Mi ángel

El trabajo

Me desperté en la cama de Zack, sola, por el maldito sonido de mi teléfono, que viene desde mi habitación.

-Estupido aparato.- me quejo a la nada, pero me levanto de todas formas, y voy hasta la fuente del sonido infernal.

Veo en la pantalla, me estaba llamando el señor Gray, después del incendio del edificio lo encontré como contratador de sicarios. Este tipo nunca pierde el tiempo.

-Hola?- Mi voz era un tono más grave porque recién me levanto y mi mal humor no mejoraba las cosas, demonios quiero matar a alguien.

-Rachel, al fin contestas, tengo un trabajo para vos- El señor Gray siempre tan oportuno.

-Dame los detalles- Camine hasta la cocina para buscar el anotador. Mientras me daba la dirección me explicaba de que iba el trabajo, esta vez se trataba de un profesor de ciencias.

-Rachel, te recomiendo que seas discreta, este hombre es peligroso, mató ya a dos sicarios que envíe, te contacté porque sos la mejor, pero si te pasa algo, Zack va a matarme- Realmente parecía preocupado.

-Hmm y seguramente lo haga, bueno hoy mismo voy- Antes que pueda decir algo más, le corto, odio hablar por teléfono.

Me voy a duchar, sin dejar de pensar en qué estará haciendo Zack, qué tipo de trabajo le toco, si tendrá hambre... pero un leve temblor me saca de mis pensamientos, me doy cuenta que me estoy bañando con agua fría, y regulé la temperatura.
Cuando salgo de la ducha noto que me olvidé la toalla, así que tengo que pasar por toda la casa desnuda y mojando todo el piso, maldita sea.
Al llegar a mi habitación, me seco y selecciono la ropa, opto por una media negra hasta los muslos (la otra esta llena de sangre, me olvido de lavar algunas cosas) unos shorts negros, una remera rayada blanca y negra. Por ultimo me ato el pelo ya que está muy largo y me impide a veces ver con claridad mi objetivo, tomo mis navajas, que las acomodó en mis borceguíes, y mi pistola la guardo en mi mochila.

Salgo en mi moto, la compre el mismo día que cumplí 18 años, ya que estaba cansada de que Zack siempre manejara y su pasatiempo es estar a punto de chocar, también recordé dejarle una nota, con la dirección y el objetivo por si falló.

Me tomó 30 min llegar a la universidad en la cual el profesor daba clases, era un lugar muy amplío, tenía estacionamiento y había mucho movimiento de jóvenes.
Buscando en internet, se trataba de un científico reconocido por su teoría sobre los tipos de iris de las personas, explicaba como nuestros ojos contienen información sobre vidas pasadas. Me dio escalofríos leer sobre él ya que me hacía acordar a Daniel Dickens mi antiguo tutor del orfanato. A lo lejos escucho un vendedor ambulante y vuelvo a la realidad, todavía estaba en la moto mirando la entrada del edificio, estaciono al lado de una ventana que daba a las escaleras de incendio, e ingreso por ahí.
Por suerte, los estudiantes y profesores, son bastante despistados porque la ventana no tenían seguro, me fue muy fácil ingresar al aula, la misma estaba oscura y no había nadie. Cuando me estoy acercando a la puerta escucho ruidos y risas, instintivamente, me ubico detrás de la puerta mientras se abre. Ingresan dos jóvenes, a los besos.

-Seguro que no hay nadie, verdad?- una chica de pelo negro le pregunta entre risas al chico.

-No, esta clase es del Dr Kertesz, no viene hasta las 21hrs- mientras dice eso, toma los muslos de la chica y la sube al escritorio, mientras le baja las tiras de su músculosa, dejando ver su clavícula y parte de sus pechos.
La pelinegra, abre sus piernas y las acomoda alrededor de la pelvis del joven, mientras él le termina de bajar su prenda, y empieza a lamerle los pezones. Ya en ese punto empece a mojarme y mis palpitaciones empezaron a galopar, me sudaban las manos y no paraba de pensar en Zack. Malditos estudiantes.
Sigo mirando la escena con más frialdad, realmente no era el momento de ponerse cachonda, también podría matarlos y después cocerlos en esa posición para siempre pero justo cuando estaba por sacar mis cuchillos, la pelinegra me mira.