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Cuando la campanilla del elevador suena y la puerta se abre, KyungSoo sonríe, saliendo del mismo y avanzando por el pasillo. Se había encargado de salir de trabajar un poco antes, había terminado con todos los pendientes de la semana y tenía libre para poder relajarse todo el fin de semana.
KyungSoo adoraba los fines de semana, le gustaba relajarse en la comodidad de su departamento o bien salir a pasear a algún lado. Lo cierto era que nunca se había tomado la dedicación de merodear en internet para buscar algún sitio para descansar fuera de la ciudad, aparte de ir a su ciudad natal para ver a su familia, claro estaba.
Se apresuró a teclear la clave y suspiró como un hombre perdidamente enamorado, mientras empuñaba una botella de vino de ese que a JongIn no le gustaba mucho pero que siempre terminaba bebiendo hasta el final, porque a final de cuentas sí que le gustaba, como le gustaban las flores en el parque cuando se detenía repentinamente para dibujarlas o ver las nubes en el cielo mientras estaban tirados en la cama después del mejor sexo del día.
KyungSoo sonrió cuando encontró la luz encendida de su pequeño departamento y se quitó los zapatos en la entrada, observando unas viejas botas que al menor algunas veces le gustaba usar. Dejó las llaves sobre la repisa de la cocina y después de ver unas cuantas charolas de comida pedida por teléfono de algún restaurante no muy caro, KyungSoo se mordió el labio inferior y se encaminó alegremente por el pasillo hacia la habitación.
Hacía alrededor de seis meses que se había acostado con JongIn en aquel lugar por primera vez y había pasado un buen tiempo cuando después de hacerlo a todas horas permitidas por sus horarios, el mayor le propuso salir a comer y a pasear, llevándolo a un museo donde JongIn se regodeó de gusto al ver todo lo que tenía para mostrar, desviviéndose en explicarle algunas cosas al mayor que puso mucho empeño en escucharlo y entenderlo.
KyungSoo había aprendido mucho de JongIn, cómo hacer para que dejara de estar molesto con él cuando llegaba más tarde de lo acordado, que era extremadamente sensible a los besos en el cuello pero que le encantaba que su lengua lo recorriera por completo en aquella zona, la manera en que gemía cuando lo empotraba contra la cama o cualquier superficie que estuviese al alcance y cómo los ojos le brillaban cuando JongIn decidía que esa vez era él quien estaría a cargo en el sexo.
A Do le gustaba cómo sus ojos se iluminaban con las sorpresas y cómo arrugaba la nariz cuando le servía el café sin leche y con poca azúcar, escupiéndolo porque para él no era saludable tomarlo así, incluso si necesitaba permanecer despierto. Le gustaba la perfecta cintura que tenía y cómo modelaba para él en las tiendas de ropa para comprar un nuevo crop top o alguna camisa que le gustara. Le gustaba que no se cohibiera ante el pensamiento cerrado de los demás y cómo le agarraba el trasero cuando caminaban y alguien se le quedaba viendo demasiado tiempo.
KyungSoo logró soltar todo el estrés en cada parte de su cuerpo y perderse en el mismo tantas veces que ni recordaba en aquel instante cómo era que había esperado tanto tiempo, aunque JongIn le confesara que estaba celoso de JongDae aunque fue él quien le dijo que le gustaba ㅡ JongIn nunca le dijo la verdadㅡ y KyungSoo se sentía abandonado cuando los amigos de JongIn venían a dormir con él y duraban días en su departamento.
Había tenido momentos malos y también momentos sublimes y decisivos, como la vez en que se atrevió a preguntarle al moreno si es que tenía una esperanza de ser algo más que el chico con el que follaba casi a diario.
JongIn le había acariciado los cabellos con gesto serio y había hecho un puchero al final, mientras se acurrucaba contra su pecho y le decía con besos en el pecho que él pensaba exactamente lo mismo. Ante ello KyungSoo le pidió salir oficialmente hacía casi tres meses y celebraron desnudos sobre la cama comiendo las fresas con crema que a JongIn le gustaban tanto.
