Ángel estaba a punto de llegar al rio, tal como había acordado con los vampiros pero cambio de parecer, se fue al otro lado del bosque, por donde corría un río muy ancho y caudaloso. La corriente era bastante fuerte, pero ella estaba segura que estaría a salvo. Se arrojó apenas llego a una saliente de rocas. Rogo que todo saliera bien mientras caía.
Para cuando la encontraran estaría muy lejos de su casa y todos creerían que había caído al agua. Teao estaba seguro que ella había intentado arrojarse por el precipicio cuando la detuvo. Ella no lo había sacado de su error, y en este momento eso era bueno.Los brazos de Ángel estaban adoloridos, no solo por los cortes de las ramas espinosas en las que había quedado atascada, la corriente era mucho más fuerte de lo que ella recordaba y solo evito ahogarse gracias a la fuerza extra que tenía por la sangre de los vampiros. Sin embargo estaba agotada, sus fuerzas estaban al límite.
A lo único que se había podido agarrar había sido a aquellas ramas con espinas que estaban desgarrando su piel poco a poco. Tenía cortes en la cara, las piernas, el cuello, su espalda y el vestido estaba desgarrado en varias partes también. No sabía cuánto rato llevaba allí, pero no se movería hasta que alguien la encontrara.
Podía ver el puente a unos cien metros de donde estaba. Había varias casas al otro lado, alguien iba a pasar a alguna hora del día y la vería, su vestido era de color claro, debía llamar la atención entre aquel paisaje.
Oía los pájaros, los animales que deambulaban por el bosque y un montón de sonidos más. También podía oler un horrible olor en el aire, varias veces hundió la cabeza en el agua para evitar el mal olor.
Se preguntaba que estaría pasando con Enoc y sus hermanos. ¿Ya habían salido de Alba?, ¿los lobos y cazadores aún estarían vivos, que estaría haciendo su familia en esos momentos, que había dicho Teao a los cazadores cuando no la pudo hallar?
Estaba aterrada de ser encontrada por los cazadores, pero también quería salir de allí y saber lo que estaba pasando. Cada cierto rato volvía la cabeza y miraba en dirección al puente, sus brazos no aguantarían mucho más.Estuvo en el agua por horas.
Rezo por primera vez en mucho tiempo y pidió que si su destino era morir fuera rápido y sin dolor. En aquellos momentos tenía muy pocas esperanzas de salir de allí con vida.
Estaba segura que la huida de los vampiros había sido exitosa y tanto los lobos como cazadores, seguramente andaban tras su rastro, por eso no la habían encontrado aún. No le importaba estar toda la noche en el agua, solo rogaba que no hubieran encontrado a los vampiros.
Casi al atardecer sintió ruidos en el bosque muy cerca de ella, había estado casi todo el día con la mitad del cuerpo sumergido en el agua.
Sentía adormecida la parte inferior de su cuerpo, y le dolían los brazos por los cortes provocados por las ramas de las que se sujetaba. El esfuerzo de sostenerse para no ser arrastrada por el agua la tenía exhausta. El caudal no había bajado en todo el día, temblaba de frío pero sabía que valdría la pena si sobrevivía.
Oyó un ruido muy cerca de ella y supo que era un animal. Se quedó tal como estaba, aguardando lo que era innegable. No es que pudiera hacer algo más, estaba tan enredada entre las ramas con espinas que el más mínimo movimiento que hacia le provocaba mucho dolor.
Ángel sintió cuando alguien tomó su mano y trato de sacarla pero no pudo. Quien la encontró empezó a cortar ramas y quitarle las que tenía enganchadas en la ropa. Cuando finalmente las quitó, la arrastró hacia la orilla. La puso boca arriba y examino su cuello, muñecas, toco su cabeza, le quito las botas y examino sus pies. Minutos después oyó voces que se acercaban más y más, hasta convertirse en una bulla ensordecedora.
Era como si todos juntos hablaran en su oído, casi no aguantaba el sonido de sus voces y sus pasos. No había abierto los ojos en ningún momento, sabía que habían cambiado de color a causa del nerviosismo y no lo podía controlar.
Alguien ordenó que la llevaran al convento y la orden se obedeció enseguida. Ella fue llevada allí por Hottu que corría a una velocidad increíble. Ángel no dejaba de temblar por lo que el lobo se detuvo para abrigarla con un poncho que le había pasado león antes de salir con ella en dirección al convento.
La hermana Johanna le dio algo de beber mientras Jesús y Hottu hablaban a la entrada de la habitación.
León llegó una hora después e informaba a Jesús que las personas de Alba ya sabían lo que había pasado con la familia de Viorica y Ángel. Estaban consternados con la noticia pero apoyaban la decisión de los cazadores de terminar con la familia de las adoradoras de demonios.
Ángel alcanzó a oír algo de lo que hablaban pero no entendió el resto. Empezó a sentir un sueño y una imposibilidad para estar consiente que no pudo combatir.
La hermana Johanna le había dado a beber una hierba entregada por Jesús para hacerla dormir.
Una vez que la niña estuvo inconsciente, los hombres salieron y las monjas se dedicaron a revisar el cuerpo de Ángel buscando señales de alguna mordedura.
La revisaron exhaustivamente sin encontrar nada. Con esto se convencieron que había sido Viorica la que ayudaba a los vampiros y Ángel como su mejor amiga la había estado encubriendo.
