Subaru es el hijo menor de los Sakamaki, una familia de vampiros. Él nunca pudo estar al lado de su madre, ya que ella fue encerrada después de haberlo traído al mundo y días más tardes fue asesinada por su padre, el rey de los demonios.
Han pasado...
Él me quitó la espada del hombro y la sangre de la herida que me causó manchaba mi ropa
- ¡Subaru! - mi madre iba a venir hacia mí y Karl la tomó de los brazos - ¡Karl! ¡¿Qué crees que haces?!
- Lo lamento Christa - susurró y la encerró en una celda cerca a las ventanas
- ¡Karl! ¡No lo hagas! ¡Yo pedí que matará! - él la miró
- ¡Cállate! - gritó - No voy a perderte de nuevo ¡No lo haré! - exclamó - Me rehusó a vivir sin ti -
- Karlheinz... - tocaba mi herida del hombro - Mamá quiere descansar, ¿Por qué no la dejas ir? - él me empujó y caí contra la pared
- ¡Nunca! ¡No lo permitiré! antes que a ella... - envainó su espada - ¡Mueres tú!
- ¡Karl! - él corrió hacia mí y yo cerré los ojos
- ¿Qué haces? - volteé y vi a Shu delante de mí, cubriéndome, Karl retrocedió
- Shu... - él me ayudó a levantarme - Gracias... -
- Nos lo agradeces después - los chicos rodeaban a Karlheinz
- Shu... ustedes... - nos miraba molesto
- Te ves algo oxidado, viejo - espetó Ayato
- No te importa que nos unamos a la fiesta ¿o si? nfu - sonreía Laito, vi a Yui que llegaba junto a Reiji, ella fue a donde mi madre e intentaba abrir el candado
- ¡Todos ustedes son unos malcriados! - soltó Karlheinz - Siempre arruinan mis planes, me dejan solo y en la miseria - se aferró a su espada - Pero hoy no será así - nos empezó a atacar, Reiji se acercó a mí y me colocó una crema en la herida
- Tu proceso de curación demora porque no has bebido sangre, esto te ayudará a acelerarlo - alegó
- Thank you, Reiji - él me golpeó en la cabeza
- Tonto hermano menor - ladeó una sonrisa - ¿Estás listo? - asentí - Vamos - todos nos unimos para atacar a nuestro padre quien fallaba al tratar de herirnos
- No seas impulsivo - Shu lo golpeó en el estómago
- No te descuides - Reiji hizo que cayera al suelo y tomó su espada
- Maldición... -
- No nos subestimes - los trillizos hicieron su táctica especial que lo dejaron malherido
- ¡Ve Subaru! - gritó Laito, pegué un salto y Ayato me lanzó la espada
- ¡No me fastidies! - clavé esta en su hombro lo que le provocó un gran dolor - Tsk, ahora estamos iguales - susurré y me coloqué al lado de mis hermanos
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