - no puedo evitar reír a carcajadas y Jules hace lo mismo.
-Ay Emm, no puedo creer que no te veré por 3 largos meses...hoy fue tu último día en Rousso Minnesota y... , ya que estoy el tema, ¡cuéntame lo del impostor!
-¡Cierto! Hoy fui a ver a Warren pero la secretaria se puso difícil y no me dejaba entrar a verlo porque no reservé una estúpida cita antes...
-Wow ¿quién cree que es? ¿Oprah?
Me río un segundo y continúo
-No lo sé, pero bueno, el caso es que justo cuando ya me iba a dar por vencida llegó Gavin. Y le dijo una mentira sobre que su auto estaba lleno de basura para ayudarme a ver al Director. La tipa salió corriendo fue tan gracioso.
-Si me imagino- ríe Jules- pero Emm concéntrate, ¿Notaste algo raro en él?
-Bueno el simplemente me guiñó el ojo y salió.
-¿Nada más?
-Uhmm bueno, le agradecí y me presenté como Emma, pero él en lugar de decirme su nombre, dijo...  "Lo sé".
Jules abrió los ojos como platos y me dijo:
-¡¿Cómo que lo sabe?! Emm, ¿te das cuenta de lo que pasa?
-Yo... -me quedo en silencio porque no se me ocurre nada.
-Ten cuidado Emm, este tipo te dice que ya te conoce, luego lo encuentras en la enfermería pero se pone raro y desaparece justo en el momento en que íbamos a descubrir que es un impostor, o lo que sea que fuera. No creo que sea algo insignificante. Debe haber algo raro aquí.

Yo lo miro y me hace tanta gracia su comentario que empiezo a reír.
-¡No te rías, puedes estar en peligro! -me sacude con sus manos.
-Ay lo siento, lo siento es que no tiene sentido, no tengo enemigos, ni problemas con la ley, mucho menos creo que quieran secuestrarme, es decir, mírame, soy tan común y mi familia no es que sea millonaria.
-No pero la empresa de "tu papi" No es que sea pobre tampoco eh.
-Ay Jules, creo que debemos dejarlo pasar, mañana no tendrá ningún sentido pensar o hablar sobre esto. ¡Estaré volando hacia San Francisco!
El piensa un momento y asiente.
-Buen punto, buen punto. ¿A qué hora te irás?
-7:00 am.; ¿vendrás a verme?
-Claro que no. -se voltea con cara de recelo.
-Bueno.- pongo puchero y ojitos de perrito.
-¿Esperas que venga a verte así nada más?, ¡por supuesto que no!, yo iré contigo hasta el aeropuerto peque.
De pronto lo abrazo y le doy un beso en la mejilla y él me corresponde. Luego de una hora de charlar sobre mis expectativas de San Francisco y de la reunión de Jules con sus "geekys amigos" Le digo:

-Bueno ya debes irte, tengo que terminar de empacar y dormir Ju.
-Está bien, estaré aquí a las 6 mañana.
-Vale.
-Adiós- me da un beso en la frente y se va.
-Adiós.