Viorica jamás se los podría confirmar o negar, pues apenas el lobo la vio saliendo del túnel entre el bosque cerca del convento, y sintiendo el olor de la prisión, se abalanzo sobre ella y la mato salvajemente.
Sus padres al saber la noticia no podían creer que su hija hubiera sido quien visitaba a esos demonios.
En esos momentos se dieron cuenta que tal vez habían sido ellos, con la ayuda de Ángel quienes la habían salvado de la muerte, pues después de que Ángel la fuera a visitar Viorica se había recuperado milagrosamente en solo horas.
La madre de la niña había empezado a enfermar igual que lo había hecho su hija, tenía los mismos síntomas. Su padre no tuvo dudas de que su hija había ido a la prisión a pedir ayuda a los vampiros para salvar a su madre.
Los lobos y cazadores hablaban de esto cuando la hermana salió a dar el detalle del examen. La niña no había sido mordida, aún era humana.
Los cazadores reaccionaron positivamente y esto le dio a entender a los lobos que lo que se venía para Ángel no sería nada bueno. Lo mejor para ella hubiera sido que los vampiros la asesinaran, o se la llevaran al momento de huir. Los cazadores eran crueles y despiadados, no perdonaban a nadie.Tanto cazadores como lobos estaban bastante preocupados por este grave error que habían cometido, pues sin duda no sería bien visto por Eleazar el jefe de los cazadores, o su padre Markkus Leppala, quien a pesar de ser un hombre de edad, seguía siendo temido por todos, se había ganado la fama de ser el más temible y sanguinario cazador que hubiera existido en el último siglo.
Nadie quería enfurecer a Markkus Leppala.
El que cinco vampiros hubieran huido ayudados por un par de niñas. Los tendría en grandes problemas.
Desde que él asumiera como nuevo líder, habían muerto más vampiros que en los últimos tres siglos y su hijo Eleazar, el actual jefe de los cazadores no lo hacía para nada mal. Llevaba cuarenta años al mando de los cazadores y se decía que estaba a punto de eliminar a esta especie y luego de acabar con ellos seguiría con los lobos pues tampoco eran algo creado por Dios. Eran una abominación al igual que los vampiros y si estaban vivos era solo porque eran útiles para cazar vampiros.
Ángel despertó en el convento, tres días después de la huida de los vampiros. Se incorporó asustada al verse en aquel lugar desconocido. Jesús le hablo desde el umbral de la puerta y le dijo que no se preocupara, estaba a salvo. Ángel lo miro con desconfianza y con mil preguntas en la cabeza pero no dijo nada.
El cazador le dio la noticia sobre la muerte de Viorica y la niña empezó a llorar enseguida, pues sabía que todo lo que le estaba diciendo el cazador era falso, lo que él le decía no eran más que estupideces.
El cazador que era tan cruel como el resto de ellos, le dijo enseguida que su familia y la de Viorica habían muerto en un terrible incendio, el mismo día que a ella la encontraron atascada entre unas ramas a orillas del río.
Ángel se quedó sin palabras en un primer momento, pensando que era todo una mentira.
Jesús al ver que ella no le creía, le ordeno vestirse para llevarla a ver el lugar para que se convenciera. Una hora después, Ángel comprobó con hondo pesar que todo era cierto, y sus muertes eran su culpa. No tenía duda de quienes habían asesinado a su familia, se dijo que los cazadores y los lobos eran unos monstruos.
Después de decir aquello se dio cuenta que ella también lo era, pues había sido la culpable de la muerte de toda su familia, sus amigos, su mejor amiga y los padres de ella. Ángel se dijo que ella era el verdadero monstruo en aquel lugar, no los cazadores o los lobos.
Jesús le informo que ahora que su familia no existía, ella no tenía a nadie más en el mundo, pues ningún habitante del pueblo la quería en aquel lugar después de saber lo que ella y Viorica habían hecho. Ángel aún no reconocía nada, pero los cazadores estaban seguros de su complicidad. Ella había ayudado a Viorica a ayudar a los vampiros.
De vuelta al convento Jesús le dio otra horrible noticia.
_ Te llevaremos con nosotros, y te formaremos para que te conviertas en una de nuestras cazadoras, enmendaras el mal que has hecho cazando vampiros así como lo hacemos nosotros.
Ángel se quedó sin aliento ante esas palabras y lo que significaban, pues su vida cambiaria para siempre. Lloró sin consuelo por su familia, su amiga y las últimas palabras del cazador. Ahora que ya no tenía a nadie, las únicas personas con las que contaba eran sus vampiros y la promesa de que volverían por ella a Alba. Si los cazadores se la llevaban ellos volverían y no la encontrarían.
Al dejar el pueblo, Miró hacia atrás y rogó encontrar la manera de volver a Alba antes de que los vampiros volvieran. Enoc había prometido volver por ella y Ángel sabía que cumplirían su promesa. Los vampiros irían a Alba y se juró a si misma que estaría allí para cuando ellos llegaran.FIN
* La niña y los monstruos esta disponible en físico en, Amazon y Buscalibre.
* siguiente libro de la serie, Cazadores.
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LA NIÑA Y LOS MONSTRUOS
Vampire¿Qué edad tienes, a qué edad crees que se es responsable por nuestras acciones? Ángel es una muchachita de catorce años, alegre, ingeniosa y muy curiosa. Ella y su amiga Viorica siempre se están metiendo en líos, pero Ángel es la de las ocurrenci...