- A ver, ¿cómo que un enfermero impostor, un motociclista, veneno, y quién demonios es Yelena?
*Okay respira y dilo con calma*
-Antes de venir a San Francisco...
-Okay... prosigue.
-Estaba en Rousso Minessota y fuí a recoger mi historial clínico a la enfermería, pero me atendió un enfermero.
-¿Quién se supone que debe atender la enfermería?¿Un maldito abogado?
- ja ja. Ese no es el punto, Jules me dijo que la que atendía allí era una enfermera, una tal Melissa. Nos asustamos y fuimos a buscarlo pero cuando regresamos ya no estaba. Luego vimos en el estacionamiento a alguien muy parecido irse en una motocicleta.
-Bueno quizá es una confusión tú y el marica de tu amigo son paranoicos. No tengo tiempo para esto.- se pone de pie para irse pero me interpongo en su camino.
- Sé que no me quieres, es más, seguro me odias, pero, por favor solo escúchame un momento, aún no termino.- se sienta.
-Habla.
-Yo lo dejé pasar, también como tú le quité importancia es decir estamos a millas de Minessota. Pero, al llegar aquí cuando Kate me mostraba el lugar lo ví otra vez, aquí...
-¿Estás segura que era el mismo?
-No lo sé, estaba de espaldas pero me causó la misma sensación.
- ¿Y a todo esto, qué es lo que te preocupa? ¿Acaso el idiota está tras nosotros?
- No lo sabemos, pero cuando estaba en mi habitación, alguien metió un sobre bajo la puerta. Y tenía esto.- le entrego el frasco y la nota.
-¿Qué carajos?- dice mientras lee - esto debe ser una broma de alguna rata de aquí, somos los nuevos, seguro nos quieren tomar el pelo.- suelta un suspiro de risa - o bueno ya te lo tomaron a ti.
-Sigo pensando que esto es serio- muevo la cabeza.
-Bueno! Entonces ve a quejarte con el director, la policía, ¿Qué sé yo? No me metas en tus boberías.- empieza a bajar de las gradas.
-Beck!- casi nunca le grito, no le gusta que lo haga, las únicas veces que me dejó hacerlo fue en la secundaria cuando necesitaba ayuda. Se gira y me mira de una manera absurda y confusa.
-Por favor, cuídate. No comas nada de aquí por ahora, pediremos algo ¿vale?A pesar del odio que siento que me tiene aún, creo que sabe que me preocupa y por esta nota mucho más. El odio gana cuando dejamos que los deseos de vengarnos o pagar mal por mal nos inunden. Yo simplemente no puedo dejar que su odio gane. Una acción buena por cada mala, ese es mi lema en este caso. Y siempre te salva de ser derrotado por el odio.
Él asiente y se va.
******************
Suena el timbre y es hora de la segunda clase. Reviso mi horario y mi corazón da un brinco de alegría, toca Literatura. Entro al salón y veo algunas caras, pero no la de Beck.*¿Dónde rayos estás?*
Le marco pero no atiende. Luego entran Boston y Kate. Nos sentamos junto a la ventana, como las carpetas son de a dos Kate se sienta a mi lado y detrás se sienta Boston. El salón se llena e ingresa el Maestro.
- Alumnos bienvenidos a otra clase, veo un rostro nuevo, ¿cuál es tu nombre jovencita?- me pregunta.
-Emma Jonnes, señor.
- Emma, como el libro de...
-De Jane Austen- dice alguien atrás.
-Exacto Boston, primer punto del día para tí.- dice el maestro- y mi nombre Emma es Robert Wilson, o señor Wilson como me dicen todos.
-Bueno clase, siendo exactamente las- saca su reloj de bolsillo- 3:30 de la tarde, daremos inicio a la clase de hoy...- camina hacia la puerta para cerrarla, cuando Beck pone su botín en la entrada impidiendo que la puerta se cierre. El profesor la abre y lo mira por un momento.- ¿Qué se te ofrece?
- Entrar- responde Beck.
-¿Sabes que estas 15 minutos tarde?
-¿Puedo irme entonces?- pregunta en un tono borde.
El señor Wilson lo mira por un minuto con una mirada extraña, entre la confusión y lastima y le dice:
-Pasa, siéntate junto a Boston.- señala el lugar.
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Dulce Amor en San Francisco
Teen Fiction¿Qué tan buena debes ser para aceptar cambiarte de estado por el error de tu hermano? Emma descubrirá que no es su bondad o el error de su hermano los que la trasladaron a San Francisco, sino su destino. "Boston" No la ciudad, sino "él"...