Labios Compartidos

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En los pasillos del colegio, se encontraban algunos chicos de primer grado, seguro y tercero. Esperando la hora, para entrar a clases.

-¿Tienes los apuntes de Gabriel?- pregunto Silverio.

-No wey, me dio flojera apuntar los. Dile a Manuela o ha Jessica que te los pasen. Ahí vienen- contestó Pablo, mordiendo le a su galleta.

Las chicas, caminaban por el largo pasillo. Directo a sus casilleros, para guardar algunos libros.

-Hola, ¿que pasa chavales?- saludo, la española.

-Prestame tu libreta, la que usas para la materia de Gabo ¿no?, lo que pasa que me lo esta pidiendo y por alguna extraña razón, no los apunté - dijo con las manos unidas.

-Seguro por andar de caliente, con cualquier tía. Pero vale, os prestare- le entregó la libreta.


-Bueno, pues nos vamos yendo. Para acabar pronto- empujó a Pablo, por los hombros.

-¡Aayy!....mi galleta, weey- la había tirado, por el empujón de Silverio.

-Vayáis con ganas y entregarlo pronto- se rió de ellos.

-Tengo que encontrar a Romina- dijo la colombiana.

-¿Eso por que?- la miro.

-Me debe el almuerzo- levanto las cejas, sonriendo.

-¡Uy, amo cuando Romina. Anda de yo invitó!- abrió su casillero. -Pues, vale. Sólo guardo esto, os alcanzó- señaló los libros.

-¿Te pido algo?- se acomodó su cabello.

-Ya sabéis, lo que me gusta- sonrío.

-Lo mantendré caliente, para ti- guiño un ojo, y después soltó la carcajada.

-¡Eres, una pesada!- grito al ver que se marchaba.

La colombiana y ella. Son grandes amigas, tienen una conexión increíble. Aunque en un principio era todo lo contrario, se peleaban mucho. Pero con pláticas y mas convivencia, eso cambió.

-Hola, ¿Cómo estás?- escucho detrás suyo, pero hizo caso omiso. Una leve tos fingida -Se que me has escuchado-

-¿Y bien?- dio vuelta y se encontró con el joven, "guapo" de la escuela.

-Te pregunté como estabas- rasco detrás de su cuello. Incómodo.

-Y yo, he respondido. ¿Que se te ofrece?- con todo el desinterés del mundo.

-Mira, se que no te caigo bien. No me soportas y lo noto en tu cambio de humor- movía sus manos.


Manuela, voltea los ojos.

-Alan, me encantaría poder quedarme a escuchar. Todo lo que tenéis que decir, pero un delicioso almuerzo me espera y es más interesante que tú. Créeme- quiso pasar, pero el joven la regreso. Con un leve golpe en los hombros.


-Eres, una grosera. Yo he venido con las ganas de hacer las pases contigo y nos llevemos bien. Pero con tu maldita actitud de mierda, hacia mí, no se puede- hablo entre dientes y con la mano en el brazo de Manuela.

-Ya, pero que no me apetece llevar me bien contigo. Tío, que yo no te he pedido nada de eso y ni lo quiero, la verdad- con un movimiento brusco, se soltó.

One Shots //MEGINA//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora