Capítulo 3.

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Capítulo 3.

Mientras tanto, Bryan comenzaba a desesperarse. No encontraba a Vladimir por ningún lado, y hasta Edward estaba preocupado.

- ¿Lo dejaste aquí, papá?.- preguntó el niño.

- Aquí se quedó, cuando yo me lancé a salvarte.- asintió Bryan.- Pero ya no está...

- "No pudo haber ido lejos", pensó Bryan. "Por favor, que nada malo le haya pasado".

- ¿Y si se lo llevó alguien, papá?.-preguntó Edward, diciendo en voz alta lo que Bryan no quería decir.

- Esperemos que, si alguien lo llevó, sea para cuidarlo mientras vuelve con nosotros.- respondió Bryan, tratando de mantener la calma.

- ¿Papá?.- Edward se oía angustiado.

- ¿Qué sucede?.- Bryan volteó a verlo.

- ¿Y si... Vladimir ya no vuelve con nosotros?.- preguntó el niño en voz baja, como si al decirlo en voz alta pudiera convertirse en realidad.

- Volverá.- aseguró Bryan.- De eso me encargo yo.

Bryan optó por no pensar demasiado en eso. Si su hijito no volvía a su lado, él jamás podría perdonárselo. Él solo esperaba que Vladimir estuviese bien, dondequiera que estuviese, y que la persona que lo cuidara fuera alguien decente.

"No me lo perdonaré nunca".

Después de un rato, Bryan se dio cuenta de que Vladimir ya no se encontraba ahí, así que era hora de ir con la policía y avisar sobre la desaparición de su hijo. Sin embargo, no podía llevarse a Edward con él, de manera que tendría que ir primero a casa de Elieth antes de poner la denuncia. Así pues, sin soltar a Edward de la mano, Bryan llamó a un taxi y pidió que lo llevaran a la residencia de los Shanks.

La residencia Shanks pertenecía al padre de Elieth, quien en esos momentos estaba trabajando en Alemania como embajador de Francia, por lo que el lugar había quedado como residencia de vacaciones de los Shanks. Elieth se encontraba ahí con su familia, por lo cual había invitado a Bryan a pasar unos días ahí. Bryan esperaba que en esos momentos los Schneider-Shanks no hubiesen salido de paseo, así que le pidió al taxista que se apresura a llegar cuanto antes.

Elieth Schneider, casada con Karl Heinz Schneider y madre de cuatro hijos, no sabía qué pensar cuando vio llegar a Bryan, aferrando a Edward como si la vida se le fuese en ello, y con tal cara de angustia que Eli se vio transportada de nuevo al funeral de Marianne.

- ¿Qué sucedió?.- preguntó, en cuanto Bryan entró a su casa.

- Perdí a Vladimir.- respondió Bryan, con voz quebrada.

Después de una bebida refrescante y algo de comer para Edward, Bryan le contó a su amiga lo sucedido: la persecución de Logan, la confusión en los Campos Elíseos, el cómo tuvo que salvar a Edward, y cómo los habían corrido de ahí, perdiendo a Vladimir en el proceso. Eli comenzó a preocuparse, Vladimir no tenía edad suficiente ni para decir su nombre completo.

- Voy a ir a la policía.- finalizó Bryan.- Pero no quiero llevar a Edward. ¿Podrías cuidarlo, por favor?

- Por supuesto.- asintió Elieth, mirando en dirección al sitio en donde Edward veía la televisión.- Nos haremos cargo de él.

- Procura que no pelee con tu hijo.- pidió Bryan, algo avergonzado.- Es que... Ya sabes...

- Ya lo sé, ya lo sé.- rió Elieth.- No te preocupes.

El Amor llama dos veces [Captain Tsubasa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora