Manu Ríos, un chico de 17 años, sensible, tímido y cariñoso. Nunca ha tenido novio, sí, novio, desde muy pequeño tenía muy clara su orientación sexual, cosa que su familia supo aceptar muy bien.
En su vida empezarán a pasar cosas que nunca antes hu...
A la hora de buscar a Dennise salí de casa y caminé hasta su colegio.
La esperé fuera.
── ¿qué tal? -la cogí de la mano.-
── una niña me ha hablado -dijo sonriendo.-
── te lo dije.
Dennise tiene los ojos azules oscuros y el pelo castaño claro, casi rubio. Es alta y delgada, y es el amorcito de mi vida.
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Antes de llegar a casa, de frente hacia nosotros venía el chico que estaba con Samuel, se acaba de despedir de él, Samuel estaba parado en la puerta mientras sujetaba la correa de un perro.
── ¡un perro! -gritó Dennise corriendo y se acercó a él, se agachó y empezó a acariciarlo.-
Ay Dennise. Pensé.
── Dennise, por favor, deja al perro.
── no te preocupes -dijo Samuel sonriendo.-
Si no me hubiese enterado de que tiene novio, en este momento esa sonrisa me hubiese dejado muerto, pero después de haber visto eso, ya no causa el mismo efecto.
── ¿cómo se llama? -preguntó Dennise.-
── Spike.
── Dennise, deja a Spike con su dueño y entremos en casa.
── pero...-la interrumpí.-
── tienes que hacer los deberes, vamos -se paró enojada y fué hacia la puerta.-
── Manu...-lo interrumpí.-
── hasta pronto -le dije.-
Me acerqué a la puerta, la abrí y entramos. Después de ayudar a Dennise con los deberes que no entendía le dije que se fuera a la ducha.
En la noche volví a pedir comida en un restaurante. Mamá tiene que hacer la compra ya.
Después de cenar subimos. Nos despedimos y cada uno entró a su habitación.
Cuándo me acerqué a la ventana para cerrarla rodé los ojos, Samuel estaba apoyado en su ventana mirándome.
── ¿ahora sí puedes hablar? -dijo cuándo me acerqué.-
── no.
── por favor -nos quedamos mirándo unos segundos.- siento lo que viste, tal vez estás molesto porque no estás acostumbrado, pero...-lo interrumpí.-
── eso es lo de menos, yo también soy gay.
── ¿En serio? -abrió más los ojos.
── sí.
── ¿entonces por qué estás enojado?
Me quedé mirándolo sin articular palabra.
── Manu, por favor.
── me guiñaste el ojo teniendo novio.
── no sabía que te incomodaría, lo siento.
── ¿no pensaste en tu novio? Si se entera de que andas guiñandándole el ojo a los demás, él sí que se enfadaría.
Primera vez en mi vida que hablo normal con un chico sin cortar palabras. Pensé.
── con él las cosas son un poco difícil, y no ando guiñándole el ojo a los demás, sólo lo he hecho contigo -sentía mis mejillas arder. Agaché la cabeza y mordí mi labio.-
Eres muy tonto. Pensé.
── lo siento...-dije.-
── está bien, no pasa nada -lo miré. Estaba sonriendo. Y sin más volví a caer en esa hermosa sonrisa.- ¿mañana irás al instituto?
── ¿vas al instituto al que iré?
── es el único instituto que está cerca, precioso -ahora sí que morí de vergüenza.-
── te recuerdo que tienes novio.
── que tenga novio no quiere decir que no sepa apreciar lo hermoso que eres.
── por favor, ya.
── está bien.
── mañana no iré, entraré el lunes.
── vale.
── hasta mañana.
── hasta mañana -me guiñó el ojo. Sonreí y cerré la ventana para luego bajar la cortina.-