KyungSoo lo impulsó a seguir con sus estudios de arte aun cuando la frustración le llegaba al artista y sentía que lo que hacía no valía para nada la pena y JongIn lo apoyó hasta el final, para que KyungSoo cambiara finalmente de trabajo por algo mejor, uno donde el fin de semana fuera sagrado y ambos pudieran escoger un lugar fuera de la ciudad qué visitar.
Y ahora estaba ahí, meses después de que todo hubiese comenzado, abriendo la puerta de su habitación sólo para encontrar la silueta desnuda del menor, extendida sobre la cama, con una sonrisa enorme en sus labios gruesos y la promesa en el brillo de sus ojos de que tendrían mucha diversión esa noche.
ㅡ Te tardaste...
ㅡ Pasé por tu favorito ㅡ KyungSoo ondeó la botella de vino levantando la mano y JongIn arrugó la nariz.
ㅡ Ahh... la odio ㅡ Negó el muchacho mientras se giraba y le mostraba el trasero al mayor, levantándolo un poco para él ― ahora sírveme un trago, cariño.
ㅡ Lo bueno es que la odias... ㅡ KyungSoo sonrió, acercándose a la cama, mientras que JongIn se removía en la misma nuevamente y decidía erguirse hasta que estuviese de rodillas sobre el colchón.
JongIn lo acaparó con sus brazos y lo tomó por la cintura, atrayéndolo hacia él mientras lo abrazaba, levantando el rostro para sonreírle con completa comodidad a la par que KyungSoo le pasaba la mano desocupada por los brazos, cayendo ligeramente por la espalda.
ㅡ Ahora ven aquí conmigo, ¿sí? ㅡ JongIn murmuró y KyungSoo no pudo negarse, dejando la botella en la mesita de noche y dejándose hacer por las manos de su pareja. ㅡ ¿Me extrañaste?
ㅡ Siempre te extraño...
ㅡ También te extrañé ㅡ JongIn murmuró y KyungSoo no pudo más que inclinarse para besarlo.
Lo besó lento y suave, tomándose su tiempo en cada roce, en cada movimiento sublime de sus bocas que se adaptaban con perfección hasta robarse mutuamente el aliento.
Su relación era excitante, era ardiente y también llena de cariños, podían tener el sexo más caliente de la semana y después besarse como dos adolescentes que apenas se prueban los labios por primera vez.
Podían pasar el tiempo recorriendo algún supermercado, algún centro comercial, museo o bien rodando en lo ancho de su cama.
A final de cuentas el cómo había comenzado era asunto suyo y lo que pasara una vez las puertas del elevador se cerraran y llegaran a su casa, también.
F i n
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Notas
¡Hola!
Esta historia ha llegado a su cursi fin, porque ya lo saben, si no es cursi no soy yo.
Bueno chingus, gracias por acompañarme en este disparate, la verdad disfruté mucho escribiendo aunque fuera corto.
Tenía en mente dos extras, pero no sé si escribirlos. Uno sobre el la etapa "sin compromisos" que ambos manejaron los primeros tres meses y otra que me pareció graciosa de la cual no puedo hablar sin spoilearlo todo, pero incluiría un poco de aceptación.
Igual no sé si escribirlos o si piensen que están demás (?)
Bueno, espero que hayan disfrutado la historia y gracias por darle una oportunidad a mi versatilidad si señor. Nos leemos en los extras si llego a escribirlos o en alguna otra historia si le dan un chance.
besos posholatosos
ary
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Elevador ❀ KaiSoo
Fanfiction❀ JongIn piensa que su vecino amargado lo odia, JongIn ni se imagina lo que en realidad le provoca cada que lo ve, en el ascensor. ❀ KaiSoo / SooKai ❀ autor: arhatdy ❀ 10 capítulos cortos + 2 extras ❀ smut, romance, croptop!Kink ❀ Feliz 3er anivers...